Análisis
19-J: el lento desgaste de la izquierda andaluza
La derecha empezó a crecer en Andalucía a partir de 1994 y se impuso ya en 2018
La tendencia de la izquierda andaluza ha sido de lento pero continuado debilitamiento. Se inició en las elecciones autonómicas de 1990, en las que perdió 2,5 puntos al bajar del 64,7 por ciento al 62,2. Ya en los siguientes comicios de 1994 la caída fue mayor, concretamente de 4,4 puntos, rompiendo de esta forma por abajo la barrera del 60 por ciento que mantenía desde el año 1982. Mientras, en la cita autonómica con las urnas de 1996 se estancó para, en las elecciones de 2000, sufrir una importante bajada de 5,7 puntos. Así, quedaba situada en su nivel más bajo en unas elecciones autonómicas con el 52,4 por ciento. Esta evolución negativa en el período 1982-2000 únicamente se frenó debido a los trágicos acontecimientos del 11-M de 2004 y a la pérdida de la mayoría absoluta de Mariano Rajoy en 2015. Estas dos excepciones dieron oxígeno momentáneamente al PSOE andaluz para retrasar su caída.
No obstante, en las dos elecciones que siguieron a cada uno de estos dos años, el deterioro continuó, llegando a la cita de 2012 con su peor resultado hasta la fecha: el 50,3 por ciento de los votos. Tras 2015, la izquierda andaluza siguió su descenso, pero aún más acelerado. Así, en las de 2018 se situó en el 44,1 por ciento, mientras que en las celebradas el pasado domingo cayó hasta el 36,4 por ciento. De esta forma, en 2018 se dio por concluido el ciclo de mayoría de izquierdas en la comunidad andaluza. Es esas elecciones las derechas sumaron por primera vez más que las izquierdas: 50 por ciento frente al 44,1. Y en las de este año se ha consolidado la hegemonía de la derecha con un histórico 59,9 por ciento frente al 36,4, siendo la mejor y peor marca, respectivamente, registrada por derechas e izquierdas en Andalucía en 40 años.
Mientras que las izquierdas iniciaban ese declive antes expuesto en 1990, las derechas marcan un antes y un después a partir del año 1994. En las tres anteriores elecciones había registrado los peores resultados de su historia, si bien es cierto que empleaba marcas políticas distintas a las de 2004. Así, en 1982 estaba dividida con las listas de UCD y Alianza Popular. En 1986 y 1990, ya en solitario con Alianza Popular. Fue en estos años en donde quedó en el 22,2 por ciento del voto. El mismo porcentaje en ambas convocatorias. Pero en 1994 toma impulso la derecha andaluza con el nuevo PP, que la impulsa al 33,9 por ciento de los votos. En las siguientes elecciones de 1996se estanca para alcanzar el 38 por ciento del voto en los comicios de 2000. La derecha andaluza no había estado antes tan alta ni tan cerca de la suma de las izquierdas: a 14,4 puntos.
Mientras, en las elecciones de 1986 y 1990, con la marca AP, la distancia con las izquierdas fue de 42,5 y 40 puntos, respectivamente. Pero 2004 y su 11-M cortó la racha de ascensión de las derechas, retrocediendo hasta el 31,7 por ciento del voto. Pero en las dos convocatorias siguientes, 2008 y 2012, se recuperó el ritmo de subida, con el 38,5 y el 40,3 por ciento, respectivamente. En 2012 se da la circunstancia de que las derechas sumaban por primera vez el 40,3 por ciento del voto, y que quedaban a tan solo 10 puntos de las izquierdas. Era la mejor situación para las derechas en 30 años. Pero la crisis social y política, que acabaría finalmente en 2015 con la pérdida de la mayoría absoluta de Rajoy, pasó factura a las derechas andaluzas y permitió un alivio momentáneo de las izquierdas, que tuvieron un rebote y les permitió interrumpir el proceso de degradación por cuatro años.
Pero llegó 2018 y el desgaste del PSOE, y de Izquierda Unida y Podemos, núcleo del Gobierno de Sánchez. Las derechas sumaron el 50 por ciento del voto, frente a unas izquierdas desmovilizadas que quedaron en el 44,1 por ciento. Los socialistas contabilizaron 400.000 deserciones, mientras que Podemos e IU restaron 279.000 votantes. Este enorme contingente de voto de izquierdas provocó una ruptura histórica en Andalucía. Terminaba el ciclo dominado por el PSOE, con diez gobiernos consecutivos, y se daba paso a la lógica y natural alternancia política. Los andaluces han profundizado el 19-J en el cambio, recortando el electorado de las izquierdas en otros 93.000 votos, y le han dado una magna mayoría parlamentaria a Juanma Moreno para que culmine su proyecto para Andalucía. En menos de cuatro años 772.000 votantes de la izquierda han retirado su hábito de votar a las izquierdas, muchos ya votan directamente a las derechas y otros siguen engrosando la abstención.
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