Curiosidades de Estrabón

Harta de Page

¿Dónde estaba Page el día reciente en que Pere Aragonés, presidente de la Generalitat, acudió al Senado a vender sus sandeces?

Emiliano García Page
Emiliano García PageEUROPAPRESSEuropa Press

Hoy va el presidente castellano manchego a la reunión del Comité Federal del PSOE, al que acuden todos los líderes regionales. Emiliano Page se ha pasado la semana anunciando a bombo y platillo su oposición a la amnistía que va a dar su jefe. Dice que no se puede perdonar «lo que se ha hecho bien» y que los indepes deberían prometer antes no hacer de nuevo lo que hicieron. Yo estoy harta de este señor, pero hartita. No sólo no viene acompañado de gesto alguno, sino que justifica que tantos de mis amigos socialistas se sientan justificados en su voto el PSOE: «somos como Page y pensamos como él».

A Dios rogando y con el mazo dando. Creeré a Emiliano García-Page el día que se levante y llame a los diputados y senadores de Castilla-La Mancha a votar en contra de la investidura para evitar esta amnistía injusta, que va a dejar a los jueces españoles a la altura del barro. Es muy sencillo, que los conmine a votar «no» y les prometa trabajo y sueldo en su autonomía. Veríamos qué pasaba.

Emiliano García-Page sabe que su popularidad, en medio de un mapa de las autonomías teñido de azul, depende de estos gestos de niño rebelde que no entrañan riesgo alguno para su cargo. ¿Dónde estaba Page el día reciente en que Pere Aragonés, presidente de la Generalitat, acudió al Senado a vender sus sandeces? ¿Hizo Page acto de presencia? Nada de nada. Obedeció fielmente las indicaciones de Pedro Sánchez de guardar silencio sobre la amnistía y no dar alas a una comparecencia que lo señalaba de forma vergonzante.

Esta misma semana comentaba a los medios que no quiere seguir el ritmo de «la sardana que está tocando Puigdemont». Tan contundente y populista afirmación provocó un tuit de Carles Puigdemont desde Waterloo con un chiste sobre los distintos tipos de sardana y las diferencias entre las del Ampurdán y la comarca de la Selva. Para eso sirven las declaraciones del presidente de Castilla La Mancha, para las bromas chuscas en uno de los momentos más delicados de la historia de España.

Estoy hasta las narices de Page, lo repito. De esta forma de apaciguar a su público y asegurarles que los que nos dolemos por el futuro unido de nuestro país también podemos votar socialista. Y es mentira. Pedro Sánchez ha puesto la formación de gobierno por encima del interés de todos. Para lograr ser de nuevo primer ministro va a dar a los más ricos el dinero que necesitan en la Línea de la Concepción, Extremadura, Andalucía o las Castillas. Está dispuesto a romper la igualdad fiscal o jurídica y, por supuesto, a conceder una absolución por el intento de golpe de Estado. ¿De verdad esto es de izquierdas?

Me atrevo a decir que Page consulta sus declaraciones con Bolaños. Al menos los momentos en que debe hacerlas. Lamento tener que utilizar un lenguaje soez, más en la línea de Cela o Prada (admiro a ambos) pero este señor es el mamporrero oficial del socialismo de Sánchez, el que convence a la gente patriota de que es posible seguir la vía del presidente y mantenerse a la vez en la defensa de la justicia solidaria o la ley. Y no es así. Hace mucho que se traspasó la línea.

La alianza que investirá al de Moncloa incluye delincuentes y eso es difícil de entender. Arnaldo Otegui tiene nueve secuestros a sus espaldas y Carles Puigdemont es un fugado de la justicia que pudo haber provocado un derramamiento de sangre y que ha fastidiado la vida a policías, maestros, funcionarios y juristas inocentes. ¿Alguien piensa que estas alianzas no van a tener consecuencias?

Repito, creeré al presidente de manchego, Emiliano García-Page el día que haga algo en contra de la amnistía. Hechos son amores, que dicen en Castilla…