Fin de ETA

La hija de José Ignacio Ustarán: «Tras 38 años no sabemos nada de los asesinos de mi padre»

La banda secuestró al militante de UCD y a su familia en su casa. Lo sacaron en su coche y lo asesinaron

Rocío es la hija de José Ignacio Ustarán, perito industrial y militante de UCD asesinado en Vitoria en 1980
Rocío es la hija de José Ignacio Ustarán, perito industrial y militante de UCD asesinado en Vitoria en 1980larazon

La banda secuestró al militante de UCD y a su familia en su casa. Lo sacaron en su coche y lo asesinaron.

Rocío tenía sólo 10 años cuando un comando de ETA compuesto por tres personas les retuvo en su casa a punto de pistola. Recuerda que estaba compuesto por dos chicos y una chica de poco más de veinte. Les metieron en la cocina a ella y sus hermanos junto a su madre y les amenazaron con que no se movieran de allí, porque de lo contrario matarían a su padre. «Nos cortaron el teléfono, nos pidieron que no llamáramos a la Policía, se llevaron a mi padre de casa después de tenerlo media hora en el despacho». Bajaron al garaje, cogieron el coche familiar... «Lo mataron. No sabemos dónde y le dejaron en su coche frente a la sede de UCD, no sabemos más», destaca. Después del asesinato abandonaron Vitoria. Se marcharon a Sevilla, la ciudad de su madre. Rocío recuerda que los primeros años tuvo problemas para dormir, le daba miedo la gente, todos le parecían sospechosos. «Hablábamos poco entre nosotros sobre lo ocurrido, cada uno intentó salir adelante como pudo. Entonces no había ni ayuda psicológica ni nada, no tuvimos nada», recuerda.

Han pasado 38 años y el sumario del asesinato de José Ignacio Ustarán Ramírez, perito industrial y militante de UCD aún no tiene autor y ha prescrito. Desde hace tan sólo ocho meses la familia cuenta con ese sumario casi vacío. «No hemos sabido nada, no tenemos datos». No hay nadie que por este crimen haya cumplido condena, porque nunca se identificó a los asesinos de su padre. «No sabemos quienes son los autores, ni nunca se les ha detenido ni tampoco juzgado, lógicamente». Y es que el sumario del asesinato de Ustarán es uno de los más desastrosos que encontró Covite en su lucha por abrir las carpetillas con esos más de 300 crímenes sin resolver.

El sumario se cerró. Empezó la instrucción en el juzgado de Vitoria y cuando se creó la Audiencia Nacional para delitos de terrorismo fue reunificado todo en este tribunal y se mandó allí el sumario. En menos de 48 horas de su llegada «se archivó» el caso. «Nunca nos han avisado de nada, ni se reabrió, ni nos informaron». Ahora ha podido leer las pesquisas que se llevaron a cabo entonces. En él constan todo tipo de fotografías del día de autos. «Lo más que viene es que el mismo día hubo una llamada desde una discoteca de Vitoria donde hubo un altercado con un chico con una camiseta manchada de sangre. Le tomaron una muestra y ésta coincidía con la hallada en el coche donde encontraron a mi padre». Sin embargo, no fue identificado. «Nunca, cada vez que han detenido a alguien, se ha sabido nada». «Los gobiernos de todos los colores podrían haber hecho más», lamenta.

Para la hija del perito industrial asesinado en 1980 las cartas y comunicados de ETA, «se disuelva o no» son porque la banda ya «no tiene fuerza ninguna». Este final anunciado no les ha cogido por sorpresa. «Llevaba años esperando este escenario, pero no deja de ser una decepción. Queremos el final de ETA, pero queremos que haya justicia, que se sepa quiénes fueron, en nuestro caso el delito está hasta prescrito. Que sepamos a qué atenernos, no sabemos quién fue, ni por qué. Los detalles que al menos nos gustaría saber». «Queremos el fin de ETA, pero aclarando los de 300 asesinatos sin resolver», entre otros cosas.

A Rocío le queda la duda de si los asesinos de su padre están ahora ocupando algún cargo político como concejales o en un Parlamento. «Formaban parte de la ETA político-militar, ahora tendrán 50 años, puede que se integraran en comandos o fueran de los no perseguidos y ahora estén haciendo vida normal».

Advierte de que «cuanto más nos creamos el discurso de ETA de que ahora se disuelven y más lo normalicemos, más normalizados estarán dentro de 15 años, y los tendremos en todas las instituciones».