Cristina López Schlichting

Ad Maiorem Dei gloriam Sánchez

El Comité Federal del PSOE se reúne tres veces al año. Es un parlamento interno que constituye el máximo órgano entre congresos y se supone que dirige la política del partido. Digo «se supone» porque, desde que Pedro Sánchez ha hecho depender su puesto de los votos de las bases, manda con mano de hierro en el socialismo. Este Comité de hoy va a convocar el Congreso Socialista de Valencia, a mediados de octubre, donde se revalidará presumiblemente a Sánchez, y se ha adelantado básicamente para sacar a Susana Díaz de la Secretaría Federal del PSOE de Andalucía. Para que haya elecciones en la federación andaluza, en efecto, tienen que producirse antes las primarias nacionales, pero en el Comité Federal es posible introducir en el orden del día el adelanto de primarias locales. Díaz ya ha anunciado que no se va a presentar, tras su reciente derrota en primera vuelta. La convocatoria se hará el próximo 12 de julio y de este modo se evitará demorar la cosa hasta finales de año, cuando están previstos los congresos regionales. En el partido hay temor a que el presidente andaluz, Moreno Bonilla, convoque elecciones por sorpresa en otoño y pille al PSOE en plena interinidad y con una bicefalia.

El otro plato fuerte de este Comité, que es presencial por primera vez desde la pandemia, es la explicación de Sánchez sobre los indultos en Cataluña, que han molestado especialmente en las federaciones aragonesa, castellano manchega y extremeña. Se da la circunstancia de que Emiliano García Page no asiste físicamente, porque ha sido operado de una mano, y se ha llegado a rumorear que la operación se programó para evitarle la confrontación con Sánchez. Page llegó a decir la víspera de los indultos que «le dolía la mano, pero mañana me dolerá el corazón». Poco va a pasar, sin embargo, a estas alturas del verano. Una tiene la sensación de que los socialistas son expertos en encarnar en un mismo partido una cosa y su contraria, para contentar a las distintas partes del electorado. Mírese, por ejemplo, el enfrentamiento de las ministras Irene Montero y Carmen Calvo sobre la Ley Trans. ¿Que estás a favor de los indultos? Pues te fijas en Miquel Iceta o en «baronas» como María Chivite (Navarra), Idoia Mendía (País Vasco) o Francina Armengol (Baleares). ¿Que no lo estás? Pues tienes a Page, Vara, Lambán y hasta Felipe González. El secretario general del PSOE justifica su decisión por el deseo de abrir un tiempo de diálogo y reencuentro, pero lo cierto es que necesita el apoyo de los partidos secesionistas para mantenerse en el poder nacional. El martes recibió de hecho al presidente de la Generalitat y ha pactado retomar en septiembre la mesa «bilateral entre gobiernos».

La cita de hoy del PSOE se hace en un hotel madrileño, en lugar de en Ferraz, por el coronavirus, con el fin de garantizar las distancias y las medidas sanitarias. En octubre, Pedro Sánchez se presentará a las primarias y ganará. No se reproducirá el apasionante duelo que en su día protagonizó Susana Díaz.

Ella será senadora de España y habrá pasado a la Historia como la única que puso pie en pared ante el avance del presidente. Los planes de Juan Espadas en la gran federación andaluza pasan por desplazar el apoyo que Vox presta con sus 11 escaños a la coalición de gobierno PP-Ciudadanos. El alcalde de Sevilla propone pactos puntuales para facilitar la labor de gobierno que saquen al partido de Abascal del albero y visualicen de nuevo algún tipo de protagonismo del PSOE-A. Es curioso, al final, este Comité Federal tiene en cierto modo a Vox como desafío.