Diada

Aragonès irá a la Diada pese a la amenaza de boicot

Casi todo el Govern estará en la marcha convocada por la ANC

Aragonés, ayer, en la sede de la Generalitat
Aragonés, ayer, en la sede de la GeneralitatAlejandro GarcíaEFE

«Irá a la Diada, acude desde hace años, se moviliza desde que era casi adolescente y este año lo hará como president». Así explican en el Palau de la Generalitat laa asistencia de Pere Aragonès a la manfestación independentista del sábado que organizará la Assemblea Nacional Catalana (ANC) en el centro de Barcelona. La primera con los republicanos al frente del Ejecutivo, en un ambiente hostil tras las duras críticas de las entidades por el rumbo del «procés» y a las puertas de la mesa de diálogo, prevista para finales de la semana que viene.

Aragonès estará presente junto a casi todo el Govern de JxCat y ERC. «La mayoría de consellers irán», señalan en el Ejecutivo sin ofrecer un listado concreto. Cuentan que prácticamente todo el gabinete esté presente y sólo habrá posibles ausencias por casos de fuerza mayor.

Además, la Generalitat acordó ayer que las manifestaciones dejen de ser estáticas y puedan volver a tener movimiento y cabecera, en vísperas de la Diada y permitirá reuniones de más de 10 personas en la desescalada de la quinta ola.

El Govern de Pere Aragonès afrontará así una jornada de alto voltaje político y se expondrá a posibles protestas después de que la ANC se haya marcado como objetivo recuperar el pulso de la calle y agitar un movimiento que ha dado muestras de desfallecimiento en las últimas citas. Y, para lograrlo, la entidad independentista apela a la vía unilateral, exige ir preparando una DUI esta misma legislatura y carga contra la estrategia de negociación y pactos que promueve Esquerra al frente de la Generalitat.

De hecho, el lema de este año es «luchemos y ganemos la independencia» y el recorrido ideado por la ANC transcurre por la zona cero de los disturbios tras la sentencia del «procés» en 2019: partirá de plaza de Urquinaona, bajará por Via Laietana –pasará por delante dela Jefatura de Policía, escenario de múltiples y habituales protestas y terminará ante la Estación de Francia. La idea inicial era terminar ante el Parlament, algo que la ANC ha variado a última hora alegando motivos de espacio y de seguridad sanitaria. Tampoco habrá un espacio reservado para los políticos –se eliminó en 2019– por lo que el president y los consellers se tendrán que mezclar en la marcha con el riesgo de posibles abucheos o boicots.

Y es que la manifestación independentista de este año es la más incierta hasta la fecha, sin un número concreto de asistentes –la ANC no obliga a registrarse– pero con la previsión de afluencia más baja de los últimos años. También se prevé la más convulsa para el Govern, con las entidades criticando las eternas discrepancias entre partidos y la mencionada vía pactista de ERC.

De hecho, la CUP –el partido que sustenta al Govern de forma externa– liderará el mismo sábado por la tarde su propia manifestación de la Diada junto a varias organizaciones de la izquierda independentista radical bajo el lema «La lucha es el único camino, ni pactos ni renuncias» en referencia a la mesa de diálogo. Otro boicot a ERC y al Govern.

Aragonès estará en el punto de mira de las bases en un día clave para el independentismo. Antes, el republicano tendrá una agenda intensa las horas previas: la noche del viernes se estrenará con el tradicional discurso que el president pronuncia con motivo del 11-S en Cataluña. Y lo hará desde un escenario neutro, el Hospital de Sant Pau, y en pleno reinicio del curso político. Cabe recordar que en Navidad, el republicano no pronunció el tradicional mensaje y alegó estar sustituyendo en funciones al inhabilitado Quim Torra, por lo que el del viernes será el primero al frente de la Generalitat. También el viernes, el Parlament acogerá la entrega de su Medalla de Honor a las «víctimas de la represión y a los colectivos jurídicos que las defienden frente a la causa general contra el independentismo».