La amenaza yihadista

El 78% de los españoles percibe el fundamentalismo islámico como una amenaza

El 78% de los españoles percibe el fundamentalismo islámico como una amenaza
El 78% de los españoles percibe el fundamentalismo islámico como una amenazalarazon

El 77% de los españoles pide incrementar la seguridad y el 69%, que se controle la inmigración islámica

Las 54 horas más difíciles de Francia en las últimas décadas son ya una marca a fuego en la memoria colectiva de Occidente. Una más. Porque si en los últimos años no faltaron en Reino Unido o la propia Francia episodios semejantes de barbarie terrorista, esta vez existe la sensación de que el peligro ha llegado para quedarse. También en España, que nunca ha olvidado lo sucedido en 2004. Aquí, casi once años después del fatídico 11-M, el 78,3 por ciento de los españoles percibe el fundamentalismo islámico como una amenaza real para la convivencia, según una encuesta de NC Report para LA RAZÓN. Únicamente el 19,6 por ciento piensa que no es así.

Todavía muy presentes las imágenes de lo sucedido en París, hay quienes ven en ello un espejo en el que reflejarse. Respecto a quienes en este país se sienten también como parte de una diana a la que apunta el terrorismo islamista, es el caso de un 58 por ciento de los ciudadanos consultados, mientras que un 30,1 por ciento cree que España no es objetivo prioritario de los «muyahidines» (como se denomina al combatiente islámico fundamentalista).

El sentimiento mayoritario en cualquier caso es que ha comenzado una guerra contra la civilización occidental, un conflicto en toda regla para el 40,4 por ciento de los españoles, idea que no es compartida por el 37,7 de los encuestados y para la que no tienen respuesta o no saben qué decir un 21,9 por ciento.

En consecuencia, un determinante 77,6 por ciento de los consultados considera que deberían incrementarse las medidas de seguridad para evitar atentados en el futuro. Sólo un 20,1 por ciento piensa exactamente lo contrario.

En lo que sí se ponen de acuerdo los españoles al valorar la reacción de Europa ante los atentados de los extremistas islámicos es en la tibieza con que el Viejo Continente ha sobrellevado semejante violencia. Un 35,6 por ciento estima que ha tenido una reacción débil; el 37,3 por ciento piensa que ha sido contenida, y sólo un 13,1 por ciento considera que los gobiernos europeos han actuado con fuerza ante el asalto a su sistema de convivencia.

Con pensamientos semejantes no es extraño que el ciudadano quiera protegerse exigiendo el control de la inmigración procedente de países islámicos. Es lo que preferiría el 69,1 por ciento de los españoles, según el sondeo de NC Report. Un 21,6 por ciento es de distinto parecer.

La guerra soterrada que aflora estos días en toda su crudeza traerá consigo el aumento del sentimiento antimusulmán en Europa, según el 70,3 por ciento de los españoles. No cree, sin embargo, que vaya a ser así un 15,1 por ciento de los consultados, mientras que un 14,6 por ciento no se define al respecto.

Sin embargo, el 76,1 por ciento de los ciudadanos condena sin ambages la islamofobia, sin duda por aquello de no hacer pagar a todos por el mal instigado y practicado por unos pocos, aquellos radicales que deciden tomar las armas y lanzarse a la yihad. Sólo un 10,6 por ciento no muestra su repulsa hacia este sentimiento de odio hacia lo musulmán.

Respecto a que pueda estar en peligro la libertad de expresión en Europa, esta vez es la mayoría de la población la que piensa que no es así: un 48,4 por ciento. Muy de cerca, un 43 por ciento, estima que sí está comprometido ese derecho básico, y un 8,6 por ciento no sabe o no contesta sobre este particular.

La preocupación que refleja la encuesta cobra mayor sentido si se tiene en cuenta que el recién terminado 2014 se ha caracterizado en España por ser un periodo en el que se ha desarrollado un considerable número de operaciones dirigidas contra el terrorismo yihadista. En total se llevaron a cabo 12 operaciones, con 47 detenidos, y se detectó un número próximo a la decena de retornados, todos procedentes de Siria, excepto uno de Mali. La amenaza está en casa.