"Caso Kitchen"

Un perito informático cree que los SMS atribuidos a Fernández Díaz están manipulados

El ex ministro del Interior aporta al juez un informe que señala “notables irregularidades” en las actas en las que Francisco Martínez los protocolizó ante notario

Un perito informático considera que los sms sobre la “operación Kitchen” que el exsecretario de Estado de Seguridad Francisco Martínez atribuye al que fuera ministro del Interior Jorge Fernández Díaz presentan “una alta probabilidad de manipulación”. Tras examinar al detalle las actas que el ex número dos del Ministerio protocolizó ante notario en junio y octubre del pasado año, el ingeniero informático señala que presentan “notables irregularidades”, lo que en su opinión “impediría que fueran tomados como veraces”.

Así consta en un informe de 54 folios –al que ha tenido acceso LA RAZÓN– aportado ayer mismo al juez Manuel García Castellón por la defensa de Fernández Díaz, que ejerce el letrado Jesús Mandri, tras el careo al que se sometieron el ministro y Francisco Martínez, en el que el primero insistió en que él no remitió esos sms de 2013 que su antiguo subordinado le atribuye.

En sus conclusiones, el ingeniero informático Javier Rubio –quien según destaca en el documento ha actuado como perito "en numerosas causas civiles, penales, mercantiles y laborales"– enumera una docena de motivos para sustentar esas supuestas anomalías y destaca que "en ninguno de los pantallazos de ninguna de las actas se puede visualizar que el número de procedencia de los mensajes sea el de Jorge Fernández Díaz".

El informe llama la atención sobre el hecho de que "ninguno de los notarios identifica ni protocoliza" el número de IMEI (el identificador único para cada teléfono) del terminal y reseña que los pantallazos aportados en el primer acta "poseen entre sí diferente morfología, por lo que parece tratarse de distintas aplicaciones", lo que le lleva a pensar que Martínez podría haber hecho un “cambiazo” entre aplicaciones del terminal".

Igualmente, le sorprende que ninguno de los tres mensajes protocolizados en junio de 2019 "posee elementos adyacentes como botones, señales de cobertura, reloj del terminal, etc., que permitan afirmar que se trate de un terminal iPhone como se manifiesta en el acta". Y advierte de que en esa ocasión el notario "mutila la presunta conversación y desecha los mensajes que no son objeto del requerimiento, privando a los mensajes protocolizados de la integridad que éstos deben revestir".

En cuanto al pantallazo del segundo acta notarial, que sí incorpora esos elementos adyacentes, el perito hace hincapié en que pone de manifiesto "que el terminal no tenía insertada su tarjeta SIM", por lo que considera "imposible" que la llamada que realizó previamente Martínez al notario (para certificar que se trataba efectivamente de su móvil), y que se reflejó en el acta, "se produjera, al menos, desde dicho terminal, por lo que parece que el Sr. Martínez efectuó un “cambiazo” entre terminales sin que el notario se percatase, ya que en caso contrario, la extracción de la tarjeta SIM se tendría que haber reflejado en el acta".

Si ese teléfono carecía de tarjeta SIM, argumenta, "es que se trataba, con toda probabilidad, de un teléfono en desuso y, por tanto, no se comprende cómo después de seis años con los presuntos mensajes almacenados", los habría eliminado al ser protocolizados "cuando podrían haberse mantenido almacenados en el terminal".

Para el experto informático, "ninguno de los notarios da fe de que los mensajes se intercambien con el número de teléfono" del ex ministro, reseñando que en el segundo acta se comprueba que el remitente del mensaje es "un tal Jorge", que puede ser cualquier contacto almacenado con ese nombre, "ya que el número de teléfono no se visualiza".

Al autor del informe también le parece extraño que los sms no se hallaran en el teléfono del exsecretario de Estado tras ser incautado. De hecho, duda de que sea cierto que los eliminara, como mantiene (incluso asegura no haber conservado ese terminal, según fuentes jurídicas). "No está demostrado", dice el perito, que borrara los mensajes, ya que analizado el pantallazo incorporado a un informe de la Fiscalía, considera que lo que refleja es "una mera búsqueda, en el navegador web Safari del terminal, de cómo eliminar los mensajes SMS, lo cual, obviamente, no tiene absolutamente nada que ver con ejecutar un efectivo borrado de los mensajes".

Dado que esa búsqueda se produjo el día 19 de junio de 2019 (en su primera visita al notario en Mahón) –añade– si se hubiera producido a posteriori el borrado masivo de los mensajes "no se explica cómo es posible que el día 17 de octubre de 2019" (cuando acudió de nuevo al notario, ya en Madrid) "se pudiera protocolizar un mensaje si éste ya habría sido, presuntamente, eliminado mediante dicho borrado masivo".

"Tampoco se comprende por qué la protocolización de los mensajes se produjo en dos actas notariales, separadas entre sí por aproximadamente dos meses, si los presuntos mensajes existían desde el año 2013", añade.

Ambos notarios, recalca, comprobaron que el teléfono del exministro "se encontraba almacenado en el terminal" de su antiguo subordinado, pero los dos señalan, recalca, que es el exsecretario de Estado quien les indica que proceden del terminal de Fernández Díaz, lo que no constituye, dice, "sino meras manifestaciones vertidas a los notarios por parte del Sr. Martínez". En consecuencia, afirma que "para otorgar veracidad y certificar la autenticidad" de esos mensajes se debería realizar un análisis forense por parte de un perito informático colegiado".

Eso sí, advierte de que “cualquier forma de comunicación o contenido mantenido a través de Internet o de telefonía es susceptible de ser manipulada”, por lo que la autenticidad de esos sms “sólo puede determinarse mediante un análisis pericial del terminal en que se encuentran almacenados”. Para ello, en primer lugar Francisco Martínez debería conservar ese terminal y los mensajes.