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Ferraz pelea con los barones para retrasar a junio la elección del secretario general

La Razón
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El PSOE encara hoy una cita clave para el futuro inmediato del partido y lo hacía hasta ayer con aparente calma, pero la fecha de celebración del 39º Congreso de la formación hizo saltar por los aires la tregua autoimpuesta entre la dirección y sus federaciones más críticas. Ferraz quiere que el cónclave, que dirimirá si Pedro Sánchez sigue al frente del partido, se celebre a mediados de junio, lo que obligaría a realizar las primarias para elegir a su secretario general a finales del mes de mayo. Este es el calendario que se barajaba al cierre de esta edición y cuenta, en todo caso, con la oposición frontal de los territorios no afines a Sánchez, encabezados por Andalucía, que no son partidarios de postergar tanto la cita. Entienden que junio les dejaría sin margen de maniobra para elegir un nuevo candidato si se celebran elecciones de nuevo y optan por primarias en abril y Congreso a principios mayo.

El calendario definitivo tendrá que ser avalado hoy por la Ejecutiva, en la que se propondrá los días 17,18 y 19 junio, y posteriormente se votará en el Comité Federal. Los recelos de las federaciones críticas –Andalucía, Comunidad Valenciana, Asturias y Aragón– podrían traducirse, entonces, en una fractura abierta en el partido, si deciden votar en contra. Los barones y otros sectores de la formación consideran que de tener que concurrir de nuevo a las urnas el PSOE debería hacerlo con una candidatura renovada, habida cuenta de los exiguos resultados electorales que obtuvo Sánchez.

Con estas fechas en la mano, Ferraz conseguiría imponer su pretendida dilación en los tiempos a las «prisas» de los barones que querían que el Congreso se celebrase «cuanto antes, cuando tocaba», esto es, entre abril y mayo. No obstante, el partido mantiene su compromiso de celebrar el cónclave en primavera, aunque apurando al máximo las fechas y con la esperanza de que, si Sánchez llega a La Moncloa, se trate de un Congreso de trámite que se limite a ratificar el actual liderazgo del partido.

La cita de esta mañana estará marcada también por el complicado escenario político actual, ya que se produce tres días antes de que el líder socialista acuda nuevamente a Zarzuela para entrevistarse con el Rey y ante la incertidumbre de si entonces el Monarca le encargará formar gobierno. Ante ese escenario, los barones han desfilado durante toda la semana por la sede federal con el objetivo de idear una estrategia común y Sánchez ha podido constatar una máxima: la oposición frontal de los territorios a favorecer que el PP gobierne.

Más reticencias despierta la alianza con Podemos, un aliado que muchos consideran «natural», pero que despierta los temores de los territorios por sus formas extravagantes y sus ofertas «humillantes». Por ello, Ferraz intentará dar un golpe de efecto en sus negociaciones de investidura y para independizarse de los de Iglesias explora la vía de alcanzar un pacto con Ciudadanos que tenga que ser apoyado por Podemos, a través de una abstención. De no hacerlo, les ubicarían en el mismo bando que al PP y les responsabilizarían de la repetición de los comicios.

Para granjearse su apoyo, el PSOE presentará a Podemos un programa con 15 medidas urgentes en materia social que los de Iglesias tengan difícil rechazar, tales como las presentadas ya a través de una iniciativa parlamentaria en el Congreso: derogar la reforma laboral, modificar el 135 de la Constitución o un Ingreso Mínimo Vital para familias sin recursos, entre otras.