Desarme de ETA

El falso desarme de ETA: Hallan un nuevo zulo en Francia

Un «buscador de tesoros» lo encontró con un detector de metales en un bosque de Tosse

Imagen de archivo del hallazgo de un zulo de ETA en Francia
Imagen de archivo del hallazgo de un zulo de ETA en Francialarazon

Un «buscador de tesoros» lo encontró con un detector de metales en un bosque de Tosse.

El acto del 8 de abril en Bayona, organizado por los autoproclamados «artesanos por la paz» sobre un desarme total de ETA era una patraña y ayer quedó demostrado. Un zulo de la banda, con detonadores y una pequeña cantidad de explosivos, fue descubierto casualmente por un «buscador de tesoros» con un detector de metales el pasado día 31 de diciembre, en un bosque de la región de las Landas, no lejos de la frontera con España.

La información se ha mantenido en secreto por si algún miembro de la banda, de los que aún controlan la infraestructura clandestina que la organización criminal mantiene en suelo galo, se acercaba al lugar, según han confirmado a LA RAZÓN fuentes antiterroristas.

Sin embargo, la noticia fue difundida ayer por la emisora «France Bleu Gascogne».

El zulo se encontraba en un paraje de la localidad de Tosse, a una veintena de kilómetros al norte de Bayona.

El hallazgo supone un auténtico jarro de agua fría para los que montaron y, sobre todo, para los que apoyaron el «circo» montado en abril en Bayona. Faltaban armas de todo tipo, explosivos y, lo que era más preocupante, decenas de bombas-lapa, de las que se colocan en los bajos de los automóviles, tal y como adelantó este periódico. Las citadas fuentes subrayaron que no estaría de más una urgente explicación de los «artesanos y sus mariachis».

De momento, la Fiscalía de París ha abierto una investigación por los cargos de terrorismo, posesión y transporte de armas y de municiones e infracciones a la legislación sobre explosivos. La investigación corre a cargo de la Subdirección Antiterrorista de la Policía Judicial (SDAT).

Según la emisora, el zulo lo componían dos cajas de plástico enterradas a varios centímetros de profundidad en las que, además de los detonadores y los explosivos, había mapas de carreteras y topográficos con las insignias de ETA.

El «buscador de tesoros» paseaba por el bosque con su detector de metales que le marcó el lugar del escondite. Al cavar, se encontró con las cajas.

Tras dar la alerta, los gendarmes que acudieron al bosque recurrieron a los artificieros que establecieron un cordón de seguridad.

El material encontrado será objeto de análisis, sobre todo para determinar el tipo de explosivos y evaluar de cuándo datan.

La SDAT advirtió el mes pasado, por boca de uno de sus comandantes que declaró en un juicio de ETA en París, que no ve ninguna señal de que la organización terrorista pueda reanudar la lucha armada, a pesar de que una parte de su arsenal sigue escondido.