Encuesta NC Report
Primer impacto de la reforma de la sedición: Sánchez pierde y Feijóo gana
El PSOE se deja el escaño que ganan los populares. La suma PP-Vox alcanzaría hasta 186 diputados
El primer impacto de la derogación del delito de sedición sí es negativo electoralmente para el PSOE, en contra del argumentario que está difundiendo estos días Moncloa, en el que dan por amortizado el coste político para Pedro Sánchez de las decisiones que favorecen al independentismo. La horquilla del PP se eleva a 143-145 diputados, frente a los 90-92 en los que se queda el PSOE, según el sondeo de NC Report para LARAZÓN, que ya recoge parcialmente el impacto del anuncio del pasado jueves del presidente del Gobierno, en una entrevista en La Sexta, sobre sus planes para reformar el Código Penal conforme a lo exigido por ERC. Las entrevistas se han realizado entre los días 8 y 12 de noviembre.
En la comparativa con la encuesta de octubre, el PSOE se deja otro escaño, que es justo lo que crece el principal partido de la oposición. La congelación de la caída socialista se rompe, de la misma manera que el «golpe» en el clima de opinión de lo que se interpreta como una nueva cesión a ERC, en plena negociación de los Presupuestos, frena el pinchazo del llamado «efecto Feijóo». Está por ver, en todo caso, si esta primera recepción en la ciudadanía de la derogación de la sedición se consolida como desgaste socialista o si se diluye a medida que en el debate entren en juego otros elementos.
La suma PP y Vox llega a los 182-186 diputados, superando con holgura los 176 en los que está la mayoría absoluta. Y Cs confirma su extinción en la Cámara. En el nuevo reparto en la derecha, el PP crece en más de tres millones de votos con respecto a los que obtuvo en las últimas elecciones, siendo ya la única formación de las nacionales que mejora en apoyos. Vox pierde 613.856 votos, manteniéndose en la misma horquilla de octubre: 39-41 escaños.
Frente a los 54-56 diputados que aumenta el PP, el PSOE pierde un millón de votos con respecto a las generales y entre 28 y 30 diputados. Unidas Podemos se sostiene en la horquilla de 25-27 diputados, con 728.338 votos menos que en 2019. Su caída en diputados se mueve en el margen de 8 y 10.
En el balance general, el «escudero» del PP se sostiene y los morados ganan en este último mes un escaño, a la espera de ver qué ocurre con el choque entre Pablo Iglesias y la vicepresidenta, Yolanda Díaz, y cómo evoluciona la plataforma Sumar. Las señales vistas hasta ahora confirman la ruptura entre Iglesias y Díaz, y las enormes dificultades que plantea que Podemos acabe integrándose en una candidatura encabezada por la vicepresidenta. De momento, cabe deducir que los morados saben rentabilizar el discurso social del Gobierno de coalición, mientras que resultan inocuos entre su electorado los gestos hacia el independentismo. A diferencia de los votantes del PSOE, mucho más críticos, sobre todo en algunas circunscripciones, con la política en Cataluña de Pedro Sánchez.
La derogación del delito de sedición anima también al alza a ERC, que sale de su estancamiento, en los actuales 13 escaños, para amagar con la posibilidad de sumar un diputado más en el Congreso. Junts podría perder un diputado en el contrabalance dentro del independentismo y PNV y EHBildu podrían aumentar en un escaño cada uno, de celebrarse ahora elecciones.
Más País, el partido de Íñigo Errejón, anticipa una mejora en dos diputados, insuficiente para compensar la caída socialista. El bloque de la izquierda no podría reeditar la actual coalición de gobierno ni sumando a la actual mayoría de investidura a Junts y a la CUP. La sangría que sufre el PSOE es responsable de esta situación.
Abstención del PSOE
Este sondeo registra un importante incremento de la abstención del votante del PSOE y también del trasvase de voto socialista al PP. Esta última fuga llega a los 705.000 votantes, mientras que a la abstención se va medio millón de papeletas de 2019. De hecho, estas son las dos opciones mayoritarias elegidas por los votantes de Sánchez. La transferencia de voto socialista es el gran quebradero de cabeza de Moncloa desde que el PP cambió su liderazgo. Y es el objetivo de la campaña contra el líder popular para anular su imagen moderada y pactista. Así se explica que el resultado de la negociación para renovar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) haya servido a Moncloa para insistir en su política de agresión contra ese perfil de Feijóo que más les amenaza entre el votante socialista moderado.
Ahora bien, la decisión de tirar hacia adelante con la derogación del delito de sedición significa una apuesta clara del presidente del Gobierno por afianzar su alianza con ERC, en una ecuación en la que en el País Vasco ya están equilibrados PNV y Bildu en cuanto a preferencia como socios (a pesar de que el PSE gobierna con el PNV en Ajuria Enea). Moncloa ha normalizado el acuerdo con el partido de Arnaldo Otegi, frente a la opacidad de los primeros acercamientos, y todo este conglomerado que rodea al PSOE en Madrid no deja espacio para que Sánchez pueda jugarse ya las próximas elecciones generales por el centro.
En contraste con las deserciones en el granero socialista el PP conserva el 97,2 por ciento de sus votantes, siendo el partido que muestra una fidelidad más alta.
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