Andalucía

Guerra en el PSOE

La candidatura de Ferraz al PSOE de Andalucía da a Díaz «un tercio» de los votos en el «mejor» de los casos

La primera batalla del proceso interno de elección se libra entre acusaciones cruzadas de «injerencias»

De las palabras rotas se ha pasado a los hechos. Finalmente serán cuatro las precandidaturas a las primarias en las que el PSOE andaluz designará a su cabeza de cartel para optar a recuperar la Presidencia de la Junta, ya que a las conducidas por la ex presidenta de la comunidad Susana Díaz, el alcalde de Sevilla Juan Espadas y el profesor universitario y ex diputado Luis Ángel Hierro, se sumó ayer la abanderada por el médico granadino Manuel Pérez, quien ya trató de ser secretario general del partido a nivel nacional en varias ocasiones, e incluso llegar a las elecciones generales, en una secuencia ingrávida de intentos sin éxito.

La Comisión Regional de Garantías Electorales verificó que todas reunían «los requisitos reglamentariamente establecidos», por lo que acordó «proclamar las mismas a los efectos de continuar las siguientes fases del procedimiento electoral convocado», según lo aseverado en un comunicado difundido por la formación. El equipo de Espadas fue el primero en dar el paso y registró además un escrito dirigido a la Secretaría de Organización del partido con un objetivo: fijar una reunión para distribuir los recursos de los que dispondrán los aspirantes en liza durante el proceso. Más tarde, la parlamentaria autonómica Beatriz Rubiño gestionó lo relativo a la opción de Díaz, mientras Hierro se ocupó personalmente de la que lidera.

La portavoz de la candidatura de Espadas, la parlamentaria regional María Márquez, mostró su confianza en que desde la dirección regional de la formación se garantizará el «juego limpio» y «la igualdad de oportunidades» para los competidores en cuanto a «los recursos, tanto económicos como de personal», de los que disponen. Frases con punta, ya que existe cierto «malestar» entre quienes apuestan por Espadas achacable a la «utilización que Díaz sigue haciendo en su beneficio del ‘aparato’» y de «los medios vinculados a la comunicación y a las redes sociales», no sólo del PSOE-A, sino también, según fuentes de ese sector, «de las del PSOE de Sevilla». «Algo que no es justo», criticaron. Los recursos se han de poner a disposición «en igualdad de condiciones» de todos los candidatos, defendió Márquez. En concreto desde la comisión de garantías se les tendrán que facilitar a todos los contendientes datos estadísticos del censo de militantes, del número de avales necesarios y formularios oficiales para recogerlos, e información de contacto de las agrupaciones municipales y de distrito.

Si a unos les carcomen las supuestas «injerencias» de la dirección regional, a otros les preocupan las de la federal. Del lado de Díaz creen que Ferraz «moverá sus hilos» para intentar que gane el alcalde de Sevilla. Una «ayuda» de doble filo para el socialista, dado que, si es previsible que esto le beneficiará, por una parte; por otra no lo hace el que se le considere el «candidato de Madrid». Y no es lo único que inquieta al ala afín a Díaz. Otras fuentes apuntaron a «las consecuencias que tendrá» el que Espadas «continúe con su gira» por la comunidad –la que antes ha llevado a cabo y realiza Díaz, pero siendo jefa de la oposición en la región– «a costa del ayuntamiento» de la capital hispalense, el mayor del país gobernado por el PSOE. En relación a esa queja, el regidor aseveró en un programa de Canal Sur Televisión que abandonará la Alcaldía en el momento en el que el presidente del Gobierno andaluz, el popular Juanma Moreno, convoque elecciones autonómicas, que, de no adelantarse, no tocan hasta el próximo 2022. Es decir, compaginará su cargo con el proceso orgánico y, si ganara, podría compatibilizar durante meses su condición de futuro candidato a la Presidencia de la Junta con el bastón de mando municipal.

Por ahora se afinan relatos para captar votos entre la militancia de la federación más nutrida del PSOE. Fuentes del entorno que respalda a Espadas trasladaron a LA RAZÓN que barajan que Díaz pueda congregar, «en las mejores circunstancias», algo más de «un tercio» de los sufragios, aunque admiten que aún están por cuantificarse las papeletas que podría lograr el socialista.

Lo que sí parece tener claro Díaz es que las convicciones no siempre son irreductibles y que dirigentes que en el pasado la «alababan», cambiarán de bando. «Sé ya, a día de hoy, cuando la gente se acerca a ti solo para darte cariño, exclusivamente para aportar», y cuando «vienen buscando otro interés», lanzó desde TVE. Le ha servido, desveló, para poner «el mérito y la capacidad» por encima del «amiguismo».