Política

Lucha contra ETA

Casi 30 años de cárcel para la etarra Mardaras por el atentado contra la televisión vasca

La Audiencia Nacional ha condenado a 29 años y medio de cárcel a la etarra Ohiana Mardaras Orueta por participar en el atentado contra la sede de la Radio Televisión Pública Vasca (EiTB), que se produjo el 31 de diciembre de 2008 en la calle Capuchinos de Bilbao. La Sección Tercera de la Sala de lo Penal considera probado que la procesada se incorporó a principios de 2008 al 'comando Basakatu' de ETA, a las órdenes de Ibai Beobide, y que a finales de ese año confeccionaron un artefacto con entre 80 y 100 kilos de explosivo que ocultaron en una zona boscosa situada detrás del Consorcio de Aguas de Bilbao.

La noche anterior al día señalado, los etarras secuestraron al conductor de una Citron Jumpy y, tras atarlo a un árbol, cargaron el explosivo en la furgoneta, que trasladaron a las puertas del edificio Bami, donde se encuentra la sede de la televisión pública vasca.

Tras abandonar el lugar a pie, Beobide avisó a las 9.55 horas al servicio de Bomberos del Ayuntamiento de Bilbao para informar de la existencia de una bomba en las instalaciones de la EiTB que iba a explotar en una hora. Sobre las 11.05 horas se produjo la explosión, que causó daños valorados en más de cinco millones de euros en la sede y de más de 22.000 en los vehículos aparcados en el lugar.

Por todo estos hechos, el tribunal atribuye a Mardaras los delitos de estragos terroristas (15 años de cárcel), detención ilegal con finalidad terrorista (10 años), y dos robos con violencia con finalidad terrorista, uno de ellos en grado de tentativa (tres años y medio y un año, respectivamente). Aún así, la sentencia señala que el máximo de cumplimiento efectivo será de 25 años.

Le absuelve, en cambio, del delito de integración en organización terorrista porque en octubre de 2013 el Tribunal Correccional de París fue condenada por un delito análogo.

El tribunal basa su condena en la declaración que Beobide prestó tras su detención, el hallazgo de huellas de la acusada en un piso que compartió con el etarra en la localidad francesa de Tours y de un plano marcado de Bilbao y Basauri que se encontró en el domicilio de su madre.