4-M

¿Otro gobierno Frankenstein en Sol?

El giro de Gabilondo en el debate electoral abre la puerta a un tripartito de PSOE, Más Madrid y Podemos tras el 4-M como alternativa a Ayuso a pesar las diferencias programáticas.

Imagen de los candidatos de PSOE, Más Madrid y Unidas Podemos al término del debate electoral
Imagen de los candidatos de PSOE, Más Madrid y Unidas Podemos al término del debate electoralJuanjo MartínEFE

«Querido Pablo, confío en que apoyes un gobierno para frenar la foto de Colón. Pablo, querido Pablo. Si nosotros tenemos una mayoría como tenemos que tener y como muestran esas encuestas espero tu apoyo y la posibilidad de poner un dique de contención de frenar al Gobierno de Colón». Estas palabras de Ángel Gabilondo en el final del debate que reunió el miércoles a los seis aspirantes a la Presidencia de la Comunidad de Madrid supusieron una autoenmienda respecto a la posición que el candidato socialista había mantenido hasta ahora en torno a la posibilidad de tejer una coalición en el que se integrara el líder morado. «Con este Iglesias, no», fue su respuesta en el arranque de la campaña.

Dentro de un discurso apuntalado por el barómetro publicado ayer mismo por el CIS, la invitación de Gabilondo a Iglesias, pese al evidente giro discursivo, no es del todo clara. De hecho, el catedrático de universidad invitó a Mónica García, candidata de Más Madrid, a unir fuerzas para gobernar juntos, pero el guiño a Iglesias se limitó a una petición de apoyo frente a la derecha. «Mónica, con Más Madrid podemos sumar. Pablo, tenemos 12 días para ganar las elecciones», resume el planteamiento del PSOE.

Ayer, dentro de este mismo tono enigmático, Gabilondo explicó que su oferta a Iglesias cobra sentido a raiz del portazo de Edmundo Bal. Comienza, explicó Gabilondo, una nueva orientación propiciada por el no de Ciudadanos. Insistió en su llamada a unir a todas las fuerzas de izquierda para acabar con el «gobierno de Colón». Según el diagnóstico del candidato socialista, Cs ha dejado claro que vuelve «a optar por el PP y por que Isabel Díaz Ayuso sea presidenta». Y eso cierra la puerta a un acuerdo de centro izquierda sin Podemos: «Hasta aquí llegan todos nuestros intentos por llegar a aproximaciones. Seguiremos con las dos manos en todas las direcciones pero esto significa un cambio importante», destacó.

Descartado el escenario de un acuerdo con Bal, Gabilondo sí volvió a llamar a los votantes de Ciudadanos para ver si ellos quieren volver apoyar a este Gobierno de Ayuso o prefieren uno «progresista y limpio». En este punto, ha llamado a todos los progresistas, democráticas y a «toda la izquierda« para »parar el Gobierno de Colón».

El cambio de rumbo de Gabilondo consolida el 4-M como un referéndum entre dos opciones: Ayuso o las formaciones de izquierdas. Y también devuelve a Iglesias al centro de una campaña en la que no había conseguido, hasta ahora, el protagonismo necesario para remontar en las encuestas. El candidato de Unidas Podemos recogió el guante lanzado desde Ferraz. Aseguró ayer que la invitación de Gabilondo refuerza la «evidencia» de que la única alternativa al PP «es un gobierno de coalición de izquierdas».

«Repartirse cargos»

Ese escenario, sin embargo, a juicio de Iglesias sólo podrá concretarse con él dentro del gabinete. Y ante la tentación de PSOE y Más Madrid de dejarle fuera, lanzó a ambos una advertencia. Le instó, de hecho, a esperar a conocer la correlación de fuerzas antes de «repartirse» cargos.

Ante una eventual reedición de la coalición PSOE-Podemos en la Puerta del Sol, cabe destacar el abismo que en materia fiscal separa a ambos candidatos. Al menos en lo que respecta a las posiciones que han fijado en los últimos días. Gabilondo ha insistido en su compromiso de no subir los impuestos en los próximos dos años por el contexto de grave crisis económica derivada de la emergencia sanitaria. Receta que contradice las propuestas del propio Gabilondo durante esta corta legislatura, pero que, sobre todo, va en contra de las recetas de Podemos de subidas fiscales. En materia educativa, la defensa que Gabilondo siempre ha enarbolado de la educación concertada, desde su paso por el Ministerio de educación hasta su actual responsabilidad como portavoz socialista en Madrid, choca frontalmente con la decidida apuesta por los de Iglesias de eliminar los conciertos educativos.

Más cercanos parecen sus posicionamientos en materia social. Gabilondo ha insistido en estos días en su propuesta para implementar ayudas y suplementos a las personas que perciben la renta mínima. Iglesias y Unidas Podemos han apostado, por su parte, en propuestas más concretas, como el dentista y las gafas gratuitas, o la financiación con cargo a las arcas públicas de los dos primeros años de los estudios universitarios superiores y de la Formación Profesional.