El análisis

Primer aviso del votante desde 2019

Las elecciones en Madrid cambiaron la tendencia electoral. Ahora, el PP es el favorito en todas las franjas de edad

El presidente del Parido Popular, Alberto Nuñez Feijoo; durante el XIV congreso del Partido Popular catalán
El presidente del Parido Popular, Alberto Nuñez Feijoo; durante el XIV congreso del Partido Popular catalánKike RincónEuropa Press

Desde las elecciones generales de noviembre de 2019 el PP no sacaba al PSOE una ventaja tan grande; 7,7 puntos porcentuales y 45 escaños. La encuesta de NC Report para LA RAZÓN sitúa al PP en el 32,2% del voto y en la horquilla de 138/140 escaños. Mientras que el PSOE obtiene el 24,5% del voto y entre 93 y 95 diputados.

Además, en el periodo noviembre de 2019 a abril de 2021, el PSOE se mantenía como el primer partido nacional, pero en mayo de 2021, desde las elecciones autonómicas en la Comunidad de Madrid, cambió el panorama político nacional, colocándose el PP como primera opción política, relegando al PSOE al segundo lugar en intención de voto nacional. Aquel «efecto Ayuso» se extrapoló a nivel nacional, provocó el «sorpasso» de los populares a los socialistas y colocó al PP 4,2 puntos por encima del PSOE. Ahora, el PP sube un escalón más por el «efecto Juanma» y aumenta a 7,7 puntos la distancia que le separa del PSOE en el escenario político nacional.

Otra novedad, que no se registraba desde la victoria de Rajoy en 2011, es que en todos los segmentos de edad, y tanto entre hombres como entre mujeres, el PP es el partido más votado por los españoles. Descabalgando a Unidas Podemos y al PSOE de sus tradicionales primeras posiciones entre los votantes de 18 y 29 años, y entre los de 30 y 44 años, respectivamente. Ahora la primera opción política en todas las franjas de edad es el Partido Popular de Feijóo.

Made with Flourish

Otro dato que pulveriza los anteriores registros son los votantes del PSOE que cambian su voto por el Partido Popular. Si anteriormente al «Ayusazo» no llegaban a 200.000 en toda España, la victoria del PP madrileño en mayo de 2021 hizo que a escala nacional se duplicase el número de trasvase de votantes socialistas a los populares. Previamente a las elecciones andaluzas de junio esta bolsa de electores socialistas se mantenía en unos 400.000, pero ahora ya son 607.000, es decir, el 8,9 por ciento de la base electoral del PSOE de noviembre de 2019. Si a ello unimos las transferencias de voto socialista al resto del centro derecha (1,8 por ciento a Vox y 0,2% a Ciudadanos), alcanzamos el porcentaje del 10,9% de los votantes socialistas de las últimas elecciones generales que retiran la confianza al primer partido de la izquierda y se la dan a las derechas. Este volumen de traspaso es enorme, ya que son 745.000 votantes de Sánchez de 2019 que se pasan a opciones a la derecha del PSOE. Sin embargo hacia la izquierda solo abandonan 186.000, el voto que reciben desde el PSOE las formaciones a su izquierda Unidas Podemos y Más País.

Ese giro a la «izquierda» que se anunció por parte de Sánchez en el debate del estado de la nación es un gran error de cálculo de los estrategas de Ferraz y Moncloa. Las deserciones en masa se producen hacia la derecha, no hacia la izquierda. Con cálculos electorales como estos se desgastará aún más rápidamente la marca PSOE, a diez meses de las elecciones municipales y autonómicas en 13 comunidades. Pero no es una novedad esta miope visión política, se trata del mismo error que llevó a que los socialistas eligieran a Zapatero frente a Bono en el 35 congreso del PSOE del año 2000. Ya se sabe, «de aquellos polvos vienen estos lodos». O el de la «podemización» del PSOE iniciada en 2015 por el actual secretario general, que ha llevado al PSOE a registrar resultados electorales por debajo de los conseguidos entre 1977 y 2011. Incluso Rubalcaba dejó el listón del PSOE más alto que los conseguidos por la actual dirección socialista en las elecciones generales de 2015, 2016 y las dos de 2019. Mientras la sociedad española busca una solución nadando hacia la orilla derecha, el PSOE comienza su enésima singladura contracorriente y escorado a babor. Ahora intentan paliar el estropicio al ser conscientes de haber entregado el centro político al PP, a cambio de los favores de Bildu y ERC.