Estreno

Los «amigos» de ETA se cuelan en el Festival de San Sebastián

La Razón
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ETA ha irrumpido en el Festival de San Sebastián no pocas veces desde la pantalla. Ocurrió cuando sus acciones criminales llenaban las portadas de los periódicos y ha vuelto a hacerlo ahora que muchos están esperando el comunicado en el que anuncien que abandonan las armas. Esta vez la propuesta ha ido más allá. Si algo han tenido en común los documentales sobre la banda, desde los más duros a los más complacientes, ha sido su tono grave y un discurso cargado de términos políticos, «Asier y yo» («Asier ETA biok» ), que se proyectó en la sección dedicada al cine local, sin embargo, intenta abordarlo desde la perspectiva de la amistad, lo que ha levantado ampollas, como era previsible, pues el asunto toca directamente la fibra sensible de una parte de la población vasca que han sufrido en carne propia el horror del tiro en la nuca y del asesinato más vil, cruel y deleznable. Y es que el debate sobre ETA vuelve a estar de nuevo, merced al cine, sobre la mesa.

Amaia y Aitor Merino, hermanos y autores del documental charlan con LA RAZÓN cuando empiezan a barruntar el ruido que está generando ya su posición: hacer protagonista del filme a Asier, su amigo perteneciente a la banda criminal. «Esta película no trata de justificarle en absoluto, pero sí de conocerlo. No debe haber nada malo en conocer al otro y luego sacar conclusiones», subraya Aitor, que además del director es el protagonista, pues cuenta cómo fue a la misma clase con Asier y la decisión de haber mantenido su amistad, primero en el aula y luego cuando fue a la cárcel por insumiso y tras recibir perplejo la noticia de que estaba integrado en ETA posteriormente. «Para nosotros era muy importante no emplear un tono beligerante. Pretendemos tender puentes de entendimiento, no ahondar en unas heridas que siguen abiertas y sangrantes. Hemos tratado de hablar desde un punto de vista muy personal. La amistad es un tema universal y creíamos que eso era más interesante que hacerlo desde un punto de vista político o ideológico. Los datos, al fin y al cabo, no dicen nada y son rebatibles, pero las vivencias son las que son», asegura el director. El protagonista se esfuerza una y otra vez por explicar que su amigo no ha matado a nadie y que nunca ha cometido un delito contra otra persona, pero el momento clave es cuando el etarra asegura que al pertenecer a la banda hace suyos todos los crímenes. Es entonces cuando Aitor manifiesta al espectador sus dudas sobre si podría mantener su amistad si supiera que es un asesino.

Omnipresente Willy Toledo

Tanto Aitor como Amaia aseguran que ser vascos «es un problema», pues siempre caerá mal tanto si te defines o no como español, pero el protagonista asegura que Madrid, donde vive desde hace años «no sólo no es enemigo», sino que no le han podido tratar mejor, por eso incluye en la cinta a amigos como Juan Diego Botto o Willy Toledo que le preguntan «¿Qué es lo que queréis, más fronteras?» o le manifiestan su hartazgo del debate del nacionalismo vasco. «Yo me defino como vasco-madrileño y en el Mundial voy con La Roja», comenta Aitor que desgrana los pasajes, según él, nada políticamente correctos para el sector vasco más radical, pero que también filmó la vuelta a casa de su amigo Asier Aranguren desde la cárcel como si se tratara de un héroe.

Se manifiesta directamente a favor del llamado «derecho a decidir», pero no desvela que votaría en un hipotético referéndum, en cualquier caso no cree que un futuro Estado «euskaldun» debiera establecer fronteras con el resto de España: «Lo que yo pido es que podamos decidir todos, los que quieran y los que no. En el caso de que la respuesta mayoritaria fuera la independencia, tendría que tener en cuenta todas las sensibilidades. Crear una frontera entre los dos pueblos sería desastrosa y contra natura». Sobre la oportunidad de estrenar en un momento en que las pistolas no están encima de la mesa dicen que «hubiéramos hecho esta película hace unos años, de hecho, hubiera tenido el mismo sentido, pero habría sido aún más doloroso sacar este tema a la luz si las circunstancias fueran las que son».