Gobierno de España

Iván Redondo: "El muerto está muy vivo"

Redondo e Iglesias
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Iván Redondo llegó al final de la campaña sin resuello. Una gripe le tenía noqueado y le dejó sin voz. Sus «amigos» aprovecharon sus ausencias de la caravana electoral para ponerlo en la picota. Lo daban por amortizado Es más, la noche electoral otros «amigos» en Ferraz no daban un duro por su continuidad y apostaban por el cese del jefe de gabinete del presidente del Gobierno por el fracaso de los 120 diputados. No reparaban que los 120 diputados daban de nuevo la victoria al PSOE. También los periodistas que ejercían de aprendiz de brujo lo daban por amortizado. Mientras los encuestadores con escopeta de feria y los periodistas que cortan cabezas en su guillotina particular, el lunes por la mañana con cautela y sigilo, entre bambalinas y con pocos enterados, Sánchez le encargó abrir negociaciones con Pablo Iglesias. Lo hizo en la precampaña y Redondo se afanó durante toda la jornada a pactar un documento y la puesta en escena el martes al mediodía. Las negociaciones las llevarán los líderes en primera persona con Adriana Lastra, Montero y Redondo, sus personas de confianza, como los protagonistas en la configuración del nuevo gobierno. «Ahora verán como se negocia», apunta un dirigente socialista que siempre apoyó a Redondo. Otro también se desmarca de las críticas descarnadas afirmando que «se puede equivocar pero sabe aprender de los errores, aunque no sean los suyos». Redondo lleva 48 horas maratonianas. Sus conversaciones con el presidente son continuas y largas. El lunes por la noche, como siempre, habló con Pedro Sánchez. Estaba cenando con un amigo y su mujer. El presidente le informaba de sus conversaciones y Redondo le comunicaba un mensaje recibido de Pablo Iglesias con un escueto «perfecto». El martes vimos el primer movimiento. El muerto de Moncloa está muy vivo.