El personaje

Monedero: un oscuro tesorero

Siempre fue el auténtico cerebro de las finanzas podemitas y su mano ha tejido en la sombra el entramado de las cuentas de la formación morada

Monedero: un oscuro tesorero
Monedero: un oscuro tesoreroPlatónLa Razón

Es una de las figuras más polémicas del panorama político. Está inmerso en una investigación que le llevará a declarar la próxima semana ante el juzgado numero 42 de Madrid y arrastra toda una serie de asuntos turbios sobre la financiación de Podemos. Juan Carlos Monedero, fundador del partido morado, siempre fue el auténtico cerebro de las finanzas podemitas. En consonancia con su apellido, una especie de bolsillo abierto a recaudar dinero para esta izquierda radical. Un oscuro tesorero cuyas pesquisas del juez conducen al cobro de facturas presuntamente falsas de la consultora Neurona durante las campañas electorales de 2019.

El auto judicial coincide con un cobro millonario de 20 millones de dólares a la misma empresa, conseguido por Monedero durante un viaje a Ecuador y sus buenos contactos con afines al ex presidente Rafael Correa, para sufragar la campaña del nuevo mandatario ecuatoriano, Andrés Arauz. Un entramado denunciado por el ex abogado de Podemos José Manuel Calvente sobre el que recaen fuertes sospechas de financiación irregular del partido.

Juan Carlos Monedero Fernández-Gala, nació en una familia de derechas, hijo del asturiano Salvador Monedero y la manchega de Albacete Flora Fernández. Con seis hijos a su cargo, el matrimonio montó un bar en el céntrico barrio de Argüelles. De esa época cuenta Monedero que se aficionó al desayuno de café con churros antes de acudir al colegio religioso de los Sagrados Corazones. Con un padre de derechas, Juan Carlos se enroló en la extrema izquierda a los once años cuando un amigo le contó la detención de su padre miembro de la Unión Militar Democrática. Ahí empezó su activismo radical como estudiante de Ciencias Políticas en la Universidad Complutense y un doctorado en Heidelberg, Alemania, idioma que domina. A su vuelta a España, fue asesor de Gaspar Llamazares durante su etapa de coordinador general de Izquierda Unida. Entonces se definió como «un comunista anarco», que refleja su carácter de iluminado rojeras, como todos los podemitas con doble vara de medir.

Pero su gran salto a la política se produce en Venezuela, de la mano del presidente Hugo Chávez, a quien asesora y quien le pone hasta un despacho en el palacio presidencial de Miraflores, en Caracas. Allí se proclama fervoroso del régimen bolivariano, define a Chávez como «el gran libertador de América Latina» y diseña Podemos. Es donde arranca la turbia financiación del partido, sus vínculos con el régimen chavista, que prosiguen con Nicolás Maduro. Fue Monedero quien reclutó jóvenes comunistas en la universidad, donde conoce a Pablo Iglesias, Íñigo Errejón y Rafa Mayoral. Los críticos de Podemos aseguran que Monedero ha sido el auténtico recaudador en la sombra tras la tapadera de Neurona. Una consultora vinculada a los gobiernos radicales de América Latina y sobre la que se ciernen las investigaciones.

El Tribunal de Cuentas y la UDEF ya sospecharon en su día contratos simulados y facturas falsas, es decir, sin prestación deservicios por los que se pagó, que conducen ahora a las pesquisas del juez Escalonilla. La mano de Monedero siempre ha tejido en la sombra el entramado de las cuentas de Podemos: «No sé para que me llaman», afirma con osadía ante su próxima visita al juzgado.

Hace años, la Hacienda española investigó sus servicios de asesoría a los regímenes de Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua, realizados para la creación de una supuesta unidad monetaria en Latinoamérica, por lo que habría cobrado medio millón de euros, a través de la empresa Caja de Resistencia Motiva, sin empleados ni estructura organizativa, para facturar el dinero obtenido y, en opinión de los investigadores, trasvasar presuntamente una parte a la financiación de Podemos. Las fuentes consultadas coinciden en que Monedero mece la cuna de las cuentas del partido y señalan a Neurona como una tapadera para desviar fondos o blanquear dinero de América Latina.

Como a todos sus compañeros comunistas bolivarianos, le gusta la buena vida y frecuenta selectos restaurantes en Madrid. Compagina sus clases en la Facultad de Políticas con tertulias televisivas, la presidencia de la Fundación de Podemos «Instituto Democracia 25 de Mayo», un extraño organismo de cariz comunista dedicado al análisis político y formación cultural, y sus jugosas colaboraciones con Neurona, ahora bajo la investigación del juez Escalonilla. Simpático, dicharachero y polemista, se define como «un guasón, algo melancólico». De su vida personal asegura que «ha sufrido por amor» y no entra en sus planes tener hijos. «No me interesa el poder, sino solucionar este mundo», suele decir cuándo le entrevistan. De su infancia en el bar familiar le quedan su afición a los churros y el bocadillo de calamares. Dice que canta «rap» y su libro favorito es «El club de los poetas muertos».

Verdadero cerebro ideológico y maniobrero tesorero de Podemos, practica una doble vara de medir. Monedero es investigado por facturas y contratos falsos, Pablo Echenique fue sancionado por Hacienda por no pagar el IRPF a su asistenta, y la pareja Iglesias-Montero está ya en la aristocrática casta que antaño denunciaban, con la mansión de Galapagar, la moqueta de Moncloa y niñera oficial incluidas. Quienes bien le conocen le definen como un hombre listo, «echado palante», bastante iluminado, entre una mente fría y un carácter visceral. Polemista y tertuliano, tiene un verbo ágil y muchos le consideran el gran ideólogo del 15-M, el movimiento socio-político que define como «lo mejor que le ha pasado a la democracia». Vigilante de los ricos, y vigilado por serlo, es el prototipo demagogo de la nueva izquierda: todo para mí, nada para los demás.