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Dolores Delgado se presenta como «víctima de las cloacas del Estado y de la derecha, extrema derecha y extrema izquierda»

Insiste en que no mintió sobre sus relaciones con Villarejo y que fue a la comida "invitada por un compañero de la Audiencia Nacional"

La ministra de Justicia, Dolores Delgado, durante su intervención en la sesión de control del Congreso. Foto: Efe
La ministra de Justicia, Dolores Delgado, durante su intervención en la sesión de control del Congreso. Foto: Efelarazon

La ministra de Justicia, Dolores Delgado, ha insistido este miércoles en la Comisión de Justicia del Congreso de los Diputados que es una "víctima por partida doble"

La divulgación del contenido de la comida organizada por el comisario Villarejo y a la que asistió junto a Baltasar Garzón no tenía otro objetivo “más que condicionar la acción del Ejecutivo del que formo parte. Algo que sus autores no han conseguido ni van a conseguir..."Esto es un chantaje al Estado, a través de mi personal y una extorsión al Gobierno”. Este fue uno de los argumentos que ha esgrimido la ministra de Justicia, Dolores Delgado, en su comparecencia ante la Comisión de Justicia, donde aseguró que en este tema es “una víctima, y, además, por partida doble”

Posteriormente, se lanzó a atacar a los partidos de la oposición que se encuentran a la “derecha” del PSOE: “La derecha, la extrema derecha y la extrema derecha tratan de aprovechar ese chantaje con el único fin de evitar que este Gobierno trabaje y siga avanzando en una agenda de regeneración”; y quienes dan “pábulos a las grabaciones” ilegales y las utilizan como “munición partidista, se sitúan del lado del chantajista”

Además, aseguró que no ha mentido en este tema, toda vez que, incidió, no ha tenido “relación profesional alguna” con Villarejo y “tampoco es mi amigo”, y que acudió a esa comida porque era con los máximos responsables policiales de la lucha antiterrorista con los que sí trabajaba cotidianamente, “invitada por un compañero de la Audiencia Nacional”, en referencia, pero sin citarle una sola vez, a Baltasar Garzón.

A continuación se centró en Villarejo, “un presunto delincuente que trata de extorsionar al Estado para obtener un trato de favor y salir de la cárcel”.

Por ello, se consideró una “víctima”. En primer lugar, por ser ministra del Gobierno y porque un “presunto delincuente miembro de las cloacas del Estado, pretende con esta estrategia, a través de mí, desestabilizar al Gobierno para obtener ventaja procesal”; y, en segundo lugar, añadió, se consideró “víctima” de una interesada utilización política de ese chantaje “por parte de la derecha, la extrema derecha y la extrema derecha”. Por ello, destacó que no permitirá que un presunto delincuente, en referencia a Villarejo, “ni quieres pretenden utilizar sus actos ilegales, puedan arrojar la más mínima duda de mi dedicación y mi sacrificio por el servicio público”.

De esta forma, afirmó que la divulgación de esas grabaciones es sólo un intento más de desacreditar su carrera profesional, -29 años- que lo que ha logrado ha sido “por sí misma, con mucho esfuerzo, trabajo y sin tener ningún hombre detrás”, en referencia a la intervención de la portavoz del PP en el Congreso el martes cuando aludió a que el ex juez Garzón estaba detrás de sus principales actuaciones al frente del Ministerio de Justicia.

También lanzó sus dardos contra el ex ministro del Interior Jorge Fernández Díaz, quien permitió a Villarejo que compatibilizase su trabajo policial “con su actividad como investigador privado y como gestor de empresas de todo tipo”.

Por ello, incidió en que ni “ni las cloacas, ni la derecha ni la extrema derecha me van a desviar, me van a despistar o me van a amedrentar”, porque, afirmó, tiene muy claros los objetivos y las tareas a las que se debe como ministra “en el Gobierno decente que preside Pedro Sánchez”.

Por otro lado, en relación con el “procés”, aseguró que el Gobierno no dará instrucciones a la Fiscalía. “Nosotros no damos instrucciones”, lo que sí hizo el anterior Gobierno, que cruzó esa “línea roja”.