Amenaza

Carta bomba contra la empresa que fabrica los lanzagranadas que se envían a Ucrania

Los Tedax de la Policía Nacional han logrado neutralizar el artefacto y se ha producido una gran detonación sin heridos

La empresa Instalaza, que fabrica los lanzagranadas C-90 que se enviaron a Ucrania como ayuda de guerra, ha recibido un sobre de similares características al que ha llegado esta mañana a la Embajada de Ucrania en Madrid. Está ubicada en la calle de Monreal, 27 de Zaragoza.

La Policía Nacional ha activado el protocolo ante las amenazas de bomba, según han informado fuentes de la Jefatura Superior de la Policía en Aragón. De confirmarse que se trata de un artefacto explosivo, estaríamos ante una campaña lanzada contra los intereses ucranianos en nuestro país o relacionados con Kiev por asuntos de armamento.

Una vez en el lugar, los desactivadores de los Tedax procedieron a una explosión controlada del artefacto y se escuchó una gran detonación sin que se hayan producido heridos. Los agentes recogen ahora los restos de la bomba con el fin de analizarlos y hallar indicios que puedan conducir a la identificación de los autores de la acción criminal.

Por su parte, el Ministerio del Interior informó de que los investigadores están analizando si existen conexiones entre este hecho y el sucedido esta mañana en la embajada de Ucrania en Madrid.

La carta explosiva de la embajada de Ucrania ha causado heridas de carácter leve en una mano a un trabajador. Contenía en su interior elementos de pirotecnia. La deflagración se ha producido cuando el trabajador, de nacionalidad ucraniana, manipulaba el sobre en una zona ajardinada de la legación situada en la calle Ronda Abubilla número 52, en el madrileño distrito de Hortaleza. La carta iba dirigida al embajador, Sergei Pohoreltsev.

Armamento para el Ejército ucraniano

Los lanzagranadas C-90 formaron parte del primer envío de material militar ofensivo con el que España apoya al Ejército de Ucrania desde el inicio de la invasión por parte de Rusia. En concreto, fue a principios del mes de marzo cuando cuatro aviones A-400M del Ejército del Aire trasladaron hasta Polonia ese cargamento. A bordo iban 1.370 lanzagranadas, 700.000 cartuchos para fusiles y ametralladoras y también un lote de ametralladoras ligeras. Se trata de un material que, tal y como informó el Ministerio de Defensa en su día, «permite la defensa muy individualizada, porque puede ser utilizado incluso por personas que no tienen mucha experiencia en la utilización de armas».

En lo que se refiere al lanzagranadas C-90 de Instalaza, es un sistema ligero (5,3 kilos), sin retroceso, de gran precisión y, como explica la compañía, «extremadamente cómodo y fácil de usar». Y por eso se optó por este modelo, un arma que cualquier persona podría usar, incluso sin conocimientos previos, para tratar de frenar el avance de los blindados rusos. De hecho, las armas contracarro han sido desde el primer momento de las más demandadas por el Ejército ucraniano y de las que más están enviando el resto de países.

Lanzagranadas C-90 de Instalaza, como los que se han enviado
Lanzagranadas C-90 de Instalaza, como los que se han enviadoInstalaza

Es uno de los lanzagranadas idóneos para la conocida como guerra urbana, pues a su favor tiene su peso, tamaño y que, según la versión, es desechable. Su alcance eficaz es de unos 350 metros contra blancos puntuales y de hasta 700 metros contra blancos de área. Su capacidad de penetración en acero de blindaje ronda los 500 mm.

Este fue el primer envío de material ofensivo, pues hasta ese momento únicamente se donó material defensivo, como cascos, chalecos antibalas o material sanitaria. A partir de ese momento España empezó a enviar más armamento, sobre todo después de las peticiones y quejas que llegaban de diferentes ámbitos, entre ellos de la propia embajada de Ucrania en Madrid.

Batería de misiles, obuses...

Entre los últimos envíos que se han conocido, ya que el Ministerio de Defensa no quiere hacer publicidad de los mismos “por seguridad”, hay una batería de misiles “Aspide”, seis lanzadores de misiles “Hawk” o una batería de obuses.

Además, España lleva desde octubre entrenando a militares ucranianos en diferentes competencias, como ciberseguridad, desminado, lucha contra artefactos explosivos, tiro de precisión, zapadores, asistencia sanitaria en combate... El centro neurálgico de esa instrucción está en la Academia de Infantería de Toledo, en el “Toledo Training Command”, aunque algunos de los módulos se desarrollan en otros acuartelamientos.

El objetivo de España es adiestrar a 400 efectivos ucranianos cada dos meses y en la actualidad ya hay algo más de un centenar en nuestro país. Un adiestramiento que España comenzó por su cuenta, al igual que otros países, pero que pasará a formar parte de la recién creada misión de asistencia militar de la UEa Ucrania (EUMAM Ucrania). De hecho, el Estado Mayor de la Defensa tiene previsto presentar el viernes en Toledo la citada misión y la Unidad de Formación de Combate creada especialmente para cumplir con este cometido.