Opinión
La disyuntiva del Titanic en Ciudadanos
Supervivencia o nobleza. En esas andan muchos en el partido naranja en estos días de recogimiento y penitencia, que de toda la vida los papelones en periodo vacacional dan menos vergüenza
Dice mi amiga Carmen que cuando uno se encuentra inmerso en una misión a la deriva, de imposible resolución, se enfrenta siempre a la «disyuntiva del Titanic», que no es más que elegir entre ser rata u orquesta. Buscar una barca, un flotador o una tabla para poner a salvo el cuello propio o, por contra, permanecer en la cubierta hasta el final, apurando con el violín los compases del «Cerca de ti, Señor». Supervivencia o nobleza. En esas andan muchos en Ciudadanos y a ello han dedicado estos días de recogimiento y penitencia, que de toda la vida los papelones en periodo vacacional dan menos vergüenza y pasan más inadvertidos. Se acercan las elecciones del 28 de mayo, hace tiempo que el impacto contra el «iceberg Rivera» dejó maltrecho el barco, sin posibilidad alguna de reparación, y los botes salvavidas en los que se han convertido las listas electorales del Partido Popular empiezan a escasear. De ahí que estemos presenciando fugas en masa, bajas de militancia, que no del cargo (ni del sueldo) de concejal o diputado, justificaciones forzadas con alusiones algo barrocas a la defensa de «noséqué» principios y valores y el deseo –esto es lo mejor– de seguir trabajando por el bien de la gente como servidores públicos («Ey Ayuso, Almeida, guiño, guiño...»). En ninguno de estos comportamientos podemos encontrar, a estas alturas, motivos para la sorpresa. Pero sí un interrogante, el único que, en realidad, encierra este culebrón: ¿qué le aportan al PP este tipo de perfiles?
Aviso legal: las referencias incluidas en este artículo a la condición de «rata» o de «orquesta» son exclusivamente metafóricas, salvo que alguno de los aludidos acredite el conocimiento y la sensibilidad que requiere la práctica avanzada del violín.
✕
Accede a tu cuenta para comentar