La A-6, cortada

Vuelve el telón de grelos a Galicia 20 años después

El aparatoso derrumbe del viaducto de Castro de la A-6, que comunica León con Lugo a través de la autovía del Noroeste, desata el temor a atascos kilométricos este verano

Un agente de la Guardia Civil en la parte del puente recientemente desprendido (7 de junio de 2022), en Vega de Varcarce, León, Castilla y León (España). Carlos Castro / Europa Press 07/06/2022
Un agente de la Guardia Civil en la parte del puente recientemente desprendido (7 de junio de 2022), en Vega de Varcarce, León, Castilla y León (España). Carlos Castro / Europa Press 07/06/2022Carlos CastroEuropa Press

Lo digan o no los libros de historia, 2002 fue un año trascendente para Galicia. Fue el año en que se concluyó la llamada autovía del Noroeste que conecta Tordesillas (Valladolid) con La Coruña, una imponente obra de ingeniería civil que alivió el atávico problema de comunicaciones que sufría Galicia con el resto de España. Pues bien, el problema ha vuelto de golpe porque esta semana se ha derrumbado parte del viaducto de Castro en la A-6, cerca de Pedrafita do Cebreiro.

Quienes recuerdan el acceso por carretera a Galicia antes de la inauguración de la A-6 en 2002 tienen en la memoria un interminable trayecto de curvas que desaconsejaba por completo una amable visita turística. Los conductores tenían que sufrir un pesado avance que dejaba tiempo para memorizar a fuego la matrícula del vehículo de enfrente e incluso para repasar la lista de Papas desde San Pedro.

Hasta ese punto era impenetrable el llamado telón de grelos, un remedo gallego del famoso telón de acero que mantenía aislado al mundo comunista del mundo occidental. El telón de grelos vuelve. O al menos vuelve durante los 10 kilómetros que habrá que recorrer por la vecina N-6 tras el obligado corte de la autovía.

El puente de Castro se encontraba en obras desde julio de 2021 en el momento del derrumbe ocurrido esta semana. Por fortuna, se desplomó en una zona de prado sin provocar un solo herido. Desconoce el Gobierno las razones que causaron la aparatosa caída del viaducto, cuya reparación, admiten las autoridades, va para largo.

Las sospechas

¿Es normal el derrumbamiento 20 años después de la puesta en marcha de la autovía? “No, no lo es. Es obligado sospechar que hay falta de mantenimiento desde hace tiempo. Es evidente en las imágenes que hemos visto que la ladera se está viniendo abajo. Puede ser que se les haya ido por error propio o que el puente estuviera estructuralmente en peor estado del que esperaban”, opina una ingeniera de Minas consultada por este periódico.

Otro ingeniero consultado añade: “Si después de llevar un año reparando el viaducto, el Gobierno tiene que gastarse varios millones de euros adicionales y por el procedimiento de emergencia porque hay situación de grave peligro, es que alguien no ha hecho las cosas demasiado bien”.

El desplome, sin antecedentes en nuestra ingeniera civil, pudo deberse deberse, según apunta el Ministerio de Transportes, a un vicio en la infraestructura que no había sido detectado hasta el momento o que se desencadenó a consecuencia de los trabajos de reparación.

Las partidas aprobadas

Aquellos trabajos de reparación se activaron tras identificar la corrosión de los cables de tensado de la infraestructura. Fue el pasado verano y ahí se aprobó la declaración por la vía de emergencia en el mes de octubre de una actuación de 11 millones de euros para revisar el estado de las vigas y los cables. Meses después se aprobaron otros 14 millones de euros, por lo que el gasto aprobado ya asciende a 25 millones de euros.

Una alcaldesa de la zona, Luisa González Santín, (Vega de Valcarce), manifestó sus intuiciones respecto a algunos causantes del deterioro: una, la autovía soporta una enorme circulación y otra, la estructura se ve castigada por la gran cantidad de fundentes (sales) que es preciso usar en invierno a causa del mal tiempo.

Pero nada es concluyente. Lo único claro es que toca tener paciencia. Después de San Pedro, fue papa San Lino y luego San Anacleto.