Carmen Calvo

Calvo excluye a Torra de la “mesa de diálogo” si es inhabilitado por el Supremo

La vicepresidenta asegura que “solo se podrá sentar si mantiene la condición de presidente de la Generalitat” y reconoce que es él quien está retrasando la convocatoria del foro bilateral

El president de la Generalitat, Quim Torra, la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, Roger Torrent y Pere Aragonés
El president de la Generalitat, Quim Torra, la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, Roger Torrent y Pere Aragonéslarazon

El presidente de la Generalitat, Quim Torra, se enfrenta hoy a una cita judicial trascendente para su futuro político. El Tribunal Supremo revisa su inhabilitación y esto tiene un efecto inmediato también en el contexto catalán. A las alambicadas derivadas dentro del espectro del independentismo y del propio Govern, se suman las que afectan a la esfera nacional. Una de ellas, es la convocatoria de la “mesa de diálogo” entre el Estado y Cataluña, que lleva meses pendiente y cuya convocatoria se había impulsado en los últimos días tras una llamada de Pedro Sánchez al propio Torra. En Moncloa han forzado para reunirla antes de las citas judiciales del president, pero finalmente no ha sido posible y desde el Ejecutivo se advierte ya de que una eventual condena no puede viciar el foro de diálogo.

Así lo ha confirmado la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, en una entrevista en “La hora de la 1” en Televisión Española. “En esa mesa solo se podrá sentar aquel que no esté inhabilitado, el que tenga la condición de presidente de la Generalitat”, ha explicado. Lo cierto es que la presencia de Quim Torra y Pedro Sánchez no estaba prevista para la próxima reunión, ambos participaron en la primera, que tuvo una suerte de carácter fundacional, pero acordaron que -en el futuro- serían delegaciones encabezadas por Calvo y Aragonés, sendos vicepresidentes, quienes pilotarían los trabajos. Sin embargo, en los últimos días, el presidente de la Generalitat había tentado con la posibilidad de acudir, una decisión que pondría al Gobierno central en una difícil tesitura, porque supondría de facto reconocerle como líder del Govern tras ser inhabilitado.

La vicepresidenta ha recordado que la configuración de la “mesa de diálogo” se produjo a propuesta de ERC, aunque posteriormente se diera entrada a los gobiernos central y catalán. Sobre la dilación en la convocatoria, Calvo ha recordado que su Ejecutivo siempre ha estado dispuesto a reunirse, salvo durante el estado de alarma, “porque no era el momento”, y que si la cita no se ha agendado hasta ahora ha sido por el “calendario” de Torra. “Si no nos hemos sentado, no ha sido por nosotros”, ha confirmado, en la línea con lo que trasladan también los republicanos, que ubican al president como el principal obstáculo. La vicepresidenta ha acusado a la Generalitat, además, de causar una “sensación de fiasco y de mentira” en la sociedad catalana al prometer que ocurrirá algo “que no puede ocurrir”, ha destacado, en alusión a la independencia.

Reforma del delito de rebelión y sedición

Calvo ha confirmado también el compromiso de Sánchez de avanzar en la reforma de los delitos de rebelión y sedición, porque “como Gobierno estamos obligados a estar en todos los registros”. La vicepresidenta ha recordado que se trata de “tipos penales obsoletos” que no tienen encaje en el siglo XXI y cuya tipificación y pena están alejados de la doctrina europea. Moncloa recibió estos “inputs”, unidos a la sentencia en la que se resolvió que no hubo rebelión, y por ello, avanzarán en una reforma del Código Penal en la que también se incluirán otros cambios relativos a la protección climática, de los animales o en avances para la protección de la liberad y la seguridad sexual de las mujeres.

La vicepresidenta ha querido desvincular esta reforma de la negociación de los Presupuestos, señalando que “no sabe, no cree y da igual en este sentido” que esté o no lista antes de la aprobación de las cuentas. Calvo ha confesado que “no hemos hablado de esto” en su reunión de ayer con Gabriel Rufián, porque lo que preocupa a los republicanos -en un contexto de inminentes elecciones- es “qué tipo de Presupuestos se van a aprobar”, en orden a su contenido, y si resuelven o no los problemas de los catalanes.