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Los dos datos del CIS sobre Junts que pueden hacer temblar a Pedro Sánchez
El último barómetro de abril arroja señales de que los posconvergentes pueden poner todavía más complicada la estabilidad al Gobierno

José Félix Tezanos ha publicado esta semana el último barómetro del CIS, correspondiente a abril, y pese a que trata de hacer muchos esfuerzos y equilibrios para dibujar a un Pedro Sánchez y a un PSOE sólido y en cabeza, hay datos que parece incapaz de ocultar y pueden poner en dificultades al Gobierno. En este sentido, el último CIS ha situado la corrupción y el fraude como principal problema para los votantes de Junts, lo que puede traducirse en un argumento más para que los posconvergentes se alejen y pidan explicaciones a Sánchez sobre los problemas judiciales que cercan a su entorno.
Así, para el 12,5% de los votantes de Junts, el primer problema que hay en España actualmente es la corrupción y el fraude, justo en el momento en que el "caso Begoña", el "caso David Sánchez" y el "caso Ábalos" están tomando más vuelo. Del "caso David", su declaración ante el juez dejó prácticamente al descubierto que estaba presuntamente enchufado en un puesto de la administración pública al que probablemente no iba a trabajar; y, del "caso Ábalos", está tomando mucha presencia mediática el enchufe de Jesica y su sueldo en empresas públicas sin ir a trabajar.
Dicho esto, hasta ahora, Junts apenas alzaba la voz contra la corrupción del Gobierno ya que su discurso se centraba exclusivamente en las reivindicaciones catalanas, como las competencias o la financiación. Sin embargo, ese dato también puede hacer reflexionar a la dirección del partido posconvergente en un momento en que las relaciones están más frágiles que nunca ya que Carles Puigdemont ha lanzado un ultimátum para que el Gobierno cumpla con sus compromisos de investidura antes de finales de mayo.
Y no solo eso, sino que hay otro 9% de los votantes de Junts que también sitúan la vivienda como primer problema: esa es una carpeta que al Gobierno se le está atragantando, igual que la inmigración, que también está ubicada como una preocupación principal para el 8,1% de los electores posconvergentes. En ambos ámbitos, además, los planteamientos de Junts y del PSOE están en las antípodas, por lo que se antoja una distancia difícilmente salvable para ambas formaciones durante esta legislatura.
Pero hay un segundo dato que también puede poner en apuros a Sánchez: desde la investidura (noviembre) hasta hoy, el apoyo de los votantes ha caído a la mitad. En este sentido, a la pregunta de quién preferiría como presidente del Gobierno, el 61,3% de los votantes posconvergentes elegían a Sánchez en el barómetro elaborado justo después de la investidura. Ahora, ese porcentaje se ha desplomado y ha caído hasta el 32,7%. De hecho, esa tendencia no es exclusiva de Junts: también los votantes del PNV han pasado de un 52% de apoyo a Sánchez como presidente a un 29,5%.
Por tanto, el "aval" de los votantes de Junts a Sánchez parece que está cada vez más en mínimos y eso da más fuerza a Junts para romper definitivamente con el Gobierno tras muchos amagos. De hecho, los propios amagos también amenazan al partido de Puigdemont con dejarle sin credibilidad en un momento delicado ya que las encuestas proyectan una pérdida de escaños por el avance de Alianza Catalana y por la derechización de la sociedad catalana (PP y Vox crecen).
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