Política
Se cuecen «unas primarias a cara de perro» en el PSOE andaluz
En la pugna entre Díaz y Espadas «cada voto importará» e históricos temen que el partido acabe «roto»
El próximo 13 de junio, los alrededor de 45.000 militantes que componen el músculo del PSOE andaluz votarán para elegir al que quieren que sea su candidato a la Presidencia del Gobierno autonómico en las próximas elecciones regionales, fijadas de entrada a finales de 2022, pero que podrían adelantarse. Será la primera vez que lo hagan. Se han convocado primarias antes, pero con un único aspirante en la carrera, al no lograr el resto los avales que eran necesarios para presentarse, un porcentaje de dos dígitos que se ha reducido a un 2%, unos 900, en este caso. El proceso de selección interno ha estado precedido de meses de retahílas de reproches de los sectores críticos de la formación hacia la dirección regional dirigida por Susana Díaz que desembocarán, temen muchos, en «unas primarias a cara de perro» en las que «cada voto importe» para optar entre aquélla y el ahora alcalde de Sevilla, Juan Espadas, aunque no se descartan más protagonistas. De hecho, anoche el profesor de Economía de la Universidad de Sevilla Luis Ángel Hierro adelantó en redes que se convertirá en el tercero en liza.
Habrá que medir fuerzas.Ya ha habido posicionamientos territoriales cargados de significado. Mientras las ejecutivas provinciales de Córdoba, Sevilla, Almería y Málaga se mostraron partidarias de no adelantar las primarias, en línea con lo defendido por Díaz hasta esta semana; las de Jaén, Cádiz y Granada, a las que desde el ala no afín a la secretaria general sumaron Huelva, comandada por una gestora, se alinearon de forma contraria. Pero, «¿quiere eso decir que unas y otras votarán en bloque a Díaz o a Espadas?», se preguntaron fuentes del partido en conversación con LA RAZÓN, para contestarse: «La respuesta es que no se debe presuponer eso, porque dentro de cada uno de los territorios hay agrupaciones que piensan distinto y además, el voto es individual y libre», advierten. «Hay que ser prudentes con los cálculos», se ponen a resguardo.
Díaz tiene algo más de un mes para salir a flote y es consciente de que hay quien quiere apartarla.Tiene experiencia en primarias hirientes. Se enfrentó al líder nacional del PSOE y presidente del Gobierno central, Pedro Sánchez, por la Secretaría Federal en mayo de 2017, y venció el socialista con el 50,2% de los votos, tras un periodo orgánico convulso. Ahora, desde la dirección federal se ha activado un proceso de elección en Andalucía «sin haber hablado con la secretaria general del partido», reprochan desde el círculo de Díaz, en alusión al intento de ésta por contactar con Sánchez sin éxito, tras hacerse pública la hoja de ruta prevista por Ferraz para la federación andaluza. En su entorno dan por hechas las interferencias de Madrid en el proceso. Tal vez por eso la líder del PSOE-A reiteró ayer que confía en que la que dirección federal sea «garantista», se mantenga «al margen» y permita «votar en libertad a la militancia».
Sus leales aseguran que «no está articulando las primarias como una guerra o un pulso» contra Sánchez y defienden su «legitimidad» para concurrir, ya que «ganó las elecciones autonómicas, no huyó, se quedó en la oposición y tiene un proyecto renovador que es colectivo, no personal, para desalojar a las derechas». Entre sus bazas para triunfar anotan que «conoce la institución perfectamente –la Junta–,así como Andalucía porque se la ha pateado –sólo en los dos últimos meses ha visitado un centenar de municipios–». «Es una persona con foco nacional –cosen–, no tiene un perfil plano y sí ganas, convicción, fuerza y equipo», rematan. En su contra juega que, pese a conseguir que el PSOE fuera la fuerza más respaldada en 2018, un acuerdo de Gobierno entre PP y Cs, con Vox como puntal externo, desalojó a los socialistas del poder. Tampoco le beneficia su historial de enfrentamiento con Sánchez. Hay quien apunta, por último, al hecho de que sea «una mujer», aunque sobre esto no hay consenso.
Del lado de Espadas, quien oficializará su candidatura mañana en Granada, destacan que se trata de «alguien que viene del ámbito municipalista» y es en los ayuntamientos donde «radica en estos momentos la fuerza del PSOE-A», tras perder el Ejecutivo regional. A ello engarzan que ha demostrado en el consistorio sevillano que «sabe pactar», lo que en un contexto político líquido donde las mayorías absolutas empiezan a ser una rareza «podría ser necesario».
Desde su ala aseveran que su campaña será «limpia y propositiva, sin barro», ya que el fin es «armar un proyecto» con el que sellar «una nueva alianza del PSOE con la sociedad andaluza» para volver a la Junta. Buscarán también «recuperar una interlocución normal con la estructura federal del partido, desde la independencia», lanzan, en alusión a la distancia entre Díaz y Sánchez, para «contribuir a hacer más fuerte al PSOE de España». En ese sentido, la etiqueta que le han colocado algunos de «candidato de Ferraz», que desde su órbita rechazan al recordar que es quien «ha concitado el mayor consenso» entre sectores críticos heterogéneo, podría «restarle votos». Captarlos será la consigna de ambos bandos las próximas semanas. A históricos del PSOE-A les inquieta que el partido acabe «roto».
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