Casa Real

Felipe VI recupera protagonismo y terreno en Cataluña

El Jefe del Estado viaja a Barcelona para inaugurar Alimentaria en su tercera visita en apenas un mes

El Rey Felipe VI (i) probando un coche en el Mobile World Congress (MWC) para encabezar la inauguración del evento, en el recinto Gran Via de Fira de Barcelona en L'Hospitalet de Llobregat, a 26 de febrero de 2024, en Barcelona, Catalunya (España).
El Rey Felipe VI (i) probando un coche en el Mobile World Congress (MWC) para encabezar la inauguración del evento, en el recinto Gran Via de Fira de Barcelona en L'Hospitalet de Llobregat, a 26 de febrero de 2024, en Barcelona, Catalunya (España).David ZorrakinoEuropa Press

El compromiso de la Corona con Cataluña es sólido. Ni el «procés» en 2017 ni la aprobación el pasado jueves de la amnistía en el Congreso de los Diputados frena la dedicación de la Jefatura del Estado a mantener y asegurar el orden constitucional y la concordia entre españoles. Si bien es cierto que en los peores momentos de la deriva independentista se dinamitaron los puentes, a día de hoy la normalidad absoluta prevalece sobre la hostilidad en sus desplazamientos a la comunidad catalana. Prueba de ello es que Don Felipe estará este lunes en Barcelona donde participará en la inauguración de la Feria Alimentaria, la cita ineludible para los profesionales del sector alimentación, bebidas y «food service». No será su único compromiso en la Ciudad Condal. También recibirá en audiencia, en el Palacete Albéniz, a los medallistas españoles en el Mundial y en el Europeo de natación disputados este año. Ya por la tarde entregará el Premio Reino de España a la Trayectoria Empresarial al presidente de la compañía textil Mango, Isak Andic. Será su tercera visita a la capital catalana en apenas un mes. Don Felipe presidió el pasado 14 de febrero la entrega de despachos a los nuevos jueces e inauguró el Mobile World Congress (MWC), la mayor feria de telefonía móvil del mundo, los días 25 y 26 del mismo mes.

Cabe recordar que el «procés» en 2017 hizo saltar por lo aires prácticamente todos los lazos entre Generalitat y Estado y una de las relaciones que más se resintió fue, sin duda, la del Govern con la Corona. Lejos quedaron entonces la cercanía que había entre ambas instituciones en la década de los 80 y 90 con Jordi Pujol y Don Juan Carlos I al frente. En aquel entonces, en el albor del proceso independentista y la declaración unilateral de independencia, el Monarca se convirtió en el principal blanco de ataques del independentismo, que usaron indiscriminadamente su figura para desgastar al Estado. De ahí, las cruzadas de la Generalitat, que, con Quim Torra a la cabeza, «rompió relaciones» con la Casa Real, y del independentismo,con el recibimiento hostil a cada visita.

A Felipe VI se le reprochó su discurso de rechazo a los desafíos a la legalidad del separatismo el 3 de octubre, 48 horas después del referéndum ilegal del 1-O. Unas palabras que, sin embargo, fueron ampliamente aplaudidas por los constitucionalistas. Esa cruzada protagonizada por Torra se fue diluyendo notablemente con la llegada de Pere Aragonès a la presidencia de la Generalitat. Pese a los aspavientos, las gesticulaciones y salidas de tono continuas, lo cierto es que la hostilidad hacia el Monarca se ha rebajado. No significa, no obstante, que el presidente de la Generalitat mantenga como seña de identidad el plantón al Monarca en la mayorías de sus visitas. Por ejemplo, durante la entrega de los despachos judiciales, a su llegada, no le recibieron ni Aragonès, ni el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni. Sin embargo, el presidente catalán sí acudió por la tarde a la inauguración de la Torre Puig T-2. El político catalán tampoco recibió a los Reyes como corresponde hacer a las autoridades autonómicas y locales ante la visita del Jefe del Estado, sin embargo, se unió al saludo en el interior. El mismo esquema se repitió en su segunda visita, durante la inauguración del Mobile. Rehusó participar en el besamanos con el jefe del Estado, aunque posteriormente le saludó en el cóctel previo a la cena, sin presencia de los medios gráficos, como ha hecho desde que está al frente de la Generalitat.

Encuentro con la patronal

Los desaires de la Generalitat a la Corona se han suavizado también a raíz de la presión empresarial y la sociedad civil. De hecho, otra señal más de esta normalidad y recuperación del terreno de Felipe VI es la primera visita a Zarzuela del comité directivo de la patronal catalana. Se produjo la semana pasada y, al finalizar, el presidente de Foment del Treball, Josep Sánchez Llibre, –que estuvo acompañado por la mayoría de los miembros de la junta (35 de 40 miembros)– destacó que la alta participación reflejaba el entusiasmo y el interés positivo del grupo por reunirse con el Jefe del Estado. La audiencia fue la primera en la Zarzuela, si bien es cierto, que anteriormente se había reunido en el Palacete Albéniz en Barcelona en febrero de 2017, antes de la celebración del referéndum ilegal en Cataluña. Al finalizar el encuentro, que se celebró a puerta cerrada, Sánchez Llibre aseguró que «no hablamos de política, sino de política económica».

Entre las dos citas anteriores y la de hoy hay una diferencia. Felipe VI desembarca hoy en Cataluña con el texto de la ley de amnistía aprobado en el Congreso de los Diputados. Aunque a la norma todavía le espera un largo recorrido en la Cámara Alta, todo apunta a que en dos meses estará aprobada y será sancionada por el Rey, quien no puede negarse a dar su beneplácito.