Opinión
No a costa de más deuda
Más deuda nos hace particularmente vulnerables y dependientes de la UE, que es lo que pretende Von der Leyen. La operación de fondo consiste en hacer que los estados pierdan soberanía en beneficio de Bruselas
España está a la cola del gasto militar, y eso no puede ser motivo de orgullo, sino al contrario. Invertir en Defensa no es tirar el dinero, sino estar preparados para encarar escenarios no deseados, sobre todo para disuadir. Se habla mucho de Rusia, pero en nuestro caso la amenaza está en el Sur. Cierto que, llegado el caso, si ayudamos a los aliados del Norte, cuando el problema sea nuestro, ellos vendrán a socorrernos. Aunque no está escrito que la OTAN tenga compromiso de ningún tipo con España en caso de ocupación de Ceuta y Melilla. Eso sí, ver cómo nuestro vecino se convierte en potencia militar, mientras que aquí miramos al cielo, no puede ser más que motivo añadido de preocupación. Aunque ahora inquieta también la forma en que la UE quiere llevar a los países comunitarios a subir su presupuesto castrense hasta el 3 por ciento del PIB, lo que en el caso de España supondrá muchos miles de millones de euros. Sugiere Von der Leyen una trampa fiscal que consiste en excluir las inversiones militares de las restricciones presupuestarias de la Unión, que son bien estrictas en materia de deuda y déficit. Es decir, propone que repitamos la fórmula de la Covid, permitiendo a los países que se endeuden para gastar más en armamento. Lo que equivale a un nuevo manguerazo para regar de millones a los países más remolones, el principal de todos es España, de modo que se podrá llegar con facilidad al tres por ciento gracias al maná de Bruselas. Planteamiento ante el que Sánchez no hace más que aplaudir. Se le va a permitir seguir recibiendo dinero y gastando sin parar, con lo que hinchará más la actual burbuja de crecimiento a base de deuda. Y, sobre todo, para seguir con la sensación de que vamos como un cohete, cuando se trata en realidad de una economía dopada y maquillada. Desde que Sánchez llegó, la deuda pública se ha disparado en comparación con junio de 2018, fecha en que los socialistas ganaron la moción de censura. Y es menor en cifras de lo que lo es en realidad, debido al ajuste estadístico contable con el que las cuentas públicas fueron acicaladas por el sanchismo, para aparentar que crecemos más, bajamos más el déficit y la deuda. Todo falso. Lo único real es que cabalgamos a lomos de un endeudamiento desbocado, sólo que quien nos da el dinero es el BCE. Lo que nos hace particularmente vulnerables y dependientes de la UE, que es lo que pretende Von der Leyen. La operación de fondo consiste en hacer que los estados pierdan soberanía en beneficio de Bruselas. Llegando así el día en que los gobiernos no pinten nada, y sea la Comisión la soberana.
En ese marco hay que situar la oferta envenenada de dar más dinero para Defensa a cambio de permitir que los gobierno se endeuden sin límite. Una locura. Hay que subir el presupuesto de Defensa, cierto. Pero debería ser a costa de reducir el gasto público, no de incrementarlo. Hacienda recauda ahora más que nunca, pero buena parte de ese dinero se le va en subvenciones, ayudas, subsidios, pesebres, observatorios, foros, comisiones y chiringuitos de toda laya. Es absurdo tener que pagar a 445.000 políticos (cifra real), 22 Ministerios, centenares de consejerías, asesorías, organismos, empresas públicas deficitarias y garitos sindicales. Somos el país 27 de 37 de la OCDE en eficiencia de gasto público. Habría que reducirlo en 60.000 millones. Ese dinero podríamos invertirlo ya en Defensa. No hace falta más deuda. Para tener un Ejército mejor, necesitamos simplemente que el Gobierno gaste menos en entidades prescindibles.