Seguridad

Las operaciones antiterroristas en colaboración con Argelia no se han suspendido

Lo mismo ocurrió con Marruecos, en los peores momentos de la pasada crisis diplomática

Spanish police arrest former British rapper turned Isis extremist
Momento de la detención del yihadista Abdel-Majed Abdel Bary, quehabía llegado desde Argelia en patera EFE/EPA/SPANISH NATIONAL POLICESPANISH NATIONAL POLICE / HANDOUAgencia EFE

No se ha paralizado ninguna de las operaciones antiterroristas contra el yihadismo que se desarrollaban conjuntamente con Argelia, según han informado a LA RAZÓN fuentes conocedoras del asunto. Lo mismo ocurrió con Marruecos en los peores momentos de la pasada crisis diplomática.

En materia antiterrorista, los agentes tienen claro que, por encima de contingencias políticas, un asunto de tanta relevancia, que afecta a la seguridad de los ciudadanos, no se puede dejar en el aire ni 24 horas, porque ese tiempo puede ser utilizado por los criminales para llevar a cabo sus planes.

Los agentes, aparte de las posturas oficiales que tienen que respetar, mantienen los lazos de colaboración que se mantienen desde años y, si tienen conocimiento de una situación depeligro, se la hacen llegar a sus colegas. Resulta impensable, como se ha escuchado estos días por boca de algún “”experto, que Argel vaya a dejar partir de sus costas embarcaciones con el conocimiento de que en las mismas viajan elementos yihadistas.

La colaboración es estrecha, como con Marruecos, y todo el mundo sabe que las crisis políticas, por irresolubles que parezcan, terminan por encontrar vías de acuerdo, aunque a veces se tarde más o menos tiempo. Si en ese lapso, la colaboración antiterrorista se ha abandonado, recuperar el tiempo perdido puede resultar más que difícil.

En las décadas de los 70 y 80, cuando la colaboración con Francia en la lucha contra ETA era sencillamente mejorable, los agentes de ambos lados de la frontera mantenían relaciones fluidas, pero discretas, para combatir lo que no era otra cosa que un fenómeno delictivo. Y un policía, un guardia civil, un gendarme...tenían presente quiénes eran los malos a detener, aunque sólo fuera porque la mayoría de las víctimas de la banda criminal eran uniformados.

El Tratado de Amistad que Argel ha dejado en suspenso, dice en su artículo 13 que “las Altas Partes Contratantes reafirman su voluntad común de luchar contra el terrorismo transnacional de conformidad con las resoluciones pertinentes de las Naciones Unidas. Para ello, acuerdan reforzar su cooperación bilateral entre las instituciones competentes, en particular en las áreas de coordinación en el intercambio de información, prevención y lucha contra el terrorismo operativo”.

Es lo que dice el papel, pero los agentes sobre el terreno tienen claro que la colaboración contra el yihadismo no puede suspenderse porque las consecuencias serían fatales.