Cuestión de prioridades

Los últimos días están siendo un claro ejemplo de la política de desprecio y menosprecio que el Gobierno de España mantiene frente a la Policía Nacional. Una actitud que nos han demostrado siempre ha tenido en su ADN, aunque en los últimos días y como una infección a la que no se pone tratamiento se ha ido extendiendo por todas las acciones del Gobierno. Desde el Ministerio mal dirigido y denostado en esta legislatura por Fernando GrandeMarlaska se pone de manifiesto día a día que cualquier cuestión menor para los policías nacional es una prioridad frente a las necesidades reales de los agentes que todos los días, y a pesar de ser despreciados de manera sistemática, se juegan la vida en las calles sin chalecos antibalas, pero con la tranquilidad que les da saber que su ministro les garantiza gastándose 12 millones de euros para que puedan ir guapos y bien vestidos a los actos protocolarios, aunque tengan que llevar corbata y suponer un problema para el gasto energético del país.

Las unidades de intervención policial, salen más contentos a las calles sabiendo que este Gobierno les va a recauchutar unos cascos con miles de horas de servicio y a los que ahora van poner unos parches para que luzcan bonitos en las televisiones mientras los amigos de los socios de Gobierno les arrojan una nube de adoquines. En el Campo de Gibraltar de Cádiz, los pocos agentes que siguen al píe del cañón, los que no han podido salir de allí en el último Concurso General o los que se han quedado por una auténtica vocación de servicio, agradecen al ministro que regale todoterrenos y vehículos de alta gama a la policía de Marruecos, ya que así se consigue que cuando un narcotraficante con un todoterreno de alta cilindrada intente atropellarlos en Algeciras o en Sanlúcar de Barrameda vayan seguros y protegidos en un utilitario con miles de kilómetros y sin medidas de protección.

Y ahora estamos a primeros de mes, momento en que todos los policías ven con satisfacción su nómina y cuando les llena de satisfacción ver como gracias al ministro Marlaska y su veto en el Congreso de los Diputados a la ILP de JUSAPOL para la Equiparación Salarial Real, cobran 600 euros menos al mes que un Mosso d´Esquadra.

Todo esto, por no hablar de los jubilados de la Policía Nacional, que agradecen sin reparos que el Gobierno permita a sus homólogos de la policía autonómica jubilarse ocho años antes y con 900 euros más en sus pensiones.

Solo algunos ejemplos de las prioridades marcadas por este Ejecutivo y por este ministro del Interior, en las que su desprecio a la Policía Nacional queda más que manifiesto, pero ¿qué se puede esperar de un Gobierno que define de manera pública a sus policías - los garantes del Estado de Derecho, de la Constitución y la Ley y de la Seguridad ciudadana - como gasto superfluo y piolines?

Aarón Rivero, secretario general de JUPOL