Ejército de Tierra

La artillería española se rearma para no perder potencia de fuego: compra casi 100.000 proyectiles de 155 mm.

España ha encargado al gigante alemán Rheinmetall un pedido para el Ejército de Tierra englobado en un acuerdo marco por 208 millones de euros

Munición de 155mm
Munición de 155mmEjército de TierraEjército de Tierra

El Gobierno español ha encargado a la empresa alemana Rheinmetall, el mayor fabricante mundial de munición de artillería, el suministro de un total de 94.200 cartuchos de 155 mm dentro de un acuerdo marco celebrado a tal efecto que tiene un volumen de aproximadamente de 208 millones de euros. Estos proyectiles de artillería se entregarán al Ejército de Tierra entre finales de 2024 y finales de 2025, con opción de prórroga de dos años.

Este tipo de munición ya está siendo utilizada por las fuerzas armadas españolas y, de hecho, se trata del segundo acuerdo marco del mismo tipo. Los proyectiles de alto explosivo (HE) ER02A1 tienen un alcance máximo de 30 kilómetros en la variante de cola de barco (BT) y de casi 40 kilómetros en la variante de purga de base (BB). Este último tiene un dispositivo especial en la base del proyectil que calienta el aire generado por el propio proyectil en su trayectoria, reduciendo así la resistencia y aumentando el alcance máximo.

Los últimos contratos en el campo de la munición de artillería de 155 mm subrayan la posición tecnológica líder de Rheinmetall en el desarrollo y la producción de munición en Europa. Los acuerdos marco con varios estados miembros de la OTAN garantizan el suministro de munición de artillería.

De hecho, Rheinmetall obtuvo el pasado año un pedido de gran volumen para apoyar a Ucrania con munición de artillería, que se fabricará en su factoría española de Expal (ahora Rheinmetall Expal Munitions), la empresa que adquirió por 1.200 millones de euros este mismo año. A la empresa tecnológica con sede en Düsseldorf se le ha encomendado la tarea de suministrar a Kiev proyectiles de artillería por valor de unos 142 millones de euros. El pedido abarca decenas de miles de proyectiles de artillería completos de 155 mm, incluido el propio proyectil, la mecha (para la carga explosiva), el propulsor y el cebador (para encender el propulsor). El cliente es un país socio de la OTAN cuya intención declarada es apoyar a Ucrania en su lucha defensiva con ayuda militar eficaz a largo plazo. Las municiones se entregarán en 2025. La producción y entrega de alrededor de 40.000 cartuchos para Ucrania procedentes de un pedido anterior ya está prevista para 2024.

La demanda de municiones de artillería es actualmente muy alta, debido no sólo a las necesidades de Ucrania sino también a la necesidad de reponer los depósitos de municiones en gran medida vacíos de Alemania y otros países de la OTAN y la UE. Rheinmetall planea un aumento masivo de la capacidad de producción de municiones en 2024 en sus plantas de Alemania, España, Sudáfrica y Australia, elevando la capacidad de producción anual a alrededor de 700.000 cartuchos de artillería.

Actualmente, Rheinmetall tiene contratos marco de varios años para el suministro a la Bundeswehr alemana de varios cientos de municiones de artillería por un valor de más de mil millones de euros.

Desde el inicio del conflicto en Ucrania, los precios de las municiones han aumentado drásticamente. Aunque Rheinmetall mantiene silencio sobre el modelo de munición que están fabricando, si se tratara de la ERO2A1 de Expal, estaríamos hablando de un precio de unos 4.000 euros por pieza.

En lo que se refiere a España, el Mando de Apoyo Logístico del Ejército (MALE) tiene en marcha cuatro grandes licitaciones para el suministro de proyectiles para sus obuses M109, SIAC y Light Gun. Por un lado, este órgano trabaja en un contrato valorado en 75 millones de euros para munición de 105 mm, y, por otro, gestiona dos contratos más para munición de 155 mm con un techo de gasto conjunto de 495 millones de euros, en los que se englobaría el mencionado acuerdo marco. A esto hay que sumar una licitación para cargas modulares valorada en 339 millones de euros. En todos los casos, hay que precisar, la inversión incluye el presupuesto inicial y las posibles prórrogas previstas para extender el contrato.

El Ejército de Tierra ha declarado reservados los pliegos de los tres contratos de proyectiles, por lo tanto, el número de unidades a adquirir no son públicas. Algo lógico, puesto que ningún ejército hace público los misiles o la munición exacta que tiene para combatir. Sin embargo, el contrato de cargas de munición de 155 mm de alcance extendido permite hacerse una idea de los planes de compra de proyectiles. El MALE busca en el mercado más 420.000 cargas modulares, un dispositivo con pólvora que produce la fuerza necesaria dentro del cañón del obús para propulsar el proyectil durante el disparo.

No existen precedentes recientes para comparar estos contratos con otros. Lo más parecido es el contrato entre el Ejército de Tierra y Expal entre 2018 y 2023 para el suministro de munición de 155 mm valorado en casi 50 millones de euros. Ahora, el presupuesto para este tipo de proyectiles se ha multiplicado por diez y el plazo de entrega se ha reducido a dos años, menos de la mitad. Si a estas cuatro licitaciones sumamos una quinta para la compra de granadas de mortero de 60, 81 y 120 mm valorada en 96 millones de euros, la inversión al final prevista en munición de artillería alcanza los 1.000 millones antes mencionados.

De vuelta a España, la compra de munición forma parte de un plan más amplio del Ejército de Tierra para mejorar la operatividad de sus unidades, bajo mínimos por los recortes presupuestarios de años atrás. Hasta hace no mucho había que echar cuentas para sacar de una unidad un regimiento de carros de combate y estar una semana en el campo de maniobras. Y cada unidad podía hacer esto una vez al año, como mucho. Esto ya está cambiando.

De forma paralela, el Ministerio de Defensa trabaja en la compra de munición de otros calibres, como la de 5,56 mm utilizada por los fusiles de asalto G36 y las ametralladoras ligeras de las Fuerzas Armadas. El departamento prepara el lanzamiento de una licitación valorada en 32 millones de euros para asegurar el suministro los próximos años de este tipo de munición, fundamental para los ejercicios o las operaciones.

También ha invertido más de 25 millones –en distintos contratos- en la creación de una reserva estratégica de munición de 5,56 mm, de la que tirar en caso de necesidad. Los contratos han sido hasta ahora para la empresa española Nammo Palencia, la única en España que fabrica este tipo de proyectiles. En este caso, Defensa busca no solo garantizar el suministro, sino también evitar la dependencia de firmas extranjeras y asegurar a priori la autonomía.