La entrevista
García Egea: «Es posible pactar el CGPJ siempre que se acepten las condiciones del PP»
El secretario general del PP fija la posición del partido en la renovación del Consejo del Poder Judicial, rechaza un Gobierno de coalición con Vox y defiende que el Rey emérito vuelva a España
El PP ha recuperado con él el perfil del secretario general que ejerce de secretario general. Puede ser incómodo para algunos. Discutido, para otros. Pero a Pablo Casado le presta el servicio que necesita: «quemarse» por él si hace falta.
¿Por qué ha sido posible anunciar ahora el acuerdo con el Gobierno sobre las vacantes institucionales, menos el CGPJ, que tenían prácticamente cerrado desde hace meses?
Hemos sido capaces de separar lo que nos diferencia, el CGPJ, de lo que nos unía. En la Convención de Valencia Pablo Casado fijó como uno de sus primeros ejes de actuación el reforzamiento institucional. Y para avanzar en esa dirección es necesario que las instituciones se renueven y que se normalice la situación. Casado tendió la mano el miércoles pasado en el Congreso y, una vez que el PSOE decidió aceptarla, fue posible el acuerdo.
La izquierda y la no izquierda, como Vox, les acusa a ustedes y al PSOE de renovar el TC por un interés común en recolocar cada uno sus piezas.
El TC no es un órgano judicial, es el guardián de la Constitución y está situado por encima de los tres poderes del Estado. El nombramiento de sus magistrados no tiene desarrollo legislativo, está en la propia Constitución.
¿En el pacto está representado Podemos?
El acuerdo del PP y el PSOE es un acuerdo bueno para España. Es un acuerdo como el que se ha venido haciendo durante los últimos 35 años sobre la base de un consenso amplio y de profesionales de reconocido prestigio. Entiendo que todos los partidos tienen que desarrollar su liturgia, y ahí hemos visto a Ciudadanos y a Vox cargar contra la renovación de unos órganos que la Constitución dice que hay que renovar. Podemos reivindica un acuerdo en el que no ha estado sentado en la mesa de negociación y sobre el que ni siquiera ha sido informado. Sánchez tiene que hablar mucho más con los que queremos España y mucho menos con los que quieren destruirla.
¿Y el PP también va a intentar hablar más con Sánchez? ¿Esto abre una vía nueva de búsqueda de pactos?
Cada vez que Sánchez hable más con los que queremos a España, con los que queremos avanzar y con los que queremos progresar, España avanzará, y cada vez que Sánchez nos dé la espalda, y hable más con los que quieren destruir España, España retrocederá.
¿Pero han recuperado la fe en los pactos de Estado con Sánchez?
Soy muy realista y sé que en política no existen los milagros. Uno puede tener un momento de lucidez y firmar un acuerdo bueno para España con los que queremos España. Pero no soy tan optimista como para pensar que esto puede ser un cambio tan radical. Los socios de Sánchez siguen siendo los mismos. Los Presupuestos tienen el apoyo parlamentario de los 176 que pusieron a Sánchez en Moncloa.
Y el PP continúa sometido a la tensión del pulso con Vox.
Desde la Convención Nacional y, sobre todo, desde la reunificación del centro derecha, ya no miramos a nadie. Nuestro objetivo ya no es sumar para gobernar con nadie, sino ganar y gobernar España, no en solitario, como se suele decir, sino gobernar España con esos millones de españoles que cada vez se suman más al proyecto de Pablo Casado. La foto de la de la plaza de toros de Valencia muestra un partido fuerte, unido. Pero no empezó a llenarse esta semana, lo hizo cuando Casado asumió la Presidencia del partido. Para volver a ilusionar necesitamos ese liderazgo claro, un proyecto de futuro para este país y un partido unido para llevarlo a cabo.
¿El acuerdo sobre el TC es un anticipo de un próximo pacto sobre el CGPJ?
Es importante escuchar a Europa y es importante mantener los principios que a uno le hicieron entrar en política. Creemos que el modelo actual de elección de los vocales tiene que cambiar. Para esta elección hay que hacerlo con las normas actuales. Pero estamos en disposición de exigir ciertos cambios en ese modelo si queremos renovar. El legislador estableció la prevención de que tres quintos del Congreso y del Senado se pusieran de acuerdo para renovar porque lo que quería era el concurso del Gobierno y del principal partido la oposición para cambiar el órgano de gobierno de los jueces.
El legislador no abrió la puerta a que se impusieran condiciones externas a la negociación en sí de las vacantes a cubrir para ejecutar la renovación.
Nosotros queremos aprovechar esta circunstancia para que el Gobierno avance en el estándar europeo que defiende que sea la carrera judicial la que elija al órgano de sus jueces. Los ciudadanos nos han dado los votos y los escaños que nos han dado. Pero con esos votos, y con esos escaños, queremos hacer valer el hecho de que no estamos solos. Las asociaciones judiciales y la UE también le han dicho ya al Gobierno que hay que cambiar el sistema de elección.
Entonces, las exigencias se mantienen y la Legislatura puede acabar con bloqueo.
El sistema de elección de los jueces va a cambiar para ir hacia donde apunta Europa. Si no se hace ahora, se hará en el futuro. Si no lo hace este Gobierno, lo hará otro Gobierno. Por eso el Gobierno debería reflexionar siguiendo la estela de este amplio acuerdo que ya hemos firmado.
¿Cómo debe concretar el Gobierno ese compromiso de reforma del sistema de elección de los jueces para que pueda haber consenso?
Es algo sobre lo que hay que hablar. Pero el fin último que persigue el PP con este cambio en la forma de elección es algo que todo el mundo entiende y que muchos defienden. Lo más importante es conseguir ese cambio en la elección de los vocales del Consejo conforme dice Europa y conforme dicen las asociaciones judiciales. El cómo se llegue ahí ya es una cuestión secundaria.
¿Les bastaría con un compromiso por escrito o debe quedar registrada la reforma en el Congreso?
Debe haber un compromiso firme.
¿En las conversaciones de los últimos días, ha visto receptivo al ministro Bolaños?
El PP y el PSOE deben hablar, y decirse las cosas a la cara, también las discrepancias. Esto ya es un paso importante.
¿Pero le ha visto proclive a asumir sus condiciones?
Hay posibilidad de acuerdo siempre y cuando exista una mínima base de acuerdo sobre el cambio del modelo para avanzar hacia el estándar europeo. Este buen acuerdo que se ha conseguido ahora para renovar instituciones importantísimas abre una nueva posibilidad para el entendimiento, pero siempre que se respeten esas condiciones que el Partido Popular está poniendo encima la mesa.
¿En el diálogo con el Gobierno ha estado el tema de la situación del Rey emérito?
No ha sido objeto de conversación en estos momentos. Pero yo tengo una opinión clara y es la misma que he tenido siempre. Juan Carlos I siempre va a ser el Rey de España y puede ir o venir como él considere porque es un ciudadano libre, además de ser una persona que ha servido a España en momentos muy difíciles y España le tiene que estar muy agradecida por todo lo que ha hecho.
¿No le importa el coste reputacional de todas las polémicas financieras, fiscales y hasta personales?
Juan Carlos I es el Rey de España, es el artífice de unos años en los que España transitó de una dictadura a la democracia de una forma ejemplar y yo me quedo con eso.
¿El PP apoya que establezca de nuevo su residencia en España?
Si quiere moverse libremente, debe poder hacerlo.
¿Cómo cree que va a acabar el pulso del Gobierno con las eléctricas?
Siempre que el Gobierno ha intentado proteger a los más débiles ha acabado perjudicándolos. La reforma eléctrica del Gobierno ha sido un completo fracaso y hoy los más vulnerables pagan más por la luz que aquellos que viven en urbanizaciones de lujo. Esto es así porque ese supuesto hachazo a las eléctricas se lo han llevado los más vulnerables y aquellos que tenían contratos a largo plazo. Estamos viendo cómo desde Basauri hasta Palos de la Frontera están empezando a parar fábricas y están empezando a perderse puestos de trabajo no por falta de demanda, sino por el alto coste de la energía.
También sucede siempre que desde la oposición los problemas muy difíciles parece que tienen una solución muy fácil y rápida.
De cada euro que pagamos en nuestra factura de la luz, hay una parte que va a pagar la energía y otra parte que va a manos del Gobierno. Nosotros proponemos sacar todos los costes no eléctricos de la factura y utilizar los derechos de emisión de CO2 para bajar la factura eléctrica. Esto lo han hecho en Portugal, en Italia y en otros países de Europa. ¿Pedro Sánchez, la ministra Rivera o alguien del Gobierno dimitirá cuando a finales de este año no se pague igual por la energía como en 2018, como prometió Pedro Sánchez el pasado mes de agosto?
La tensión del Gobierno con el PNV va a más en los últimos días. ¿Ustedes tienen abierto algún canal de diálogo con ellos?
Hablamos con la mayoría de los partidos del Hemiciclo porque nuestro trabajo consiste en organizar la alternativa al Gobierno de Sánchez. Y tenemos que hablar con todos los que estén en contra de una reforma eléctrica que está empeorando la situación de los más vulnerables.
¿Se ve gobernando en coalición con Vox?
En España el partido mayoritario siempre ha gobernado en solitario.
Ya hay un precedente.
Sí, pero este Gobierno será recordado por ser el mayor desastre de la historia de España en términos de coordinación y de gestión. España ya ha tenido suficiente con un Gobierno de coalición.
¿Y si Vox no quiere apoyarles desde fuera?
Lo mejor es que todo aquel que quiera echar a Sánchez y tener un Gobierno alternativo vote a Pablo Casado en las urnas o en el hemiciclo. El PP tiene un programa propio. Nosotros creemos que es importante la transición energética hacia un modelo mucho más sostenible, respetando el desarrollo económico. Estamos a favor de las vacunas y no compartimos algunas manifestaciones de dirigentes de VOX en su contra. Y estamos a favor de implementar políticas que permitan una igualdad real de oportunidades en todos los ámbitos de la vida. Hay elementos en los que discrepamos, y seguramente habrá otros en los que coincidimos, pero somos partidos distintos.
¿Se dio por aludido cuando Esperanza Aguirre criticó a los «chiquilicuatres» del PP?
Cuando alguien llama chiquilicuatre o niñato a algún compañero de partido nos lo llama a todos. Hay que hablar bien de los compañeros y si hay algo que decirle a alguien, se sienta uno y se le dice a la cara. Yo tenía cosas que decirle a Esperanza Aguirre y me reuní con ella y se las dije a ella personalmente, sin ningún problema.
¿Esto fue antes o después de lo de los «chiquilicuatres»?
Fue antes. Pero insisto, las cosas hay que decirlas en casa.
Una vez que hay acuerdo sobre que el Congreso de Madrid se celebre en primavera, ¿ya se acabó el conflicto con Ayuso? ¿No hay problema en que se presente, sea la única candidata, y asuma la Presidencia regional.
Siempre apoyaré al militante que obtenga la mayoría de los votos en un Congreso, sea cual sea el ámbito territorial. Por supuesto, en el PP de Madrid, el que gane gozará de todo mi apoyo.
Madrid es la circunscripción del presidente nacional, y el PP de Madrid tiene siempre una relación especial con el presidente del partido. ¿La lista de Ayuso convendría que estuviera consensuada con Génova?
En toda España el partido tiene que resolver el problema de aunar y también tiene la misma solución, que es la capacidad de organizar una lista de consenso y una lista única. Los problemas que hay en provincias no son distintos del problema que pueda haber en una autonomía. Y, por tanto, la capacidad de consenso que se ha demostrado en toda España se puede confirmar también en cualquier autonomía, en Baleares, en la Comunidad Valenciana o en Madrid. Que exista un altísimo grado de acuerdo entre todos los militantes del Partido Popular de Madrid es algo objetivamente muy bueno y a perseguir.
¿La dirección que salga del Congreso del PP Madrid debe entonces estar consensuada?
Hay dos liderazgos muy importantes y de futuro en Madrid, el de José Luis Martínez-Almeida y el de Isabel Díaz Ayuso y, sin duda, el acuerdo de esas dos personas generará un proyecto ganador en la Comunidad Madrid. Por tanto, yo creo que todo lo que sea generar acuerdos en ese entorno será bueno no sólo para el Partido Popular, sino también para España.
¿La opción de la tercera vía la dan por superada?
Animo a todo aquel que considere que puede presentarse a hacerlo.
¿Qué importancia da a las elecciones andaluzas?
En Andalucía siempre he sido partidario de cumplir con el mandato que los ciudadanos nos han dado en las urnas. Algunos de los socios nos han puesto en problemas a la hora de aprobar algunas leyes. Y ahora los Presupuestos van a estar en tramitación y esperemos que los socios del Partido Popular en Andalucía finalmente accedan a aprobarlos. Pero es evidente que existen algunas dificultades programáticas que están intentando solventarse en la actualidad.
Si no se solventan, ¿deben adelantarse las elecciones?
En Andalucía se produjo un cambio hace tres años y las próximas elecciones andaluzas tienen que servir para consolidar ese cambio. Los barones autonómicos o los presidentes autonómicos del Partido Popular deben estar centrados en su territorio sin perder de vista España. En el tiempo que Pablo Casado lleva como presidente del PP ha establecido tres prioridades. Sin partido no hay Gobierno. Por eso nos esforzamos desde un principio en construir una red ganadora. En segundo lugar, hay que defender antes al propio territorio que al partido, porque es la mejor forma de ser del Partido Popular. Y, por último, hay que unir para ganar y ganar para gobernar.
Ya, pero, sin estabilidad por culpa de Vox, ¿deberían adelantarse las elecciones?
Juanma Moreno va a demostrar que se puede ganar siendo el Partido Popular en Andalucía. Desde que nosotros conseguimos implementar estos tres pilares fundamentales, en Madrid, en Andalucía y en las próximas elecciones autonómicas el PP es la opción favorita.
No me ha contestado.
El Partido Popular ha venido a dar estabilidad y ha venido a consolidar el cambio. Y cada uno tendrá que dar cuentas de su actuación. Si hay alguien que impide que el cambio se consolide en Andalucía con estos Presupuestos, votando en contra, tendrá que enfrentarse al escrutinio de la sociedad andaluza y explicar por qué ha puesto en cuestión un Gobierno que en este momento está funcionando y cumpliendo su programa.
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