«Muchos estamos vivos hoy porque los boinas verdes hicieron bien su trabajo»

5 de diciembre de 2002, aguas del Cuerno de África. España recibe la petición de Estados Unidos de seguir y, si es necesario, abordar un carguero procedente de Corea del Norte (el “So San”) en el que se cree que hay misiles SCUD escondidos. En la zona están la fragata “Navarra” y el buque “Patiño”, que salen en su búsqueda. Al rechazar el capitán del carguero una inspección, se opta por el abordaje, el cual correrá a cargo de un equipo de Operaciones Especiales de la Armada (Fuerza de Guerra Naval Especial).

La idea era acercarse en helicóptero y que los efectivos descendiesen de él, pero había un problema: los cables del mástil impedían la maniobra del helicóptero. ¿La solución? Los tiradores de precisión dispararon desde la “Navarra” y rompieron los soportes que fijaban dichos cables. La aeronave se situó encima y en apenas 12 segundos siete boinas verdes estaban a bordo. En menos de diez minutos se hicieron con el buque y en una hora, tras un exhaustivo registro, confirmaron la presencia de los misiles, además de explosivos y productos químicos.

Esta intervención, que fue portada de “The New York Times”, es sólo una de las numerosas acciones de los boinas verdes españoles que se recogen en el libro “Las acciones no (todas) contadas de las unidades de Operaciones Especiales españolas”, del general de división en la reserva Jaime Íñiguez Andrade, un militar cuya trayectoria ha estado ligada al mundo de los denominados “guerrilleros”. De hecho, fue el primer comandante del Mando Conjunto de Operaciones Especiales (MCOE), creado en 2014.

Un libro “necesario”

Habla -y escribe- con la sabiduría que le otorga la experiencia de cerca de 20 años en el mundo de las Operaciones Especiales y tiene claro que este libro “era necesario para cubrir un vacío que existía, pues no hay ningún libro que recoja las acciones de los boinas verdes”. Algo que tampoco es extraño, pues uno de sus lemas es: “Sé parco en palabras, que los hechos hablen por ti”.

Así que un buen día decidió plasmar esas historias para que la gente conozca más a los miembros del Mando de Operaciones Especiales (MOE) del Ejército de Tierra, al Escuadrón de Zapadores Paracaidistas (EZAPAC) del Ejército del Aire y a la Fuerza de Guerra Naval Especial (FGNE) de la Armada. Entre otros motivos, “para que los militares más jóvenes sepan lo que hicieron quienes estaban antes”. “Es -hace hincapié- un homenaje a los boinas verdes de toda la vida. A esos que lo dan todo a cambio de muy poco”.

Prologado por el ex ministro de Defensa Pedro Morenés, y el ex Jefe de Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), almirante Fernando García Sánchez, el general hace un repaso que va desde los orígenes de estos equipos a algunas de sus principales intervenciones en misiones, tanto en territorio nacional como en el exterior. "Sin ningún morbo", deja claro. Y, obviamente, con ese "hasta aquí se puede leer" incluido, por lo secreto de las operaciones y procedimientos de estos uniformados. Pero con más detalles de los que uno puede esperar en un primer momento.

Y es que la gran mayoría de estas acciones son más que desconocidas para los españoles, al contrario de lo que pasa en otros países, que incluso las han llevado al cine: la "Operación Gunnerside" en Noruega, en 1943, para que Alemania no accediera al agua pesada (componente clave de la bomba atómica); la "Operación Nimrod" para liberar a los rehenes de la embajada iraní en Londres en 1980; la eliminación de Osama Bin Laden en 2011... Por eso, con este libro el general Íñiguez busca dar a conocer episodios similares que tuvieron como protagonistas a guerrilleros españoles.

Del islote “Perejil” a Irak

El libro cuenta acciones más que conocidas, como la ocupación del islote "Perejil", pero también muchas otras que no todo el mundo conoce, como cuando rescataron, "tras 45 segundos eternos de intercambio de fuego", a la ciudadana francesa Evelyn Combo, secuestrada en el Índico. O sus numerosos enfrentamientos en Afganistán, país en el que más acciones de fuego han tenido. En algunas, llegaron a consumir más de 2.300 cartuchos. Y entre medias: República Centroafricana, Mali, Irak, Líbano...

Y al mismo tiempo que el general narra combates, no se olvida de describir cómo son los guerrilleros: “Unos combatientes duros, bien entrenados, que no han dudado ni dudarán, en arriesgar su vida para cumplir la misión recibida, muchas veces incluso propuesta por ellos”. Efectivos comprometidos y leales, hasta tal punto que uno de ellos llegó a cancelar su boda al ser activado para dar seguridad al atunero “Alakrana” tras ser liberado por los piratas somalíes. Como dijo el jefe del MOE, general de brigada Raimundo Rodríguez Roca, en una entrevista con LA RAZÓN:“Los boinas verdes son una máquina de precisión: el margen de error es cero”.

“Muchos estamos vivos hoy porque los boinas verdes hicieron y hacen bien su trabajo”, apunta el autor en un libro que permite conocer un poco más a estas unidades y sus operaciones secretas. Porque ellos, los actores, no contarán nada. Como reza un mural en el Cuartel General del MOE, en Alicante: “Nada pidieron, ni nada se supo de sus acciones por sus propios labios”.