Pablo Hertfelder García-Conde (Valladolid,1998) cuenta con una intensa trayectoria en «defensa de la vida, la libertad y la familia en España» que empezó cuando a los 15 años quiso seguir los pasos de su padre, fundador del Instituto de Política Familiar (IPF). Tras haber estudiado Integración Social y Comunicación, Pablo quiso centrarse en el activismo civil y político, lo que le llevó a ocupar diferentes puestos en Vox, hasta su salida en 2018.
Ahora, como presidente del IPSE, protagoniza mediáticas intervenciones contra el aborto o, recientemente, la denuncia de un plato del restaurante Mugaritz –«cocido mímesis de embrión humano de tres meses»– por considerarlo «ofensivo e incitador al odio».
Cuenta Hertfelder García-Conde que su bisabuela perdió a su hermano, Aurelio Pérez-Zamora, porque ETA «lo asesinó vilmente en Bilbao». Y ha sido por la muerte de otro familiar cuando ha tenido su último contacto con los Franco. En concreto, Luis Alfonso de Borbón, le dio el pésame «de parte de la familia» por la muerte en enero de su abuelo, José Luis García-Conde. «Se me pasó avisarle para el funeral, porque tenía intención de venir a la misa en el Valle de los Caídos», afirma Pablo. A Estrasburgo se dirigió el IPSE precisamente para «exigir» la vuelta a Cuelgamuros de los restos de Franco, aunque «no ha habido respuesta». Es solo un ejemplo de la relación de Hertfelder con el entorno del «Caudillo» –hoy con la Fundación Franco– y, en su día, con Carmen Franco y Polo, a la que reconoce como «una mujer adelantada a su tiempo,verdadera adalid de la libertad y la nobleza de amar a España», a la que contó su deseo de fundar el Instituto de Política Social, que preside desde 2019.
¿Cómo conociste a la hija de Franco?
Era muy amiga de mi abuelo, con el que intercambiaba cartas constantemente: José Luis García-Conde, coronel del Ejército de Tierra, miembro de honor de la Real Orden de Caballeros de Isabel la Católica y gran defensor de la unidad de España. A ella la conocí en Paracuellos, en la misa del obispo Reig Plá en conmemoración de los mártires de la Guerra Civil allí enterrados. Intercambiamos nuestros contactos y hablamos sobre la admiración hacia los mártires asesinados en 1936. Después la traté más asiduamente. Ella me animó a que fundara el IPSE y me propuso que defendiésemos con valentía la unidad de España, la familia y la dignidad de la persona. Así es como surgió el Instituto, inspirado en estas sabias palabras. Fue un gran apoyo moral el que recibí por su parte.
¿Te reconoces franquista? ¿Qué piensas sobre la exhumación de Franco?
No son formas, demuestra que aquellos que lideraron la lucha contra el orden público en 1936 son los mismos pero con otro disfraz. El mismo odio hacia los católicos, los conservadores y el patriotismo. Quieren volver a las dos Españas y no dejan descansar a los muertos. La exhumación me pareció un acto de odio, rencor y sin duda sectario por parte del Gobierno. Soy un fiel admirador de la historia de España, le pese a quien le pese. Es la que es, por mucho que se empeñen en ocultarla. Tenemos un legado que nos dejó Franco: pantanos, seguridad social, viviendas dignas, prestaciones por desempleo o paro… aunque muchos se empeñen en ocultarlo, esto es gracias a Franco, no a la Transición en España. A su hija le prometí defender ese legado.
¿Qué opinas de la situación en España?
Temo porque el futuro que se nos viene encima es muy desolador y en eso coincido plenamente con lo que me decía Carmen Franco: «Se vienen tiempos difíciles para España», y así está siendo. Lo primero que hay que cambiar es a este Gobierno al que hay que sentar en los banquillos judiciales por atentar contra el orden constitucional. España está inmersa en plena dictadura y quien no lo quiere ver es porque no ha despertado o no quiere despertar.
¿La Ley de Memoria Histórica tiene algo que ver?
Tiene que ver todo. Lo que hay que hacer es acabar con el odio que siembran estos comunistas, que además no solo atentan contra el pueblo, sino que legislan contra el pueblo. Hay que tener mucho cuidado con esta ley que pretende acabar con la verdadera historia de España, aunque implique la quema de Iglesias o la persecución a los disidentes (cosa que ya se está viendo). Irán a por todas.
¿Cuál es el futuro del Valle de los Caídos?
Mientras yo siga en pie no consentiré que acaben con la libertad de unos monjes que lo único que hacen es rezar por la sociedad y por España. Es una pena muy grande, pero el odio de muchos hay que combatirlo sin tibiezas y de frente, con argumentos, debates y si es necesario haciendo campañas para que no puedan arremeter contra este lugar de encuentro y oración de todos los españoles.
Y Hertfelder García-Conde concluye con una frase que le gusta repetir: «Bienvenidos sean los tiempos difíciles, pues ellos traerán la depuración de los cobardes».