Campaña de amenazas

Se investiga un nexo común entre todas las cartas amenazantes

Los expertos dan por hecho que la intención de la campaña es desestabilizar el 4-M

Carta enviada a José Luis Rodríguez Zapatero, que incluye una nota y dos balas del calibre 38
Carta enviada a José Luis Rodríguez Zapatero, que incluye una nota y dos balas del calibre 38La RazónLa Razón

Las Fuerzas de Seguridad del Estado investigan si existe algún tipo de nexo común en la «oleada» de cartas amenazadoras, con proyectiles en su interior, que reciben en estos días políticos y otras autoridades. Según han informado a LA RAZÓN fuentes conocedoras del asunto, lo que parece probado es que los autores de los envíos, una vez aclarado los que fueron remitidos desde El Escorial, tienen el fin de crear un ambiente de desestabilización en la última fase de la campaña electoral para los comicios autonómicos madrileños. Han logrado que se hable de amenazas más que de programas y propuestas para los ciudadanos llamados a votar. Es como si España se encontrara en pleno conflicto civil , previo a cosas peores, cuando la realidad, que es la que hay que analizar, es que se trata de unos sobres con unos proyectiles, de distinto calibre en su interior. Unos artilugios que, sin el arma correspondiente, no tienen ningún poder letal a diferencia de los que ocurriría si se tratara de artefactos explosivos. Se busca, y se logra, la publicidad porque, insisten las fuentes consultadas, no hay que olvidar que las personas receptoras de los envíos son víctimas de una amenaza, sea quién sea el autor de las mismas. Aunque en algunos casos hayan sido ellos mismos los que han dado publicidad a los hechos, en otros se han filtrado desde distintas instancias con el fin de tener informada a la opinión pública.

Todo esto, puede producir también un efecto de imitación por la gran relevancia mediática que logran la difusión de las noticias sobre las amenazas postales, aunque los investigadores se inclinan por pensar que hay una intencionalidad desestabilizadora que, al final, no se sabe muy bien a quién puede beneficiar el 4-M, si es que beneficia a alguien.

Se investiga si una persona, o un grupo de personas, que pueden actuar por iniciativa propia, o dinamizadas por otros individuos, que las manipulan, son los autores de los envíos, como una hipótesis más

Las pesquisas continúan y, a los datos adelantados por LA RAZÓN, sobre el origen de algunos de los proyectiles, la fábrica de santa Bárbara, montados en 1980, no parece que se puedan obtener muchos más en lo que respecta a los cartuchos. Se trata de alguien que los ha conservado desde entonces y ahora les ha querido utilizar como elementos para amenazar. Este sistema no es algo nuevo, ya que ETA lo practicaba depositando proyectiles de su munición preferida, la de 9mm Parabellum, en los cajetines de cartas de las personas a las que quería dar «un aviso».

Ayer mismo, se tuvo conocimiento de nuevos envíos. Según confirmaron a LA RAZÓN fuentes del Ministerio del Interior, el objetivo de una nueva misiva era el ex presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero. El sobre fue detectado en el centro automatizado de Correos en Vallecas. En su interior, dos cartuchos y una nota, que los agentes especializados están examinando, y que incluía el siguiente mensaje: «zapa, alimaña dañina, insulsa, ignorante que hizo y sigue haciendo tanto daño a España, ojalá te revienten las meninges por las cejas».

En la tarde del martes, fueron los Mossos D’Esquadra los que intervinieron una carta con proyectiles dirigida a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. De esta manera, el origen de los envíos se diversifica y ya incluye Cataluña.

Asimismo, existe una nueva carta amenazadora dirigida a la Guardia Civil e intervenida por los servicios de seguridad de Correos el martes por la noche. Contenía en su interior referencias directas hacia el líder de Podemos y candidato a la Presidencia de la Comunidad de Madrid, Pablo Iglesias.

En este caso, se demuestra la intención desestabilizadora, ya que al estar dirigida a la Benemérita, el autor del envío daba por supuesto que sería sometida a una especial revisión.