Gobierno de España

El Gobierno se queja al Vaticano por la «injerencia» del nuncio en la exhumación de Franco

«Han resucitado a Franco», dijo Renzo Fratini. Calvo anuncia que abordará la fiscalidad de la Iglesia para que contribuya a la «justicia social»

«Han resucitado a Franco», dijo Renzo Fratini. Calvo anuncia que abordará la fiscalidad de la Iglesia para que contribuya a la «justicia social».

El nuncio apostólico en España, Renzo Fratini, se despide hoy del cargo tras cumplir 75 años, de los que los 10 últimos ha sido el representante del Papa en nuestro país. Su marcha ha tenido un eco inesperado al hacer unas polémicas declaraciones sobre la vigencia del franquismo. «Hay tantos problemas en el mundo y en España... ¿Por qué resucitarlo? Yo digo que han resucitado a Franco. Dejarlo en paz era mejor», señaló el representante diplomático de la Santa Sede en una entrevista a Europa Press. «La mayoría de la gente, de los políticos, tiene esta idea porque han pasado 40 años de la muerte, ha hecho lo que ha hecho, Dios juzgará. No ayuda a vivir mejor recordar algo que ha provocado una Guerra Civil», añadió Fratini.

El nuncio en España dijo haber «intentado» mediar desde que el presidente Pedro Sánchez anunciara la exhumación, ya que la tumba de Franco está en la abadía benedictina del Valle de los Caídos. «La Santa Sede ha tenido una posición neutral, es un problema más de la familia Franco y del Gobierno», precisó. Para Renzo Fratini, detrás de este proyecto del Ejecutivo socialista subyacen «motivos sobre todo políticos» e «ideológicos». En su opinión, «está detrás una ideología de algunos que quieren de nuevo dividir a España». Además, piensa que, en lugar de olvidar a Franco, se ha conseguido lo contrario. «Se ha enaltecido mucho más porque las visitas han aumentado, el problema ha regresado, mucha gente no sabía dónde estaba el Valle de los Caídos». Según dijo, el Vaticano «no se opone», pero «hay que respetar el derecho de la familia». Pero si se trasladan los restos – el Tribunal Supremo debe pronunciarse aún al respecto–, el nuncio «no» está «en contra de la eventual decisión del Gobierno» de enterrarlos en El Pardo «en el respeto siempre de los derechos y la voluntad de los familiares». Fratini insta a «olvidar el mal» porque «si no, regresa la pelea, la Guerra Civil».

La vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, anunció ayer que el Ejecutivo enviaría de inmediato una queja formal al Vaticano por la «injerencia» del nuncio. En una entrevista en la Cadena Ser, Calvo calificó las declaraciones de «improcedentes e inaceptables» en el «fondo y en la forma» porque, según explicó, un embajador de la Santa Sede «no tiene que entrar en los asuntos internos de un Estado» y en un tema «tan importante».

Por ahora, el Vaticano mantiene silencio sobre la queja del Gobierno. Según fuentes de la Santa Sede, desde Roma no está previsto que haya declaraciones ni tampoco confirmaban ayer si había llegado ya la carta anunciada por Calvo. Por ahora, el Vaticano mantiene silencio sobre la queja del Gobierno. Se trata de la clásica estrategia vaticana, que suele abordar estos asuntos en privado y no a través de un intercambio público de pareceres. En cuanto a la exhumación de los restos de Franco, la Santa Sede siempre ha sido clara: no se opone a que sean extraídos del Valle de los Caídos, pero considera que es un asunto interno en el que tiene poco que decir. El secretario de Estado, Pietro Parolin, que se ha puesto al frente de este tema, estima que la polémica concierne al Estado, la familia Franco y la Iglesia local.

Precisamente, debido a la habitual discreción, sorprendió la nota de corrección que publicó el Vaticano tras la reunión que mantuvo Calvo con Parolin el pasado octubre. La vicepresidenta afirmó que la Santa Sede mediaría en el conflicto, a lo que desde el Vaticano respondieron que en ningún momento se había hablado de la inhumación. La rectificación de la Secretaría de Estado dejó en evidencia que el Vaticano no se siente cómodo con el modo en que está tratando este tema el Gobierno, así como con las amenazas que ahora se repiten por el pago de impuestos de los bienes inmuebles de la Iglesia. En los canales diplomáticos vaticanos, no funcionan estas advertencias a priori para tratar de forzar en otros temas, como ocurre en la política.

Tampoco ha habido ningún desmentido hacia las palabras del nuncio Renzo Fratini, que si por algo se ha caracterizado en estos 10 años que ha ocupado el cargo en España ha sido por pasar de puntillas por la mayoría de los asuntos. No se le recordaba ninguna polémica con el poder político, ni injerencias en la Iglesia española. Tras cumplir los 75 años, ahora cesa de su cargo y se prevé que vuelva a Italia, donde tendrá un retiro tranquilo. Próximamente, el Vaticano tendrá que anunciar el nombre del próximo embajador del Papa en Madrid. Aún no se conoce el nombre, pero se espera que sea un diplomático con una dilatada trayectoria y conocimiento del país. Las relaciones con el Gobierno del PSOE no han llegado a un momento tan delicado como ocurrió con Zapatero, cuando aprobó distintas leyes sociales que sublevaron al sector más conservador de la Iglesia, pero tampoco están siendo fáciles.

No va a mejorar este clima la intención del Gobierno de abordar cuanto antes con la Conferencia Episcopal la fiscalidad de la Iglesia Católica, para equipararla a la de países como Francia e Italia, con el fin de que contribuya a la «justicia social». Según Carmen Calvo, «saberlo ya lo saben», porque se les ha advertido tanto a Fratini como a la Conferencia Episcopal.