Pedro Sánchez
Más vacaciones en plena pandemia que en funciones
Sánchez retoma su agenda. Ha disfrutado de 5 días más que en 2019, al negociar su investidura
Después de más de dos semanas de vacaciones, primero en Lanzarote, y luego en Donaña, el jefe del Gobierno interrumpió el viernes sus vacaciones y regresó a La Moncloa para abordar los nuevos y numerosos repuntes de coronavirus que se están produciendo en nuestro país a tan solo unas semanas de que arranque la vuelta al cole y con la economía en caída libre. Fue necesaria una crítica de Bloomberg, la mayor agencia de noticias económicas del mundo, que en un demoledor artículo criticaba al máximo responsable del Ejecutivo por estar de vacaciones mientras España registraba el mayor número de infecciones diarias por coronavirus para que Sánchez pusiera punto y final a su descanso. Un regreso, que por otro lado, también le reclamó el principal líder de la oposición, Pablo Casado, en repetidas ocasiones durante los últimos días.
No en vano, el presidente Sánchez disfrutó durante este atípico mes de agosto –marcado por la incidencia de la pandemia del coronavirus– de más vacaciones que el año pasado, cuando trataba de recabar apoyos para su investidura y evitar una repetición de elecciones que finalmente se celebraron en el mes de noviembre. En concreto, Sánchez se tomó este año cinco días más de descanso estival, en comparación con el año pasado, según el recuento efectuado por Servimedia. El presidente disfrutó de 16 días de retiro estival en Lanzarote, primero, y en Doñana, después, aunque durante las más de dos semanas que ha estado fuera de La Moncloa interrumpió su descanso por obligaciones institucionales, como por ejemplo la visita al rey Felipe VI a Palma de Mallorca para celebrar el tradicional despacho en Marivent, entre otros.
Por el contrario, en 2019 disfrutó de once días. Esperó hasta el día 10 para marcharse ya que antes celebró en apenas una semana 14 reuniones con un total de 146 representantes sociales y colectivos. Tras pasar unos días en Doñana con su familia, retomó su agenda oficial el 21 de agosto, pese a que entonces el Ejecutivo tenía reducidas sus competencias al encontrarse en funciones desde la celebración de las elecciones generales del 28 de abril, ya que el intento de investidura al que se sometió en julio fracasó por falta de acuerdo con su actual socio de Gobierno, Podemos.
También sus ministros se reunieron en más ocasiones durante el verano de 2019 que este año en medio de la segunda oleada del coronavirus; con el turismo en uno de sus peores escenarios ya que son varios los países que recomiendan no viajar a España; con la duda de la extensión de los ERTE más allá de septiembre y con un monumental atasco en la gestión del ingreso mínimo vital. Durante el mes de agosto de 2020, celebró un Consejo de Ministros el 4, un día antes de iniciar su descanso. Está previsto, que mañana, los 22 ministros del megagobierno de Sánchez vuelvan a verse. Sin embargo, en 2019 reunió a sus 17 ministros el 2 y el 9 de agosto antes de tomarse sus días de descanso. El 23 de agosto volvió a congregar a su equipo, entonces compuesto por miembros de PSOE o afines, e hizo lo mismo a la semana siguiente.
Su regreso pinta difícil, ya que a los datos económicos y sanitarios hay que añadir que durante su ausencia el partido con el que gobierna coaligado ha sido imputado por una presunta financiación ilegal por la que también están siendo investigados varios miembros de la cúpula. Tras coger aire, Sánchez retoma su agenda con España como país con mayor incidencia por la covid y con un otoño caliente en el que negociará unos Presupuestos, que, obligatoriamente, tendrán que poner freno al elevado gasto público.
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