Sáhara Occidental
Medios polisarios insisten en la estrategia de atacar los intereses económicos extranjeros en el Sáhara
“Además de luchar contra el palo, debemos luchar contra la mano que sostiene el sistema”
“Debemos prestar atención al hecho de que nuestra guerra (la del Frente Polisario contra Marruecos) debe ir más allá de luchar contra el ‘’palo’' que se coloca frente a nosotros en forma de sistemas defensivos modernos, soldados y muros de arena. Más bien, debe ser contra la mano que sostiene y mueve todo el sistema económico que financia la guerra de agresión, la que debe ser cortada o paralizada, es entonces cuando habremos desarrollado una estrategia prometedora”.
El Frente Polisario lleva semanas “calentando el ambiente” para cambiar su estrategia de guerra contra Marruecos, al que prácticamente no causa daño y obtiene duras respuestas por ello, por otra, cuyo lema sería el de que “el camino de la victoria pasa por destruir la economía de colonización marroquí”. Es decir, los ataques contra las empresas nacionales y extranjeras que trabajan en el Sáhara Occidental. Ya se han producido amenazas formales, en la que se exige la salida “inmediata” de dichas empresas y se publican artículos de opinión para respaldar estos planes.
“Marruecos continúa saqueando ilegalmente los recursos del Sáhara Occidental, llenándose los bolsillos y financiando su ocupación, luego, ¿hay alguien que no lo sepa? Sí, a pesar de que salimos del túnel de espera y de la comedia de las Naciones Unidas y volvimos a las armas de nuevo, ¿seguiremos repitiendo nuestros viejos métodos? Hay que tener en cuenta el hecho de que ganar la guerra depende de la destrucción de la economía del enemigo ocupante y no conformarnos con “el mayor esfuerzo” con el que hemos trabajado durante mucho tiempo”, señala un comentario publicado por Ecsaharaui.
“¿Está Marruecos pagando hoy una factura muy alta por la ocupación de nuestro país debido a nuestra resistencia y manifestaciones? O ¿esas huelgas y resistencias todavía se limitan a las primeras líneas de defensa sin alcanzar a su columna vertebral económica?”, se pregunta.
“Los ingresos de Marruecos por la exportación de recursos naturales saharauis siguieron constituyendo un importante superávit financiero que supera las necesidades de su ejército, asegura la compra de armamento y refuerza la maquinaria militar dirigida a la guerra contra el pueblo saharaui para consolidar la prolongación de sus actividades ilícitas y el posterior desgaste del Polisario”
“Si procedemos desde la perspectiva de las pérdidas y ganancias, encontraremos que cualquier guerra que genere dinero para financiarla proporciona una razón importante para la consecución de la victoria, pero si los gastos de la guerra provocan el debilitamiento de quienes la libran con la consecuente erosión de su economía, éstos pueden ser derrotados e incluso ser arrastrados a la rendición. Aquí vale la pena preguntarse: ¿Qué perderá el enemigo en batallas concretas en uno de los sectores del muro de la vergüenza? ¿Cuándo nos daremos cuenta de que la pérdida será mayor y su derrota más cercana si a eso le añadimos la interrupción de sus exportaciones de minerales que le reportan anualmente miles de millones de dólares?”.
“Esta es la dirección correcta y el objetivo que nuestra guerra de liberación debe alcanzar en su fase actual. La pérdida de algunos vehículos militares y armas se compensa con unas pocas toneladas de roca fosfórica, o la venta de varios barcos cargados de moluscos o tomates de alta calidad que se extraen de nuestro país ocupado”.
“Algunos podrán decir: No tenemos capacidades militares avanzadas de misiles y armas capaces de llegar a puntos sensibles de la columna vertebral de la economía de colonización marroquí para poder destruirla. Estos son obstáculos que no deben interponerse en nuestro camino. Somos capaces de realizar milagros como lo hicimos en el pasado reciente, y todavía podemos hacerlos hoy. Dejamos la cuestión a los militares, ya que es muy delicada y debe dejarse en manos de los especialistas”. “Continuemos la guerra de desgaste y preparémonos para sumergirnos en las profundidades del enemigo para destruir sus instalaciones económicas, arsenal militar, administración colonial represiva y su estructura política”.
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