Leonor, la Reina que Elena no pudo ser

La Casa Real ha hecho lo que estaba en su mano: comunicarle al presidente del Gobierno que el Rey abdicaba, algo que Mariano Rajoy ya sabía desde hace tiempo. Igual que otros ex jefes de la Casa Real a los que también se les comunicó. El momento escogido ha sido el lunes 2 de junio por decisión del Rey, previamente consensuado el pasado jueves con el presidente del Gobierno y el líder de la oposición, y una vez que han pasado las elecciones europeas para no alterar ese proceso electivo. La incógnita sobre cuándo tendremos una princesa de Asturias es algo que hoy se desconoce. Ahora la pelota está en el tejado del Gobierno; los tiempos para el relevo y la proclamación de Felipe como nuevo rey en las Cortes dependen de la celeridad del Gobierno y de la ley orgánica que regule la abdicación. Quizá, a finales de junio, Leonor pase a ser la Heredera, la segunda en la línea de sucesión. Y si a su padre le pasara algo, que Dios no lo quiera, Letizia Ortiz sería la reina regente hasta la mayoría de edad de Leonor.

Una cría educada, más lanzada que su hermana Sofía y muy preguntona, que sabe que su plan de vida ya está trazado mientras que la Jefatura del Estado español la ocupe un rey. Leonor se enfrenta al reto de recibir una educación «lo más normal posible», que poco a poco irá incluyendo las materias propias de su situación especial. De momento, será la princesa más joven de las monarquías europeas, mientras que su padre será el Rey más joven.

En el momento en el que las Cortes Generales proclamen al Príncipe como Felipe VI, España tendrá una princesa de Asturias. Ese papel que Elena no pudo desempeñar por ser mujer y porque tiene prevalencia el varón sobre la mujer en el orden sucesorio. Su sobrina Leonor lo asumirá con nueve años no porque hayan cambiado la Constitución (la discriminación sigue), sino porque Leonor no tiene hermanos.

Tras la noticia de la abdicación, que supuso un auténtico «shock» en España y en gran parte del mundo, se quiso dar imagen de normalidad (como es costumbre en la Casa Real), de tal forma que todos siguieran con sus agendas previstas.

Mientras tanto, la vida sigue con normalidad «real»: a las 10:30 horas del lunes 2 de junio de 2014, Leonor y su hermana Sofía estaban en su colegio en clase. Sus abuelos y sus padres, en sus respectivos despachos de La Zarzuela, siguieron la noticia de la abdicación del Rey. Todos en el mismo recinto. Por cierto, que ese palacio seguirá siendo la sede de la Jefatura de Estado y también la residencia de los Reyes Don Juan Carlos y Doña Sofía cuando dejen de ser los titulares de la Corona de España. Y aún se desconoce el tratamiento que recibirán. Igual que hay dos Papas en el Vaticano, puede haber una princesa que antes fue reina, como en Holanda.

El precedente, su padre

En la Casa Real hacen mucho hincapié en el párrafo del discurso de abdicación del Rey cuando dice que hay que dar paso a una nueva generación. Ahí queda claro que son nuevos tiempos y que Felipe y Letizia llevarán su propio camino. El precedente en cuanto a la educación de la futura princesa de Asturias es el que ocurrió con Felipe, que siguió un plan de estudios y vital trazado por una terna de abogados y militares. Ese grupo de tutores organizaron su educación y su paso por las Academias Militares. Parece que la intención de los actuales príncipes es educar a Leonor y a Sofía en las mismas condiciones, al contrario de lo que sucedió en el caso de las Infantas Elena y Cristina, que se las dejó hacer y estudiar libremente, siendo Felipe, como heredero, el único tutelado. Se concentró toda la atención sólo en el varón. Gran error, porque siempre puede ocurrir un infortunio.

Leonor, que será algún día Capitana de las Fuerzas Armadas, deberá, por lógica, recibir educación militar y ser políglota como su padre. De momento, Leonor y Sofía cuentan con una «nanny» inglesa y su abuela Sofía trata de hablar con ellas en inglés. Además, deberá recibir una educación rígida que le ayude a representar a la institución las 24 horas del día. Dentro de las limitaciones que tienen, pues están obligadas a llevar seguridad siempre. Disfrutan de muchos privilegios pero también de obligaciones, aunque sus padres están empeñados en que sean las menos posibles. No quieren que sus hijas se sientan especiales, pero Leonor, desde ayer, ya es especial. Sobre ella recaerá en un par de semanas el título de Princesa de Asturias, Princesa de Gerona, Princesa de Viana, Duquesa de Montblanc, Condesa de Cervera y Señora de Balaguer. Su padre, una vez que acabó sus estudios secundarios, recibió una completa educación militar pasando por las academias militares de los tres ejércitos. Una vez que acabó su formación militar, comenzó la educación civil en Derecho, Economía y Relaciones Internacionales. Éste es el precedente que tiene Leonor. Si lo sigue o cambia su hoja de ruta sólo lo sabremos con el tiempo.

En lo poco que hay regulado al respecto sobre los sucesores sí queda claro que, en caso de que a su padre el rey Felipe VI le pasara algo durante su minoría de edad, su madre, la reina Letizia Ortiz (las reinas consortes no se numeran) sería la regente hasta la mayoría de edad de Leonor.

Como dijo el Rey ayer en su abdicación, hay que dar paso a una nueva generación. De ahí se puede deducir que habrá renovaciones, transformaciones y, seguramente, se harán cosas distintas respecto a los precedentes. ¿Cuáles? Aún no hay respuestas, nos coge a todos de nuevas.

Por cierto: la reina continúa con su viaje previsto a Nueva York para intervenir ante la ONU en temas de Unicef. Y a la Infanta Elena, como directora de proyectos sociales y culturales de la Fundación Mapfre, la noticia de la abdicación de su padre le ha pillado en Mascarilla, al norte de Ecuador, visitando una escuela infantil. Hasta el próximo viernes no regresa a España.