Caso Auditorio

El PP acordó con Sánchez su salida tras conocer que Cs apoyaría al PSOE

Anticipan la renuncia del presidente de Murcia antes de la moción para no perder el Gobierno al complicarse su situación por la «trama Púnica».

Fernando López Miras abraza a Pedro Antonio Sánchez junto a Maillo, tras dirigirse el presidente a sus compañeros de partido
Fernando López Miras abraza a Pedro Antonio Sánchez junto a Maillo, tras dirigirse el presidente a sus compañeros de partidolarazon

Anticipan la renuncia del presidente de Murcia antes de la moción para no perder el Gobierno al complicarse su situación por la «trama Púnica».

En la noche del lunes la dirección popular acordó con el presidente de Murcia, Pedro Antonio Sánchez, precipitar su dimisión para no perder el Gobierno regional. Unos contactos de última hora en los que medió incluso el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Dos razones actuaron como desencadenante. Por un lado, el juez de la Audiencia Nacional, Eloy Velasco, y su decisión de confirmar su petición al Tribunal Superior de Justicia de la Región de Murcia (TSJRM) de que le investigue en la «trama Púnica», una noticia que rompió los contactos que los populares mantenían abiertos con Ciudadanos (Cs). El otro motivo que aceleró esta decisión fue la confirmación de que la formación naranja tenía prácticamente cerrado su acuerdo con los socialistas. Después de que el juez Velasco irrumpiese en el escenario político, los de Cs se plantearon apoyar la moción de censura presentada por el PSOE «incluso aunque no se fuera a elecciones», como habían exigido desde un primer momento después de que el PP se negase a relevar a Sánchez.

Ésta fue la posición que desde Cs trasladaron al PP, según este partido, en las conversaciones de última hora para buscar una salida a la crisis abierta en Murcia a raíz de que el presidente autonómico resultase investigado en el «caso Auditorio». Al conocerse esta decisión judicial, el PP apostó por cerrar filas con Sánchez y primar el principio de su presunción de inocencia por encima de la literalidad del pacto firmado en su día con Cs para afianzar el Gobierno murciano. Un acuerdo que incluía el compromiso de la renuncia a sus responsabilidades por parte de aquellos cargos públicos que resultasen investigados en un procedimiento judicial. Esta exigencia, sin embargo, no forma parte de la ley anticorrupción que los de Albert Rivera han presentado en el Congreso, iniciativa que sitúa el límite para que un político abandone su cargo en la apertura del juicio oral. El mismo criterio que el PP ha demandado en Murcia, aunque haya perdido de momento su pulso con Cs.

La dirección popular optó por solemnizar la renuncia de Sánchez con un rotundo gesto de apoyo, que ayer hizo que se visualizase el coordinador general del PP, Fernando Martínez-Maillo. La interlocución de Maillo con Sánchez y el PP regional ha sido constante, y las decisiones se han adoptado «de manera acordada». En la cúpula popular han dado siempre por hecho que el presidente autonómico daría un paso atrás en cuanto viese que estaba realmente en peligro el Gobierno regional.

En el balance de este choque con Cs la estrategia del PP ha resultado fallida porque no ha conseguido evitar que se cobraran la cabeza de su barón. Confiaban, primero, en que el TSJRM resolviese el «caso Auditorio» a favor de Sánchez antes de que la crisis culminase en la moción de censura. Luego previeron que Cs no podría llegar a un acuerdo con PSOE y con Podemos, pacto que realmente resultó complicado de tejer hasta que recibió un empujón a favor con la decisión del juez Velasco sobre la «trama Púnica». Génova también confiaba en que la petición de Velasco al TSJRM para que se abriese otra investigación al presidente de Murcia, en contra del criterio de la Fiscalía, no se produciría antes de que quedase resuelta la investigación por la construcción del Auditorio de Puerto Lumbreras durante la etapa como alcalde de Pedro Antonio Sánchez.

Este pulso lo ha ganado Rivera, pero en el PP subrayan que «a corto plazo». Dicen que siguen confiando en la absolución de Sánchez, y argumentan que «a medio plazo será peor para ellos». «La gente del PP y en la calle hablan de injusticia. Y si se archiva vamos camino de la mayoría absoluta», sostenían ayer. Pedro Antonio Sánchez mantendrá el liderazgo regional del partido y su acta como diputado, lo que implica dejarle la puerta abierta a su restitución política, aunque la dirección popular no quiso «mojarse» en ese sentido. Habrá que ver. Para ello, primero debería quedar absuelto en el «caso Auditorio» y en la «trama Púnica», y luego también pesará cómo evoluciona el futuro presidente regional, Fernando López Mirás, que ha sido interlocutor con Cs. Hablar de futuribles sobre las elecciones de 2019 es «muy precipitado», puntualizan. Que conserve el acta también impide su citación inmediata por parte de Velasco en la «trama Púnica» porque mantiene su condición de aforado.

Ahora el PP y la formación naranja tendrán que sentarse a negociar una reedición del acuerdo de gobernabilidad que permitió a Pedro Antonio Sánchez hacerse con el poder, después de quedarse a un escaño de la mayoría absoluta en las últimas elecciones autonómicas. En esa negociación habrá que ver, entre otros puntos, en qué se queda el compromiso de que la dimisión del cargo público sea cuando resulte investigado, ya que no es la barrera marcada por Rivera en la ley que ha presentado en el Congreso. Una falta de coherencia que la dirección de Cs no ha sido capaz de justificar.

El PP cierra esta página convencido, o así lo manifiesta, de que esta crisis no le pasará factura electoral. Martínez-Maillo emplazó incluso ayer a los firmantes de la moción de censura a verse en las urnas en 2019, «y no antes, como algunos pretendían hacer». A su juicio, la moción de censura «va a volverse en contra de aquellos que la han presentado porque la rabia de los afiliados del PP por esta injusticia se va a convertir en ganas de seguir trabajando por la Región de Murcia y se va a demostrar en las próximas elecciones». «No es justo lo que ha pasado», concluyó.