Cataluña
Illa afronta una Diada plural ante un independentismo roto
El soberanismo acusa su debilidad y reduce las manifestaciones reivindicativas y sus itinerarios
Salvador Illa afronta esta semana su primer 11 de Septiembre, su primera Diada. El año pasado ya presidió los actos institucionales de esta fecha como president de la Generalitat pero todo el formato había sido preparado por el Govern de Pere Aragonés. La Diada de Salvador Illa quiere reivindicar «la diversidad y la pluralidad de Catalunya como país y al mismo tiempo la unión», como dijo la consellera de Territorio y portavoz del Govern, Silvia Paneque.
Lejos quedan aquellas jornadas reivindicativas del independentismo. De entrada el cartel de este año muestra una reinterpretación de las cuatro barras de la senyera, que se han trazado de forma artesanal mediante técnicas distintas pero con el mismo resultado, ya sea tejidas a ganchillo, dibujadas con lápiz, pintadas con los dedos, pinceles o spray, o pegando pigmento rojo en polvo o recortes de cartulina. El cartel no tiene eslogan, por decisión de sus creadores, porque recoge el mensaje «de diversidad y valores comunes» que queda «totalmente implícito» en la propia grafía. De la estelada ni rastro porque «Catalunya es un país rico en su diversidad y pluralidad, igualitario, inclusivo, abierto, rico culturalmente y por tanto abierto al mundo», destacó la consellera. El cartel se inspira en la Cataluña de todos, el lema central que como un mantra repite el president Illa.
El único cambio formal en esta Diada es la izada de la nueva senyera ante el Parlament de Cataluña, el próximo miércoles, día en que se iniciarán los actos, que presidirán tanto Illa como el presidente de la Cámara catalana, Josep Rull, y el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni. Este será el único acto que levantará una cierta polvareda porque recuerda por su tamaño la bandera de la Plaza de Colón de Madrid y no es del agrado de formaciones como el PP y Vox.
«Cataluña es un mosaico muy diverso y plural, pero también tenemos una serie de valores de rasgos comunes», dijo Paneque y con este criterio se celebrará el acto central de la «Diada de todos», que rendirá homenaje a Paco Candel, la matemática Maria Assumpció Català y el Congrés de Cultura Catalana de 1975, como representantes del mosaico plural y diverso de la sociedad catalana. Todo muy alejado del tono identitario de los actos institucionales que marcaron la Diada desde 2010.
Paco Candel, novelista y periodista, fue exsenador por el PSUC y exconcejal de L’Hospitalet, y uno de los muchos migrantes que llegaron a Cataluña durante el siglo XX. Candel, primo hermano del pintor valenciano Juan Genovés, fue el autor de Els altres catalans (los otros catalanes), donde escribió: «No hace falta demostrar que el inmigrante no vino a comerse el pan de nadie, sino el suyo y ningún otro. No vino a eso ni viene a eso». Una frase que hoy tiene gran vigencia por la inmigración que llega pero que pone en su sitio a quienes desde el independentismo más radical tildan a los migrantes que llegaron de otros puntos de España como «colonos» y los califican de «charnegos», término que se ha puesto de moda y que los descendientes de aquellos migrantes reivindican con orgullo.
Maria Assumpció Català rompió moldes de la sociedad de su tiempo, fue una matemática y astrónoma y la primera mujer en obtener el doctorado de Matemáticas, en 1970, en la Universidad de Barcelona, de la que fue profesora hasta 1991. Recibió la Cruz de Sant Jordi en 2009. Y, por último, el Congrés de Cultura Catalana de 1975 fue un elemento clave en defensa de catalán y de la integración de culturas en aquella Cataluña de la transición. Esta pluralidad se podrá percibir en las actuaciones del grupo Els Amics de les Arts, los cantantes Pemi Fortuny, Antonio Orozco y Queralt Lahoz, los Castellers de Vilafranca o los escritores Jordi Amat y Agustí Alcoberro, algunos de los participantes en el acto.
El contenido político de la Diada lo dará el president Illa la noche del día 10, cuando encabezará la ofrenda floral en el Monumento de Rafael de Casanova a primera hora del 11S. El mundo independentista, con la ANC y Òmnium Cultural al frente, también intentará tener su protagonismo. Limita las manifestaciones a Barcelona, Gerona y Tortosa el día 11 –Tarragona y Lérida, tras los sonoros últimos fracasos, se quedan sin manifestación–, a la marcha de antorchas del día 10 y a actos de grupos radicales en el Fossar de les Moreres, lugar donde fueron enterrados los defensores de Barcelona en 1714. Los recorridos se han reducido sustancialmente porque no se esperan concurrencias como las de 2017.
Lo más curioso es la venta por parte de la Asamblea Nacional Catalana de un puzzle para completar la independencia al módico precio de 15 euros con ánimo de reanimar la mermada caja de resistencia. Además, la ANC pon en marcha su merchandising particular con sudaderas, bolsas, cuelga móviles, gorras y camisetas. El coste va desde los cinco hasta los 29 euros.