Inmigración
Las pruebas del traslado: “4 de diciembre. 37 inmigrantes. Procedencia Islas Canarias”
LA RAZÓN accede a circulares internas de la Guardia Civil que prueban cómo se han ido trasladando a los migrantes a la Península además de en avión en ferries a Huelva
El 17 noviembre, cuando la crisis migratoria empezaba a saltar a los medios de comunicación internacionales y las cifras de llegadas a las Islas Canarias superaban las 600 diarias, en la costa onubense atracaba un ferry regular de la naviera Balearia-Fred Olsen procedente del archipiélago con 95 migrantes, todos ellos adultos. Según ha podido saber LA RAZÓN, a través de documentos internos oficiales, «cada cuatro días llega un barco a Huelva con inmigrantes procedentes de Canarias desde hace un mes y medio». Es decir, pese a que el Gobierno se afanaba, por aquel entonces, en decir que no se realizaban traslados a la Península, estos documentos demuestran que sí se estaban produciendo.
Según los informes a los que ha tenido acceso este medio, entre el 17 de noviembre y el 4 de diciembre desembarcaron 259 personas «en supuesta situación irregular» en la ciudad andaluza sin que en la mayoría de las ocasiones existiera un organismo humanitario responsable de su tutela o reubicación en el territorio español. Todos ellos eran varones, excepto tres mujeres, y la mayoría de nacionalidad marroquí.
No en vano, el perfil de los inmigrantes que están llegando a la Península a través de esta vía, así como las condiciones en que lo hacen son heterogéneas, a tenor de lo descrito en los documentos oficiales consultados. La información obtenida por LA RAZÓN abarca 17 días durante los cuales atracaron en el puerto de Huelva ocho grupos diferentes de migrantes procedentes de Canarias de nacionalidades dispares, desde nigerianos, hasta personas procedentes de Guinea Bisau o Zambia. No obstante, 120 de los 259 que arribaron durante estos días procedían de Marruecos.
Este dato no es baladí porque confirma la tendencia que están observando los agentes sobre el terreno en las Islas Canarias y confirman fuentes policiales a LA RAZÓN respecto a la nacionalidad y circunstancias en las que llegan los inmigrantes en esta ola. Muchos son personas jóvenes que «vienen perfectamente organizadas, con dinero y con contactos». Su situación poco tiene que ver con las descritas por el Gobierno de vulneración o susceptibles de recibir protección internacional.
De hecho, según refleja esta documentación, muchos de los que llegaron a la Península en ferry al ser preguntados por su destino tras pisar la Península aseguraron que tenían familiares en Huelva. No en vano, la provincia podría convertirse en los próximos días en escenario de la crisis de las pateras que angustia a las Islas Canarias. Una situación que preocupa ante la ya de por sí caótica presencia de cientos de migrantes que residen en los campamentos de infravivienda de Lepe, Lucena o Palos, entre otros. Por otro lado, otros migrantes aseguraron al llegar a la Península que se dirigían a otros puntos de la geografía española. Es decir, tras haber entrado de manera irregular en España pero con un pasaporte en regla se están trasladando por todo el territorio sin apenas control.
Entre las incógnitas por resolver está con qué documentos viajan y cómo se costean los billetes. Según señalan fuentes de las navieras, si no se posee pasaporte, el único modo que tiene un ciudadano extracomunitario de viajar a la Península pasa por que el Gobierno central emita una autorización especial para el traslado de un colectivo de inmigrantes de forma organizada, por ejemplo, para que vayan de un centro de acogida canario hasta uno en territorio peninsular.
Entre los documentos a los que tuvo acceso LA RAZÓN, hay precisamente varios viajes que cumplen estas características. El pasado 20 de noviembre, a las 18:00 horas desembarcaron 24 inmigrantes –13 de Mali, ocho de Gambia, dos de Guinea Conakry y uno de Nigeria– que fueron recogidos por Cruz Roja y trasladados hasta el centro de acogida, emergencia y derivación de Málaga–. Esa misma noche, a las 21:30, otro grupo de 11 personas –nueve de Senegal y dos de Marruecos–, que también se derivó a este centro. Estos ejemplos podrían coincidir con la explicación que el ministro de Interior, Fernando Grande- Marlaska, ofreció ayer al ser preguntado por las reubicaciones en la Península. Según dijo en San Sebastián para zanjar la polémica, desde su departamento solo se realizan «traslados muy esporádicos» de aquellos inmigrantes en situación vulnerable o susceptibles de recibir protección internacional. No obstante, el hecho de que cada cuatro días, desde hace más de un mes y medio, estén llegando grupos de entre 20 y 40 personas a Huelva parece de todo menos esporádico, más bien lo contrario, una reubicación organizada y silenciada por el Ejecutivo central. No en vano, el Gobierno considera que repartir de forma solidaria a los migrantes, como se hizo en la crisis de los cayucos de 2006, alentaría a las mafias y podría generar un «efecto llamada». Estos movimientos volverían a demostrar que sí se están realizando.
Por otro lado, en los citados documentos, existen casos de inmigrantes que llegaron irregularmente a Canarias, tienen su pasaporte en regla –evidentemente, sin un visado de entrada– y cuentan con un móvil, instrumento básico para comprar un billete o recibir una transferencia para poder abonarlo. Tras ser identificados en el puerto, explicaron que se «dirigían a distintos puntos de la geografía española». Como dijo ayer la vicepresidenta, Carmen Calvo, en «España no hay fronteras internas».
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