Redes sociales

Artur Mas, la marca personal más polémica de España en Internet

El presidente de la Generalitat en funciones, Artur Mas
El presidente de la Generalitat en funciones, Artur Maslarazon

Mas experimentó hasta 100 noticias negativas en un día. Aunque el 50% de los políticos españoles sufre contenidos perjudiciales en Internet, el líder catalán es el más vilipendiado del momento.

Tan sólo 48 horas después de que el presidente de la Generalitat en funciones lanzara su declaración soberanista los contenidos en Internet y las redes sociales contra Artur Mas se dispararon. Las noticias perjudiciales y negativos sobre él se multiplicaron durante los últimos días y el top 100 de búsquedas de Google recoge un “tsunami” de críticas al líder de CDC convirtiéndole en la marca personas más polémica de España. Según un estudio elaborado por la empresa consultora Identidad Política.com, especializada en la defensa de la identidad de los políticos en Internet, las noticias negativas contra Mas suelen ser diarias con un mínimo de siete en una jornada con menos visibilidad pero en momentos clave, como los pasados días en los que hasta en dos ocasiones se rechazó la votación de su investidura en el Parlamento de Cataluña,

Mas experimentó hasta 100 noticias negativas en un día. La empresa del estudio destaca que, aunque el 50% de los políticos españoles sufre contenidos perjudiciales indexados en Internet, la marca del líder de CDC es la más vilipendiada del momento.

La propaganda de noticias negativas también ha llegado a las redes sociales. Mas también copa los comentarios de Facebook o Twitter incluso se han creado grupos “anti Mas” como el de “Pita a Artur Mas, Plataforma de afectados por Artur Mas” o el hastag #ArturMas no tiene para pagar a las farmacias, pero sí al 3!!! (en alusión al 3 por ciento). Otros son más ofensivos o los que declaran sentir vergüenza del presidente en funciones.

La virilidad de los ataques en las redes sociales e Internet tiene su punto más álgido en época electoral, según destaca el director de la empresa consultora, Francisco Canals. De hecho, los propios partidos políticos utilizan las redes para hacer campaña. El primero que más efectos tuvo sobre el electorado en España fue en 1996 cuando el PSOE elaboró un vídeo en el que simultaneaba imágenes de Francisco Álvarez Cascos con un dóberman.

Estas campañas han encontrado su fuente de inspiración en las campañas electorales americanas. De hecho, en Nueva York, la emisión de una noticia publicada en Internet haciendo referencia a la supuesta infidelidad del candidato demócrata, Antoni Winer, quien aspiraba a la alcaldía, generó un auténtico escándalo mediático y supuso un revés en la reputación del alcaldable que terminó dimitiendo antes de su elección.

Otro de los ejemplos se remonta a la campaña presidencial de 1828 en la que el demócrata Andrew Jackson y el republicano Quincy Adams se difamaron mutuamente. Desde entonces hurgar en la vida y el pasado de un candidato con la finalidad de encontrar puntos débiles, vulnerabilidades, infidelidades, facturas sin pagar... es una práctica habitual. Y es que, las redes sociales tienen su propio lenguaje de campaña y el desprestigio virtual puede llegar a ser sinónimo de derrota.

De unos 3.000 políticos en España, el 50% puede encontrar un contenido perjudicial en las redes. Los más comunes son los insultos y expresiones ofensivas vertidas en foros, blogs o redes sociales además de elaborados vídeos. También es habitual encontrar perfiles falsos (algunos hasta ocho). Blogs clonados o usurpación de personalidad en Twitter, injurias o delitos contra el honor donde se llegan a publicar desde revelación de secretos (publicando el móvil del personaje público o direcciones personales), vídeos privados o imágenes de sus hijos.

Youtube también se convierte en una arma arrojadiza contra los políticos con vídeos cortados para ridiculizarlos, fotografías trucadas, publicación de noticias con carencias del candidato, publicación de rumores o informes que enumeran todos los problemas generados por un partido durante los últimos cuatro años...

¿Cómo se puede proteger un político de estos ataques? Canals destaca que cuando un político tiene visibilidad no tiene sentido censurar dichos contenidos por lo que la estrategia debe dirigirse a intentar que el afectado sepa qué decir o cómo actuar. Ante esto se intermedia con los servidores, se dan de baja perfiles falsos, se denuncian páginas que promueven delitos contra el honor, se contraataca publicando informaciones veraces y por tanto legítimas cuyo objetivo es “difuminar la información negativa” y conseguir así que Google pueda representar la información veraz ofreciendo el “justo contraste y no sólo las negativas”, subraya el director de la empresa consultora.

Para analizar los vídeo, esta Identidad Política.com, actúa como el médico en la red. Primero lleva a cabo un peritaje lingüístico que trata de estudiar la intencionalidad, de dónde viene el mensaje emitido para trazar un plan concreto. Lo importante, aseguran es que el político emplee ese ataque para relanzar su mensaje y evitar, como ocurre a otro, entrar en pánico.

Por ejemplo Artur Mas, a pesar tener una marca personal de polémica, también sabe dominar muy bien los tiempos mediáticos y ante los ataques vertidos en el ámbito político, judicial o mediático sabe lanzar una contra argumentación emitiendo sus propios contenidos o con el fin de difuminar el ataque previo.

Además, los candidatos cuentan con asesores en materia de comunicación, pero están “muy perdidos” en materia de ciberdelitos y vulnerabilidades propias de la red, no saben cómo abordar este fenómeno ya que las denuncias policiales no constituyen una vía rápida a corto plazo. Además del anonimato preponderante en la red y la trasnacionalidad, un contenido difundido de manera on line consigue audiencias muy altas debido a la propagación propia de las redes sociales, más incluso que un programa en “prime time”.

Según el estudio de Identidad Política.com, además de Artur Mas, entre los más desprestigiados en las redes y en Internet está el ministro de Hacienda Cristóbal Montoro. Por lo general, los políticos dedicados a temáticas económicas, sociales, impuestos... sufren una mala “reputación” on line. En el caso de Montoro, sus a veces polémicas declaraciones, el supuesto impago de la cuota mensual de la comunidad de vecinos de Guadarrama o no ir de cabeza de lista por Sevilla han erosionado parte de su imagen en las redes ya que estos son los principales dardos que los usuarios de las redes lanzan contra él.

Jordi Pujol también cuenta con una “mala reputación” on line, aunque no sea un político en activo. Basta con buscar su nombre en Internet para observar un auténtico tsunami de noticias indexadas. Es de los políticos con más mala prensa.

Luis Bárcenas también tiene una reputación destruida tras el famoso caso de sus papeles ampliamente reflejado a lo largo y ancho de los medios de comunicación.

Mariano Rajoy sufre un elevado número de contenidos perjudiciales en foros y blogs. La subida de impuestos o la aprobación de leyes sensibles le han generado lastre negativo encontrando cientos de mensajes en los espacios de opinión con vídeos en los que aparece tropezando, montajes de la niña de Rajoy entre otros.

Manuela Carmena es una de las alcaldesas más atacada en medios de comunicación y prensa escrita, sin embargo, cuenta con un amplio número de seguidores en Twitter (390.000).

También Esperanza Aguirre goza de mala prensa on-line. Distintas noticias publicadas como la de que supuestamente no paga sus facturas de la luz migraron a territorio digital donde es difícil borrar el rastro.

En cuanto a políticos fuera de España de los peor considerados al contar con un gran número de críticas figura el presidente de Rusia, Vladimir Putin y el presidente griego Alexis Tsipras.

También hay políticos que cuentan con una “buena reputación” virtual gracias al orden de sus perfil, a que tienen una buena imagen o a que cuentan con gente que sabe gestionarles sus perfiles. Entre ellos destaca Soraya Sáenz de Santamaría. También el secretario general del PSOE está entre los ejemplos de los que han sabido ganarse la complicidad de la prensa y la televisión “con una original puesta en escena”. El líder de Podemos, Pablo Iglesias, según el estudio de Identidad Política.com, goza de la benevolencia de los internautas, ya que desde sus inicios su partido ha desplegado una estrategia basada en la publicación de centenares de vídeos en Youtube e Internet lanzando así una campaña digital tanto del partido y de su candidato que logra contrarestrar otros negativos, indican.

También el líder de Ciudadanos, Albert Rivera goza de una “muy buena reputación” en las redes sociales. En los resultados orgánicos de Google, sin embargo, el mayor ataque reputacional lo sufrió reciemente después de que un usuario anónimo publicara un vídeo titulado “desmontando a Ciudadanos” logrando varios millones de visualizaciones.

Los foros le han “desangrado ya que partidarios de la izquierda no dudan en alienarlo como un candidato de la derecha o una marca blanca del PP