Juan Carlos I de España

¿Destino República Dominicana?

El Rey Juan Carlos I en la ceremonia de investidura del presidente de Chile, Sebastián Piñera
El Rey Juan Carlos I en la ceremonia de investidura del presidente de Chile, Sebastián Piñeralarazon

A pesar de la carta que ha mandado a su Hijo. A pesar de las buenas formas y de las fechas en que se ha dado a conocer la misiva, Don Juan Carlos no ha decidido marcharse de España. Hasta él mismo lo dice claro: «Te comunico mi meditada decisión de trasladarme, en estos momentos, fuera de España (…). Deseo manifestarte mi más absoluta disponibilidad para contribuir a facilitar el ejercicio de tus funciones, desde la tranquilidad y el sosiego que requiere tu alta responsabilidad». Y así es.

Don Juan Carlos se ha convertido en un obstáculo para su hijo; para el ejercicio de sus funciones. No es un problema familiar, que también. Era un problema para el futuro de la Monarquía y para España. Y la dura decisión estaba cantada, antes o después. Cuando hace unos días escribí en estas páginas sobre la inminente salida del anterior soberano de Zarzuela, con El Pardo y la Quinta como posibles destinos, expliqué que dentro de la propia Zarzuela había quien señalaba como un problema que siguiera viviendo de los Presupuestos Generales del Estado: mantenimiento, servicio, seguridad, viajes… Lo que no dije era que esa idea procedía del propio don Juan Carlos.

Al retirarle Felipe VI su asignación de la Casa del Rey resultaba toda una incoherencia que siguiera recibiendo por otros medios ese dinero. Pero decía que no se va. Que le echan. ¿Y quien le echa? Pues por supuesto el Gobierno de coalición. Hemos asistido, durante las últimas semanas a un acoso del presidente, vicepresidentes y algunos ministros que ha sorprendido incluso a los no monárquicos.

Que Pedro Sánchez viera «inquietantes» y «perturbadoras» las informaciones sobre el Rey Emérito, Don Juan Carlos y que agradeciera al actual jefe del Estado, Felipe VI, poner distancia con su padre no es un hablar por hablar. Que la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, recordara una y otra vez que estaban a la espera y que le tocaba ahora al Rey mover ficha y tomar decisiones, tampoco. O que el vicepresidente segundo, el también líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, viera llegada la hora de instaurar la República ya era el remate.

Incluso había ministros del Gobierno que respondían a esta situación con la receta monclovita de que correspondía al Rey decidir, es muy difícil de soportar. Toda la presión la tenía el Jefe del Estado y Don Juan Carlos no podía añadir más leña a la situación. Por lo tanto, le echa el Gobierno y el Rey. O, si se quiere, el Rey y el Gobierno. Y la fórmula empleada en forma de carta ha sido la salida más digna para quien reinó durante cuarenta años en España.

Queda ahora la segunda parte y no por ello menos importante. ¿Dónde se va ahora el anterior jefe del Estado y con quien? No es una cuestión menor. Se ha especulado con la posibilidad de que se instale La Romana, la finca que su amigo Pepe Fanjul tiene en la República Dominicana. Que incluso allí podría eludir supuestas peticiones de extradición. No creo que vayan por ahí los tiros, pero seguro que pasará grandes temporadas en la casa del magnate del azúcar. Primero porque ya lo ha hecho, y segundo porque aquella gran zona del país caribeño ofrece una privacidad y seguridad que conviene al monarca.

No es fácil el exilio para un ex Rey, aunque siga conservando el título. La historia está llena de complicadas historias. ¿Y con quien se va? Pues no creo que doña Sofía le acompañe en este próximo viaje. Coincidirán en algunos actos, viajes o visitas. Pero la madre del Rey tiene un papel aun que cumplir en esta Monarquía. También cuidar a su hermana Irene. Y a sus hijos y nietos… ¡y también, por supuesto, a doña Letizia!