David del Cura
Las ideas, su defensa y la credibilidad
El centro derecha español vive uno de esos momentos de huida en los que no sabe si mata o espanta…o ni una cosa ni la otra. La ruptura en tres, descontamos ya la derecha vasca y catalana, ha generado algunos intentos de «casa común», «frente amplio» o «el suma» navarro que es el único que tuvo sentido. Otras veces se ha confundido la confluencia con la acumulación y así en Cataluña solo uno de los tres diputados es del PP. Las sumas de perdedores debilitan los proyectos.
Casado ganó las primarias en la segunda y definitiva vuelta, la de los delegados. Aznaristas, cospedalistas, enredadores, no alineados y esa amalgama de gentes de partido que se sintieron agraviados por Rajoy, «con lo que yo valgo y no soy ni Secretario de Estado, no te digo Ministro». Todos sumaron. Pablo conoce el percal político, las sensibilidades y evitó el mangoneo con dos decisiones de autoridad: nombrar a Cayetana a la que tuvo que expulsar pero sigue en el Congreso y la apuesta por Ayuso, que podría ser el reflejo de la política que «querría hacer», pero la Presidenta de Madrid ha pedido hora para reunirse con Monasterio porque sin Vox no hay presupuestos.
Casado en la moción de censura decidió el camino opuesto pero nada sabemos de la expansión hacia el centro porque bizquea hacia el extremo. El único empeño ha sido el poder interno. Así ha tenido que ir liquidando compañeros de viaje y la herencia de Rajoy, que se fue en desbandada. Dos años y pico después todo pasa por cambiar de sede. ¿Qué mas se puede hacer me pregunta un amigo más devoto que crítico? Ser alternativa, plantear otro horizonte.
Estamos en una crisis sanitaria, económica y social y a los ciudadanos hay que hablarles claro y dar la sensación de que hay personas e ideas para ocupar el banco azul. Es difícil de entender que actualmente no exista una estrategia común de las cinco Comunidades gobernadas por el PP para hacer frente a la expansión del virus. Que no haya una acción coordinada para la recepción, inversión y reclamación de los fondos procedentes de Bruselas.
Sánchez decidirá y toda crítica será ¿dónde está el informe del Consejo de Estado? Falta una voz económica autorizada, creíble con un programa de recuperación nítido. Ante el desafío institucional que se plantea con la judicatura y la Jefatura del Estado la respuesta es «no» para el Consejo y el acrítico «¡viva el Rey!». Todo el conocimiento y la experiencia de años de gobiernos se haya desterrado de Génova 13. Si además de estas carencias se exhibe la soberbia y antipatía del último tramo de la absoluta del 2000…no son los otros ni las encuestas del CIS ni Bárcenas ni el «empedrao». Son las ideas, su defensa y la credibilidad.
Los gestos que se prodigan fuera de plazo son aspaviento o manierismo y la lealtad sin honestidad es puro seguidismo. Pensar que la división que existe en el Gobierno es la fuerza motriz para reforzar a la oposición es otro error de los que esperan sentados… y mueren sentados.
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