
Política
La cita de Illa y Puigdemont abre la puerta a un encuentro con Sánchez
De fondo está la apuesta de Moncloa por movilizar todas sus herramientas para que salgan los Presupuestos catalanes

Salvador Illa ha empezado fuerte el curso político. Este fin de semana se reunió con el gobierno en el retiro habitual, esta vez, en las Terres d’Ebre; ayer marcó la pauta política en una entrevista en los medios de comunicación púbicos; y hoy se reunirá con Carles Puigdemont en la Delegación del Govern en Bruselas, poco después de que el ejecutivo catalán apruebe el techo de gasto, primer paso para aprobar los presupuestos.
Sin duda, estos movimientos cuentan con el visto bueno del presidente del Gobierno. Illa no ha querido confirmarlo, pero este gesto se hace impensable sin el acuerdo con Sánchez. El secretario general de Junts, Jordi Turull, quiso descafeinar el encuentro al afirmar que el presidente catalán «hace lo que le ordena Pedro Sánchez», sin tener en cuenta que el propio Illa afirmó que el encuentro «es una decisión personal mía. Es una decisión que he tomado yo porque me corresponde a mí, pero el president Puigdemont estaba de acuerdo», lo que dejó a Turull en el más absoluto ridículo. En círculos socialistas nadie duda que, después de la entrevista entre Illa y Puigdemont, se dispararán las especulaciones de un encuentro Sánchez-Puigdemont.
Ambos dirigentes socialistas dijeron que se verían las caras con el inquilino de Waterloo «cuando haya contenido» para cerrar una entrevista. El primero en verse con Puigdemont iba a ser Illa, y ese encuentro está cerrado. Su contenido está por ver, pero el escenario político invita a un próximo encuentro con Sánchez con el objetivo de cerrar acuerdos.
Sánchez también respalda el objetivo de Illa de aprobar los presupuestos allanando el camino a un visto bueno de ERC por la vía de aprobar en el Consejo de Ministros la condonación de la deuda. «Es una buena medida», dijo Illa, en su entrevista en Catalunya Radio y TV3, porque «resuelve el desequilibrio de la financiación». «El FLA –Fondo de Liquidez Autonómica– es un primer paso y trabajamos en concretar en unas semanas un nuevo modelo de financiación», anunció Illa, sabedor de que es la condición que exige ERC –lo verbalizó ayer en otra entrevista Oriol Junqueras– para allanar el camino de las cuentas catalanas. También en las últimas semanas se han acelerado los contactos para el traspaso de Cercanías y la cogestión del aeropuerto. De hecho, en estas fechas se inician las obras más importantes para mejorar el servicio de tren con el desdoblamiento de la R-3, la inversión de más calado de los últimos 20 años.
El presidente del Gobierno parece dispuesto a poner toda la carne en el asador para que Illa tenga las herramientas para cerrar unos presupuestos –que el Gobierno de España tiene más complicados– con el apoyo de ERC y los Comunes. Y afrontar así la ofensiva política del PP en materia de financiación.
Respecto a la entrevista de Illa con Puigdemont, que será a puerta cerrada y que se celebrará en la delegación del Govern en Bruselas. Illa la ha hecho coincidir con la inauguración de una exposición del Milenario de Montserrat en una de las salas del Parlamento Europeo.
Esta circunstancia fue aprovechada por Illa para justificar por qué «es el momento de hacer la reunión». «La amnistía es constitucional y me hubiera gustado que el encuentro se hubiera celebrado aquí, en el Salón Montserrat donde hago esta entrevista». Acto seguido lanzó un dardo contra el Partido Popular: «Ahora toca. Para enviar el mensaje de que en democracia el diálogo es el motor».
El PP reaccionó con dureza ante la reunión. La diputada popular Cayetana Álvarez de Toledo afirmó que «irá a negociar una amnistía para Sánchez» y apuntó que entre los temas a tratar están «cupo y referéndum, a cambio de unos meses más en La Moncloa». El PP catalán la calificó como «humillación», mientras que Vox dijo que es «una cita entre delincuentes». Ambos partidos han solicitado la comparecencia de presidente de la Generalitat para que explique «el motivo, el contenido y los acuerdos de la reunión».
A pesar de las críticas, el presidente de la Generalitat defiende su decisión porque «la amnistía se debe aplicar, ha demostrado que ha sido una medida acertada y, cuanto antes se aplique, mejor le irá a Cataluña y a España».
El momento elegido no es baladí. En estos meses el Constitucional se volverá a pronunciar para resolver el recurso de amparo presentado por el líder de Junts sobre la cuestión de la malversación y el levantamiento de su orden de detención –el Tribunal también debe decidir sobre el amparo presentado por Junqueras y varios exconsejeros republicanos–.
Y también lo hará el Tribunal Superior de Justicia de la UE para responder a la consulta que ha realizado el Supremo. Todo indica que estos temas tendrán velocidad de crucero porque el Senado promoverá la renovación del presidente del Constitucional, Cándido Conde Pumpido, a finales del vigente año.
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