25 años

El Rey, en el homenaje a Miguel Ángel Blanco: “No podemos permitir que los jóvenes ignoren lo que pasó en aquellos dolorosos días”

Felipe VI rememora en un emotivo discurso desde Ermua las horas del secuestro y asesinato del concejal del PP

El acto de homenaje a Miguel Ángel Blanco ha estado marcado por el reciente pacto entre Gobierno y Bildu en la ley de Memoria Democrática, muy polémico porque es un acuerdo con un partido que no ha condenado los atentados de ETA, que pone en cuestión la Transición y se abre a extender la aplicación de la ley a supuestas violaciones de derechos humanos que tuvieron lugar hasta diciembre de 1983, mientras hay asociaciones de víctimas del terrorismo que lamentan que todavía hay casi 400 asesinatos de la banda sin resolver. En este sentido, el Rey, durante su discurso en Ermua, ha avisado este domingo con respecto a la Memoria: “No podemos permitir que los jóvenes ignoren lo que pasó en aquellos dolorosos días”.

Felipe VI ha pronunciado un discurso emotivo, en el que ha rememorado las 72 horas que transcurrieron entre el 10 (cuando secuestran a Miguel Ángel Blanco) y el 12 de julio (cuando le asesinan). El Monarca ha querido subrayar este episodio como una “de esas fechas que permanecen para siempre en nuestro recuerdo” y, de ahí, que haya pedido que se tomen medidas y antídotos contra su olvido: de hecho, ha remarcado que fue un asesinato que “marcó” nuestra memoria democrática. En este sentido, ha reclamado que los jóvenes no se queden sin conocer un suceso que “también contribuyó a sentar nuestra convivencia” y que “unió nuestra conciencia colectiva”. “Sigamos perseverando para que lo vivido no caiga en el olvido”, ha señalado.

El Monarca ha querido recordar y ensalzar el “espíritu de Ermua”, que nació de aquel episodio y supuso un punto de inflexión en la lucha contra el terrorismo. “El espíritu de Ermua es la victoria de la conciencia colectiva de todo nuestro pueblo, es la victoria de la moral frente al terror”, ha resaltado, tras recordar cómo la sociedad “cansada, exhausta y harta del terror” se echó a la calle, con multitudinarias manifestaciones que recorrieron desde Euskadi hasta Madrid, pasando por Barcelona, con más de un millón de personas. “El miedo paralizante del terrorismo se empequeñecía cada vez más”, ha recordado.

“Tenemos que defender los derechos de los que fueron privados Miguel Ángel Blanco: la vida, la libertad y la dignidad”, ha resaltado, tras relatar emotivamente las horas en las que murió asesinado el exconcejal del PP en Ermua, la tarde del 12 de julio. “No se había atendido nuestro clamor”, ha expuesto. “Los asesinos no lo dudaron, no tuvieron ni compasión ni piedad, solo vileza, frialdad y crueldad. Y se hizo la oscuridad. España se sumó en la tristeza y una inmensa pena, pero la gente seguía en las calles”, ha afirmado, en un discurso en el que también ha recordado con emoción que él tenía 29 años como Miguel Ángel Blanco cuando sucedió el asesinato.

También ha recordado, cronológicamente, los momentos del secuestro, un 10 de julio, días después de que se liberara a José Antonio Ortega Lara. “Toda España se paralizó ante la noticia del secuestro de un inocente más: era Miguel Ángel Blanco. Desde las 15.30 horas, todos estuvimos con su familia”, ha arrancado. “Todos nos sentimos una misma familia”, ha añadido, antes de rememorar cómo, pocas horas después de conocerse el “despreciable ultimátum” de ETA, Ermua salió a la “calle de forma espontánea” en señal de “solidaridad y repulsa”.

Al día siguiente, ha recordado cómo Ermua volvió a salir a la calle y “toda España la siguió” con movilizaciones. “Ermua no descansó y regresó a las calles antes de que acabase el día. El sufrimiento de ese momento era tal que se hizo colectivo”, ha descrito. “El sábado (12 de julio) todas esas escenas se repitieron a lo largo y ancho de nuestra geografía”, ha proseguido. “Llegado ese momento, todos queríamos detener el reloj. Siempre había esperanza”, ha explicado. Sin embargo, esa tarde “fue la peor”, la “del nudo en la garganta, el escalofrío”. “El reloj se paró y la amenaza se cumplió”, ha zanjado.

Marimar Blanco

Marimar Blanco también ha pronunciado un discurso emotivo en recuerdo de su hermano, agradeciendo a la Casa Real el apoyo ofrecido desde el primer momento. “No es fácil estar aquí en muchos sentidos. Volver es enfrentarme con mucha intensidad a la ausencia de mi hermano, pero también de mis padres”, ha afirmado. “Hoy hace 25 años, comenzaban las peores 48 horas de mi vida”, ha recordado.

La hermana de Miguel Ángel Blanco, que se ha saludado cordialmente con el alcalde de Ermua a pesar de la polémica de los últimos días (en el que se la vetó inicialmente y se le intentó censurar el discurso), ha querido también reivindicar el “espíritu de Ermua”, que ha definido como la política antiterrorista “más exitosa”, desde la unidad y el consenso. A su juicio, este espíritu posibilitó la “derrota operativa” de ETA, pero “no la victoria definitiva” por dos razones: porque sus fines “siguen hoy más vivos que nunca”, encarnados en “los herederos”, en referencia a Bildu; y, porque las víctimas nunca van a poder recuperar lo perdido.

“Por este motivo, no podemos permitir que tanto dolor se olvide, se borre a los culpables o que el sacrificio de tantos inocentes no sirva para nada”, ha afirmado. “Queremos que se haga justicia, necesitamos que se respete la verdad de lo ocurrido, sin perversión ni intoxicación, dejando claro que no hubo conflicto, sino que solos unos mataban de forma miserable y cobarde y otros morían”, ha añadido.

En este punto, ha reclamado que la memoria democrática reconozca “la historia del terrorismo en nuestro país”. “Con una historia con buenos y malos, con víctimas y verdugos”, ha advertido.

El acto se ha desarrollado en el polideportivo de Ermua, que lleva el nombre de Miguel Ángel Blanco, y han estado presentes tanto el Rey, como el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, el lehendakari Íñigo Urkullu y la propia Marimar Blanco. Además, también ha asistido el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, y ha inaugurado el acto el alcalde socialista de Ermua, Juan Carlos Abascal.

Entre los ausentes destacados, el expresidente del Gobierno José María Aznar, Vox, Bildu y algunas asociaciones de víctimas del terrorismo, como Dignidad y Justicia y la AVT.