PDeCAT

La «minoría absoluta» de Sánchez se desmorona

Puigdemont considera retirarle su apoyo en el Congreso y bloquear RTVE si no frena la «represión». Podemos deja en el aire su apoyo al techo de gasto y Compromís ya ha anunciado que se abstendrá.

Quim Torra en la jornada de clausura de la primera Asamblea Nacional del PDeCat celebrada este fin de semana en el Palacio de Congresos de Cataluña. EFE/Marta Pérez
Quim Torra en la jornada de clausura de la primera Asamblea Nacional del PDeCat celebrada este fin de semana en el Palacio de Congresos de Cataluña. EFE/Marta Pérezlarazon

Puigdemont considera retirarle su apoyo en el Congreso y bloquear RTVE si no frena la «represión». Podemos deja en el aire su apoyo al techo de gasto y Compromís ya ha anunciado que se abstendrá.

Al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se le augura una semana «horribilis» nada más comenzar. Su Gobierno «Frankenstein» tras la moción de censura a Rajoy está empezando a despertar desde distintos frentes y según las posturas que están adoptando sus socios a Sánchez se le va a complicar en esta corta legislatura aprobar sus iniciativas parlamentarias.

Por un lado, el rebrote del conflicto catalán. El factor decisivo ha sido el golpe de mano dado por Carles Puigdemont este fin de semana parar quitar de en medio a Marta Pascal, pasar a controlar el PDeCAT y caminar hacia su disolución en la Crida Nacional per la República, un movimiento político que tiene por único objetivo la independencia de Cataluña. El partido, además, ha recuperado la «vía unilateral» y ha prometido presentar batalla al Ejecutivo del PSOE, una estrategia que choca con la «voluntad de distensión» del Gobierno con Cataluña. La nueva vicepresidenta del PDeCAT, Miriam Nogueras, será la encargada de coordinar el grupo del Congreso, una parcela clave tras la moción de censura. De la más estricta confianza de Puigdemont, Nogueras aseguró ayer en varias entrevistas radiofónicas que Pedro Sánchez tendrá «más difícil» contar con el apoyo del nuevo PDeCat a partir de ahora. «Se harán valer los votos» en Madrid, repiten desde la nueva cúpula directiva, controlada «de facto» por Puigdemont. De hecho, el ex president de la Generalitat rompió relaciones con Marta Pascal después de que la dirigente negociara activamente el apoyo a la moción de censura con el PNV y el PSOE. Es más, la asamblea neoconvergente de este fin de semana acordó la posibilidad de bloquear la agenda del Gobierno de Pedro Sánchez si se considera que el Estado «no ha frenado la represión» contra los líderes soberanistas. Por tanto, el PDeCAT recupera la escalada de tensión con el Gobierno antes de otoño, cuando el Ejecutivo de Torra tiene la potestad de volver a convocar elecciones en Cataluña.

Sus socios rupturistas tampoco están poniendo facilidades «a priori» en cuanto a la planificación de estabilidad presupuestaria y de techo de gasto propuesto por el Gobierno y que Congreso y Senado debatirán este viernes. El Gobierno depende del «sí» de los 180 diputados que le permitieron gobernar, y que en caso de que le pongan trabas situarán en un brete al Ejecutivo, porque aunque no necesita la mayoría absoluta en el Congreso, sí que sea superior a la suma entre PP y Cs, que ya se han manifestado claramente en contra con sus 137 diputados y 34 respectivamente. El Gobierno plantea una ampliación del 4,4%, que también afectará a la distribución del montante presupuestario destinado a las Comunidades –2.500 millones más de presupuesto–, y tanto desde ERC como del PDeCAT no se aclara, a día de hoy, si votarán a favor. En concreto, el senador de ERC, Joan Margall, criticó ayer el interés que tiene el Gobierno en que el PP apruebe se sume en detrimento de los demás: «Vamos a ver como queda todo», dejó en el aire. Desde el PDeCAT se sostiene que el nuevo presupuesto es más beneficioso para Cataluña que el planteado por el anterior Gobierno, pero añade que no marca el «punto de inflexión necesario». Desde Compromís sí que se avanza su voto de este viernes: sus cuatro diputados se abstendrán. PNV, EH Bildu y Nueva Canarias también tendrán que retratarse al término de esta semana y, por supuesto, Unidos Podemos, su baluarte principal ya que suman 67 diputados de los 180 que suma su puzzle parlamentario, en el que 84 escaños son socialistas. Desde la formación morada el diputado Rafael Mayoral, aseguró que tras las conversaciones mantenidas con Sánchez no ve «suficiente sustancia» como para que su grupo parlamentario pueda adelantar su voto con «claridad», informa EP. No negó que su grupo parlamentario pueda abstenerse, e hizo pero ha hecho hincapié en recalcar que las cifras acordadas por el Gobierno son «muy insuficientes». Y no escatimó en desconsideraciones hacia el presidente que respaldó: «Hasta ahora el Gobierno no ha hecho otra cosa marear la perdiz y lo que ha planteado es absolutamente insuficiente».

La estabilidad presupuestaria no es el único asunto que se le resiste a Sánchez. El «caso Corinna» le está abriendo un difícil escenario al presidente del gobierno, ya que si en un primer momento su postura fue «ni entrar a valorar» las grabaciones filtradas por el ex comisario Villarejo en las que se vierten informaciones que perjudican al Rey Juan Carlos obtenidas en sus conversaciones con la empresaria Corinna zu Sayn-Wittgenstein, dicha postura se le ha complicado desde que la Audiencia Nacional ha decidido entrar a investigar el caso. De momento, el Gobierno esparará a escuchar al director del CNI, Félix Sanz Roldán, que comparercerá este miércoles por la tarde a puerta cerrada en el Congreso. Algo que tampoco le parece suficiente a Podemos, que presiona al Gobierno para que apoye su «comisión de investigación», que ayer registró en la Cámara Baja y que requiere al menos el aval de 70 diputados. Por el momento, el partido de Iglesias cuenta con el respaldo de ERC, Compromís, PDeCAT y EH Bildu. Es decir, nuevamente, sus socios de Gobierno, que convierten a Sánchez en un equilibrista para mantener sus ideas y satisfacer a quienes lo ayudaron a llegar a La Moncloa.