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PSOE

La corrupción abre grietas entre Ferraz y Moncloa

El partido se desfonda: asume que la UCO borrará las «distracciones» de Sánchez para «ganar tiempo»

La UCO abandona la sede del PSOE tras tres horas en Ferraz para realizar el clonado del correo de Santos Cerdán EUROPAPRESSEUROPAPRESS

El PSOE es una olla a presión. Según ha sabido este diario, el partido lanza un aviso a Moncloa, desde donde se cocina la estrategia política del presidente del Gobierno sin tener muy en cuenta la decisión de Ferraz. «Si en las próximas semanas sale algo gordo de la Unidad Central Operativa (UCO), la distracción [en referencia a la ofensiva diplomática del Ejecutivo] no durará nada», explica un socialista curtido en decenas de batallas.

El partido asume que el golpe de Pedro Sánchez a Israel busca «tapar», según las fuentes consultadas, todos los casos que incomodan al presidente: el «caso Cerdán» y las causas contra su mujer, su hermano y el fiscal general del Estado. El fin es que la opinión pública deje de recibir píldoras de la corrupción del PSOE.

Sánchez y su equipo en Semillas intentan crear el clima de «nueva etapa» y alejar la conversación pública de los casos que han removido a su organización y que han llevado al ex «número tres» socialista, Santos Cerdán, a la prisión de Soto del Real, donde permanece de manera provisional desde el 30 de junio.

Lo cierto es que el PSOE afronta un otoño complicado en lo judicial y en lo político. Y, como ya avanzó este diario, en el partido andan especialmente inquietos por las posibles novedades que pueda aportar la UCO a la investigación del «caso Cerdán». Hay que recordar que el ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres, está en la quiniela para aparecer salpicado en alguno de los informes pendientes que el instituto armado remitirá al juez del Tribunal Supremo Leopoldo Puente.

Es más, dentro del PSOE hay voces que lamentan que Sánchez tenga que «polarizar» las relaciones exteriores de España para intentar ganar oxígeno en casa. Una socialista que ocupó altos cargos en las instituciones comunitarias reconoce, además, lo estéril de las medidas anunciadas por Sánchez: «Lo único que funcionaría es que la Unión Europea removiera el Acuerdo de Asociación con Israel. Moverse como país solo no sirve de mucho».

En cualquier caso, hace tiempo que por los pasillos del PSOE se ha extendido la sensación de que les toca a ellos, por su cuenta, lidiar con la mancha de los escándalos. Y que mientras la Moncloa tenga recursos para contrarrestar la erosión de la imagen del presidente y del Ejecutivo, en Ferraz están «vendidos». Las fuentes consultadas lamentan el daño que se está haciendo a las opciones de los candidatos municipales y autonómicos.

La salida de Paco Salazar de la maquinaria monclovita removió al partido, que se echó encima de Moncloa, porque el núcleo duro del presidente del Gobierno se quedó sin un «pata negra» del socialismo con voz e influencia en la estrategia política de Presidencia. En cierta manera se puede decir que el único hilo directo entre el jefe del Ejecutivo y el secretario general del PSOE es el propio Sánchez por encarnar ambos cargos.

Y, aunque es cierto que en la ejecutiva socialista hay varios ministros –Félix Bolaños, Elma Sainz, Óscar Puente y Pilar Alegría–, en verdad el aparato que gestiona la estrategia del líder –y que tiene que tomar al día centenares de decisiones– está en La Moncloa.

Allí, de hecho, se presta menos atención a la sensibilidad del partido a la hora de tomar decisiones. Moncloa, desde el estallido del «caso Cerdán», ha intentado establecer un cortafuegos que le separe lo máximo posible del partido. Aunque no ha sido fácil en absoluto. Y en Ferraz empiezan a levantar los brazos, cansados de que les toque guerrear por su cuenta.