
50 años de Monarquía
Felipe VI liga la Corona al Parlamento y defiende el servicio a la España democrática como "su razón de ser"
Para el Rey, el Congreso encarna la idea de "España reunida" y se siente honrado heredero de la Transición.

El Rey Felipe VI ha defendido este viernes que la Monarquía es "indisociable" del Parlamento, al que ha definido como "el lugar en el que radica la razón primera y última de nuestro régimen de libertades". También ha explicado que la España democrática es una "idea" y que la Corona siempre estará a su servicio, ya que en ese servicio "radica su propia razón de ser".
El monarca se ha trasladado hasta el Congreso de los Diputados después de imponer el Toisón de Oro, la máxima condecoración a la Corona, a su madre, la Reina emérita doña Sofía, en el Palacio Real. Todos estos actos componen la gran programación para celebrar los 50 años desde la proclamación de Juan Carlos I como Rey, en 1975, cuyo aniversario será mañana.
Aprovechando su presencia en la Cámara Baja, Felipe VI ha hecho un alegato de defensa de la monarquía parlamentaria como dos conceptos que no se pueden separar en la España de hoy. Y no se pueden separar por su historia, porque en ese lugar fue coronado su padre, en ese lugar él recibió todas las liturgias como Príncipe y después como Rey y en ese lugar su hija, la Princesa Leonor, juró la Constitución, igual que había hecho él mismo años antes.
"Esos hechos pasados", ha dicho, "nos hablan de presente y de futuro, explican el hoy y mañana de una España plural, de un país que es de todos y para todos, una nación de historia antigua y espíritu joven que trabaja cada día por abrirse al mundo, por caminar al paso de los tiempos y ofrecer la mejor versión de sí misma".
Según ha explicado, el Congreso encarna la idea de "España reunida" y es ahí donde se ha dado forma "a los derechos y libertades, al Estado de derecho y a la idea misma de ciudadanía". En resumidas cuentas, es donde "se ha construido el gran edificio de la democracia española" y se ha sentido muy honrado de pertenecer al grupo de "testigos, herederos y continuadores" de los que iniciaron esa tarea durante la Transición.
Para Felipe VI, la España democrática es una idea, "antes incluso que un país, un pueblo o un territorio". "Una idea hermosa que encara lo mejor de lo que somos, una idea por la que merece la pena entregar todos y cada uno de los días de la propia vida y, la Corona, ténganlo por seguro, estará siempre a su servicio", ha añadido. "En ese servicio radica su propia razón de ser", ha apuntalado.
El discurso del Rey se ha producido en la llamada Sala Constitucional, después de un coloquio, y a él han acudido numerosas autoridades del Estado, presentes y pasadas. Quien no ha estado era el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que sí ha acudido al acto del Palacio Real y después ha partido a Sudáfrica para participar en la cumbre del G-20.
A pesar de que todos los grupos parlamentarios estaban invitados al acto, sólo han acudido representantes del PP y del PSOE. Ha sido muy sonada la ausencia de Vox, un partido que se define como monárquico, y los de Santiago Abascal han justificado su plantón argumentando que el acto se trataba de una "oda al régimen totalitario de Pedro Sánchez". Tampoco han acudido los socios habituales del Gobierno, la mayoría por sus convicciones republicanas, por las que suelen plantar al Rey cuando se da la ocasión de hacerlo.
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