Terrorismo

La «etarra de las mariscadas» intenta eludir el juicio por el asesinato de un militar en 1981

Procesada por el atentado contra el teniente coronel Romeo Otaeche, la defensa de Natividad Jáuregui alega que los hechos han prescrito

Natividad Jáuregui, conocida como la "etarra de las mariscadas", en uno de sus homenajes gastronómicos en Bélgica
Natividad Jáuregui, conocida como la "etarra de las mariscadas", en Gante (Bélgica)La RazónLa Razón

Natividad Jáuregui, conocida como la «etarra de las mariscadas» por las fotos que colgaba en Facebook de sus comidas en Gante (Bélgica) antes de ser entregada a España en 2020, se juega esta semana su última baza para evitar ser juzgada por el asesinato en Bilbao, el 19 de maro de 1981, del teniente coronel Ramón Romeo Rotaeche. Procesada por delitos de asesinato y atentado terroristas, su defensa alega que los hechos han prescrito. Ahora, será la Audiencia Nacional la que se pronuncie al respecto en una vista que se celebrará el próximo jueves en la que los magistrados de la Sección Tercera del citado tribunal dirimirán la cuestión.

Tanto el entonces juez instructor de la causa, José de la Mata, como la Sala de lo Penal, ya rechazaron con anterioridad este planteamiento, que ahora la defensa de Natividad Jáuregui, alias «Jaione» o «Pepona», plantea a través del artículo de previo pronunciamiento, una vía procesal que, en su caso, precede a la celebración de la vista oral.

La Fiscalía de la Audiencia Nacional ya se ha opuesto a las pretensiones de la etarra. El Ministerio Público esgrime las declaraciones en 1987 y 1993, respectivamente, de los etarras Enrique Letona, «Masillas», y Sebastián Echániz, «Sebas», exintegrantes del «comando Vizcaya», en las que señalaron a Jáuregui como autora del atentado, por lo que la Fiscalía de la Audiencia Nacional entiende que la etarra «ya estaba perfectamente identificada en el procedimiento como partícipe en los hechos» al menos desde un informe policial de octubre de 1987 que la sitúa como integrante del «comando Vizcaya». De ahí que pida a la Sala que desestime ese artículo de previo pronunciamiento con el que la defensa de Jáuregui confía en eludir el banquillo.

Echániz aseguró en junio de 1993 en su declaración policial, que reconoció después ante el juez, que fue la etarra quien disparó al militar cuando salía de misa de la Basílica de Begoña. Tanto él como Letona coincidieron en señalar que Jáuregui formaba parte de uno de los dos «taldes» del «comando Vizcaya» junto a los ya fallecidos Juan María Otegui, «Txato» y Francisco Javier Zabaleta, «Jatorra».

Cinco archivos de la causa

La «etarra de las mariscadas» no fue procesada hasta 2005, después de que la causa contra ella se archivara en cinco ocasiones, pero hasta ahora la Audiencia Nacional ha defendido que esas dos declaraciones separadas por siete años son suficientes para interrumpir el plazo de prescripción de 20 años, tras el cual prescribe la responsabilidad penal.

Al acordar su ingreso en prisión en noviembre de 2022, el juez De la Mata hizo hincapié, para negar la prescripción de los hechos, en que Enrique Letona, detenido en octubre de 1987, se refirió «expresamente» a Jáuregui «como partícipe en los hechos objeto de la presente causa», por lo que en abril de 1989 se reabrió la investigación, posteriormente archivada en diciembre de 1989. Hubo tres reaperturas más de la investigación, en febrero de 1995 y en abril de 2003, tras la detención del etarra José Antonio Borde, y nuevamente en octubre de 2005, cuando se acordó el procesamiento de Jáuregui.

Tras huir a Francia en 1978, posteriormente se habría integrado en el «comando Vizcaya». Refugiada de nuevo en el país vecino, huyó a México, donde fue localizada en el año 2002 en la operación en la que se detuvo al también a Borde, que fue entregado a nuestro país. Después regresó de forma clandestina a Europa y se instaló en la ciudad belga de Gante, donde sería detenida en 2013.