Memoria

El PNV se opone a dedicar una calle a Miguel Ángel Blanco en Vitoria, en contra del Ayuntamiento

El consistorio aprobó, a propuesta del PP, incluir al edil de Ermua, asesinado por ETA, en el callejero . El alcalde cree que podría suponer un agravio comparativo para el resto de víctimas

Un hombre sostiene con sus manos un sombrero y una fotografía de Miguel Ángel Blanco
Un hombre sostiene con sus manos un sombrero y una fotografía de Miguel Ángel BlancoNACHO GALLEGOAgencia EFE

El pleno del Ayuntamiento de Vitoria aprobó el pasado mes de junio dedicar una calle a Miguel Ángel Blanco con motivo del 25 aniversario, una petición que impulsó el PP, con el fin de que las nuevas generaciones conozca quién fue el joven edil de Ermua asesinado por ETA. La petición, además, dividió a los socios de gobierno ya que el PSE la apoyó y el PNV se opuso, por lo que la propuesta quedó en el aire, dado que el alcalde (PNV) es quien tiene la prerrogativa de la denominación de las calles y hoy ha mostrado su negativa a concederla.

La portavoz del PP en el ayuntamiento de Vitoria, Ainhoa Domaica apuntó que, “después de un mes callados, hoy ha quedado muy claro. El PNV y Urtaran no van a poner en Vitoria una calle con el nombre de Miguel Ángel Blanco. El PNV más radical, el nacionalismo más excluyente y sectario”, subrayó.

La moción del PP en la que se pedía crear una calle al concejal popular de Ermua secuestrado y asesinado por ETA en 1997 contó con los votos favorables de los populares (5), el PSE (6) y Elkarrekin (3), que suman mayoría. Sorprendió también la abstención de EH Bildu (6) que posibilitaba que se llevara a cabo y el rechazo del PNV (7).

Los nacionalistas vascos, entonces, presentaron una enmienda a la totalidad en la que proponían celebrar un homenaje a Miguel Ángel Blanco, pero no la calle, y ésta no salió adelante ya que solo contó con sus propios apoyos. La moción del PP recordaba que el secuestro y asesinato del edil popular “marcó un antes y un después en la lucha contra el terrorismo” y “levantó la voz de todo un país” contra ETA, y destacaba que poner una calle a su nombre contribuiría a “recordar su figura y ayudar a terminar con el desconocimiento de la juventud” sobre lo que significó.

La solicitud de la calle formaba parte de una petición de la fundación Miguel Ángel Blanco que había instado a todos los ayuntamientos de España, especialmente a los vascos y navarros, a recordar la figura de Miguel Ángel en sus plazas y calles. “No es aceptable que en el País Vasco únicamente haya cuatro espacios dedicados al concejal del PP, dos de ellos en Ermua”, subrayaban.

La edil jeltzale, Miren Fernández de Landa indicó que “el PNV tiene un firme compromiso con la memoria, reconocimiento y la reparación de todas y cada una de las víctimas” y considera que “todas tienen derecho de justicia, memoria y reparación”. Asimismo, argumenta que poner un nombre a una calle no es la única forma de perpetuar la memoria “hay otras maneras”, y se remitió al homenaje que se llevará a cabo el 21 de julio en recuerdo a Miguel Ángel Blanco en el monolito a las Víctimas del Terrorismo. “La memoria que construye convivencia debe ser inclusiva.Todas las víctimas son víctimas e igual es el sufrimiento injusto padecido. Nuestra política municipal se basa en los derechos de verdad, justicia, reparación y solidaridad de todas las víctimas”, reiteró; dando entender que, el hecho de poner una calle para el concejal de Ermua del PP secuestrado y asesinado hace 25 años podría constituir un agravio comparativo para el resto de las víctimas.

También en Bilbao

La semana pasada también los concejales del PP del ayuntamiento de Bilbao no participaron en la concentración homenaje que, desde el consistorio se hizo en recuerdo a Miguel Ángel Blanco. Entonces, el concejal del PP, Carlos García tildó de “enjuague” del PNV ese acto, al que también acudió Bildu, recordando, además, que fue un concejal de HB quien ejerció de “chivato” de ETA y dio los movimientos del edil de Ermua. Además, García denunció que todo ello era una forma del alcalde del PNV de expiar su culpa mientras se niega a dedicar un monolito en el recorrido que acogió la mayor manifestación, hace 25 años, en la que se reclamaba la liberación del edil de Ermua.